DS(C) nº 256/5 del 10/10/2001









Orden del Día:




1 Comparecencia de los Sres. D. Valentín Cavero Diéguez y D. Enrique Clemente Cubillas, S.C. 246-I, para informar a la Comisión sobre: - Desarrollo Rural


Sumario:






 **  Se inicia la sesión a las once horas diez minutos.

 **  El Presidente, Sr. Espadas Lazo, abre la sesión y comunica las sustituciones.

 **  Intervención del Sr. Clemente Cubillas para informar a la Comisión.

 **  Intervención del Sr. Cavero Diéguez para informar a la Comisión.

 **  El Presidente, Sr. Espadas Lazo, abre un turno para la formulación de preguntas u observaciones por parte de los Portavoces de los Grupos Parlamentarios.

 **  En turno de Portavoces, interviene el Procurador Sr. Málaga Guerrero (Grupo Socialista).

 **  En turno de Portavoces, interviene el Procurador Sr. González Núñez (Grupo Popular).

 **  Compartiendo turno, interviene el Procurador Sr. De Miguel Nieto (Grupo Popular).

 **  Intervención del Sr. Clemente Cubillas para responder a las cuestiones planteadas.

 **  Intervención del Sr. Cavero Diéguez para responder a las cuestiones planteadas.

 **  El Presidente, Sr. Espadas Lazo, abre un turno de preguntas u observaciones por parte de los Procuradores que no han intervenido en el debate.

 **  En turno de preguntas, interviene el Procurador Sr. González González (Grupo Socialista).

 **  Contestación del Sr. Cavero Diéguez.

 **  El Presidente, Sr. Espadas Lazo, levanta la sesión.

 **  Se levanta la sesión a las catorce horas veinticinco minutos.




Texto:

(Se inicia la sesión a las once horas diez minutos.)


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Sí, buenos días. Vamos a comenzar esta Comisión de Asuntos Europeos. Y por parte de los Portavoces de los Grupos, si tienen alguna sustitución. Sí, por el Grupo Popular.


EL SEÑOR DE MIGUEL NIETO:

Sí. Gracias, señor Presidente. Doña Rosa María Flores sustituye a Natividad Cordero y don Felicísimo Garabito a Mercedes Alzola.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Gracias. Por el Grupo Socialista.


EL SEÑOR MÁLAGA GUERRERO:

Doña Ana Granado a Octavio Granado y don Jaime a don Antonio de Meer.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Gracias, Señoría. Al mismo tiempo, nos ha llegado un escrito aquí, a la Presidencia, de don Antonio Herreros disculpándose de que no podía venir a la Comisión. Y voy a leer lo que nos...: "Estimado amigo, un compromiso personal ineludible surgido a última hora me impide acudir a la sesión de hoy, miércoles, de la Comisión. Te ruego que me disculpes ante los miembros de la misma y, particularmente, a los comparecientes don Valentín Cavero y don Enrique Clemente". Por lo visto, ha sido un accidente de un hijo de un amigo -un accidente de moto-, y por eso no ha podido venir.

Bueno, y como decía, vamos a dar comienzo a la Comisión de Asuntos Europeos. Hoy tenemos ante nosotros a dos personalidades, como son don Valentín Cavero y don Enrique Clemente Cubillas, para que nos hablen de Desarrollo Rural. Y, en primer lugar, quiero anunciar a los Portavoces que, de acuerdo con ellos, y a los miembros de la Comisión, vamos a hacer las... van a intervenir los dos seguidos y a continuación tendremos un descanso, y después ya se pueden hacer las preguntas. Para empezar, tiene la palabra don Enrique Clemente.


EL SEÑOR CLEMENTE CUBILLAS:

Muchas gracias, señor Presidente. Bien. En primer lugar, quería manifestarles mi agradecimiento por la invitación que recibía hace unos días. Por tanto, dirigir mi agradecimiento al Presidente de las Cortes, a don Manuel Estella Hoyos, al Presidente de esta Comisión de Asuntos Europeos, a los Portavoces y a todos los Procuradores de esta misma Comisión. Agradecimiento que en mi caso, pues, es muy sincero, muy afectivo, porque para mí volver a este castillo de Fuensaldaña siempre me trae muy buenos recuerdos: fui... bien es verdad que durante poco tiempo, pero fui Procurador en parte de una Legislatura, y -como les digo- tengo muy buenos recuerdos de este castillo y de este tipo de trabajo parlamentario. Bien.

Cuando yo empecé hace unos días a redactar un poco el esquema o el guión de lo que quiero que sea mi intervención en este momento, partí del supuesto de que ustedes, Señorías, igual que yo, y que mi compañero Valentín Cavero, estaban convencidos de las ventajas estratégicas y de la operatividad política del desarrollo rural, y de la escala local de ordenación territorial como procedimiento muy útil y práctico para promover un proceso diferenciado y dinámico de la sociedad y del territorio de Castilla y León.

Confío en no equivocarme al hablarles a ustedes desde el convencimiento de que, como representantes democráticos que son de la soberanía popular castellano-leonesa, Sus Señorías comparten de entrada conmigo una firme creencia en los valores locales, en las peculiaridades endógenas de cada lugar, en la diversidad cultural como fuente de riqueza y como motor de desarrollo de nuestra Región. Esta confianza, que científicamente y políticamente podemos compartir -creo yo- todos los presentes, en las potencialidades del mundo rural, en el valor de lo local, de lo endógeno, de lo propio, de lo peculiar, de lo distinto, no debe hacernos olvidar, sin embargo, que el pensamiento culturalmente dominante en la actualidad parece no estar muy de acuerdo con estas ideas. Los teóricos de la globalización, con su creciente influencia social, con su control sobre los medios de comunicación y los poderes mediáticos, estos teóricos de la globalización dudan cada vez más de la funcionalidad real del desarrollo endógeno del mundo rural; dudan que esto pueda servir como estrategia de promoción en la actual sociedad de la información y del conocimiento.

Estos teóricos afirman que la sociedad del nuevo siglo y del nuevo milenio organiza y ordena sus territorios por medio de redes y flujos virtuales de intercambios diversos a través de sistemas de relación y de comunicación desterritorializados y deslocalizados, y que, por tanto, están perdiendo capacidad operativa todos los sistemas de desarrollo basados en la realidad física y material de los lugares concretos y basados en la diferente situación y localización de los distintos territorios.

Hay algunos teóricos, que ustedes conocen, que insisten en estas ideas que acabo yo de resumir. Sería al caso, por ejemplo, de Anthony Giddens -le conocen ustedes, Señoría-, es el teórico de la llamada "Tercera Vía", el ideólogo de cabecera del amigo del Presidente Aznar, de Tony Blair. Yo he leído recientemente un libro suyo -que les recomiendo, si le interesa... si les interesa esta cuestión, este debate-, se titula "Un mundo desbocado: los efectos de la globalización en nuestras vidas". Está editado en Taurus el año pasado, en la Editorial Taurus en Madrid, Madrid dos mil.

Hay otro teórico, que a mí también me ha interesado mucho en el sentido que ahora les decía, pone muy en duda de algunas de nuestras creencias y convencimientos sobre la ordenación del territorio, que es Armand Matellard. Su libro es "Historia de la Utopía Planetaria, de la ciudad profética a la sociedad global". Está editado en Paidós, en Barcelona, también el año dos mil.

Y con alusiones más concretas a la situación en España -lo conocerán- de más divulgación el librito de Guillermo de la Dehesa "Comprender la globalización", en Alianza Editorial, en Madrid, también el pasado año dos mil.

Las tesis cada vez más elaboradas, por otro lado, de los partidarios de la globalización nos obligan a hacernos algunas preguntas a los que creemos... a los que seguimos creyendo en el valor del desarrollo rural localizado y diferenciado.

Por ejemplo, ¿sigue siendo útil programar un desarrollo rural a escala local en un mundo cada vez más uniforme y globalizado? ¿Esta globalización necesita complementarse, equilibrarse, compensarse con la localización o ésta -la localización- queda eliminada, excluida y sustituida por aquélla, por la globalización?

En definitiva, ¿los que seguimos confiando en las virtudes y en los valores de lo rural y de lo local estamos programando y preparando un futuro posible y deseable para este tercer milenio recién inaugurado o nos estamos aferrando nostálgicamente a un mundo que se acaba sin remedio y que carece de interés y de viabilidad?

Antes de seguir adelante, quiero dar a Sus Señorías un aviso que considero importante y necesario: yo personalmente no tengo por el momento unas respuestas mínimamente seguras y fiables a estas preguntas. Lo van a notar Sus Señorías, sin duda, en el resto de mi exposición. En la reflexión científica y política que quiero compartir esta mañana con ustedes advertirán que tengo más dudas que certezas, más incertidumbres que seguridades, más preguntas que respuestas. Por eso quiero compartir el debate con ustedes.

Los que nos dedicamos profesionalmente a la ordenación del territorio cuando empleamos conceptos tales como recursos materiales, recursos inmateriales o intangibles, recursos ecológicos, recursos culturales, desarrollo rural, desarrollo endógeno, desarrollo local, etcétera, cuando tratamos de interrelacionar estos conceptos, cuando tratamos de definirlos operativamente, no podemos olvidar el actual debate científico sobre la relación metodológica entre lo local y lo global. ¿Son conceptos complementarios, operativamente complementarios, o son contradictorios? Hay un librito -que ustedes también conocen muy bien-, el de Jordi Borja y Manuel Castells, "Local y global. La gestión de las ciudades en la era de la información", editado en Taurus, en Madrid, el año noventa y siete del pasado siglo, que plantea bastante bien este problema, si bien muy volcado al mundo urbano más que al mundo rural.

La pregunta es: ¿son conceptos complementarios o contradictorios lo local y lo global? No es nada fácil responder a esta pregunta. Sugiero una posible respuesta, pero a modo de hipótesis, que sería que la ciencia, el pensamiento debe ser global; la política, en cambio, debe ser local. Quizás a través de esta hipótesis (un poco simplificada) podemos encontrar no sólo los vínculos de complementariedad entre lo global y lo local, sino también podemos encontrar la buena relación de convivencia entre la ciencia y la política, entre las ideas teóricas y su aplicación práctica. Posiblemente, éste es el mensaje que quieren transmitir los ecologistas cuando popularizan ese eslogan que recomienda "pensar globalmente y actuar localmente". Las ideas, el pensamiento, deben tener los horizontes más amplios posibles, deben ser globales, sin límites, no deben tener miedo ni las ideas ni el pensamiento a estrellarse con la utopía; debe evitar el pensamiento o deben evitar el pensamiento y las ideas cualquier tentación de particularismo, cualquier tentación localista. Pero la acción, en cambio, debe concretarse localmente en un compromiso muy preciso, sin ninguna excusa globalizadora que justifique la evasión de ese compromiso local específico. El otro día leía yo de pasada en un programa de teatro una frase preciosa de Tolstói, que dice: "mira bien tu aldea y serás universal".

Bien. Hoy ya nadie pone en duda la riqueza del patrimonio ecológico y cultural de Castilla y León. Tampoco se pone en duda la capacidad de estos recursos ecoculturales para impulsar el desarrollo rural de la Región. En teoría, en teoría, todo el mundo está de acuerdo en la necesidad de una doble política complementaria para favorecer el desarrollo rural a escala local. Sería, por un lado, la defensa y promoción del patrimonio cultural; por otro lado, la defensa y preservación del medio ambiente.

Se compaginaría, así, con esta doble política complementaria, la conservación del pasado, la defensa del patrimonio cultural, con lo que podemos llamar la "conservación del futuro", la promoción del patrimonio ecológico (aunque esta segunda expresión, "conservación del futuro", pueda parecer paradójica, contradictoria, pero se trata de conservar el medio ambiente como inversión de futuro, que garantice la biodiversidad y la capacidad genética en beneficio de las siguientes generaciones).

Esta doble política de conservación del pasado -patrimonio cultural- y de conservación del futuro -riqueza ecológica- puede tener un campo de aplicación -y es el ejemplo que voy a utilizar- en nuestras villas históricas y en sus entornos como estrategia articuladora territorialmente de desarrollo rural. Estas villas históricas son núcleos de población con nombres muy conocidos: Aranda de Duero, Arévalo, Astorga, La Bañeza, Benavente, Béjar, Ciudad Rodrigo, Medina del Campo, Peñaranda, Toro, Villablino... también Tordesillas, Ponferrada, Medina de Rioseco, Peñafiel, Barco de Ávila, Villafranca del Bierzo, Alba de Tormes, Burgo de Osma, etcétera, etcétera.

Las estadísticas contabilizaban, en el año noventa y uno, del pasado siglo, en Castilla y León, treinta y dos municipios entre veinte mil y cinco mil habitantes. Son centros comerciales, cabeceras de comarca tradicionales que históricamente han sido decisivas para la articulación del territorio regional y para el equilibrio del propio sistema de asentamientos, del propio sistema urbano de Castilla y León. Estas villas históricas, la mayoría de ellas, han sido bien estudiadas -casi siempre por geógrafos-, y el diagnóstico de estos especialistas es unánime, y es un diagnóstico que en ningún caso invita al optimismo.

Son núcleos de población con una rica herencia histórica y cultural, pero con un difícil y problemático presente, y sin apenas posibilidades y perspectivas de futuro. La crisis generalizada de estas villas históricas se manifiesta, sobre todo, en su estancamiento o en su regresión demográficas, en su pérdida de la influencia funcional, en el achicamiento... en el achicamiento de su espacio comercial circundante; no han resistido la competencia de las capitales de provincia, que han ido centralizando la oferta de servicios y la actividad comercial, favorecidas por la mejora creciente de las comunicaciones.

Sólo hay en Castilla y León dos tipos de excepciones a esta crisis general: aquellas villas que gozan... la primera excepción, sería aquellas villas que gozan de una ventajosa renta de situación porque están localizadas en encrucijadas de comunicación, en cruces de camino, por ejemplo, Astorga, La Bañeza, Ponferrada, Benavente, Tordesillas, todas ellas en ese eje transversal, que es dinámico, que comunica la Región en sentido o en dirección este-oeste por medio de la Nacional VI; o el caso de Aranda de Duero y Miranda de Ebro, en una situación similar en relación con la Nacional I.

La otra excepción -que en este caso nos interesa menos- la constituyen algunos municipios limítrofes con las capitales de provincia y que se aprovechan de la proximidad de éstas: el caso de Laguna de Duero en Valladolid, el de San Andrés del Rabanedo en León, o el de Santa Marta de Tormes en Salamanca.

El caso es que la crisis demográfica, económica y urbanística de estas villas históricas se acentúa aún más en los territorios más marginados y aislados (que carecen, por tanto, de una mínima renta de situación). Por el mismo motivo que hemos visto que la crisis se atenuaba -o, incluso, en algunos casos desaparecía- en aquellas villas que gozan de una situación privilegiada en ejes dinámicos de comunicación y de contacto.

Ahora voy a barrer un poco para casa, porque éste es el caso de todas las comarcas occidentales, de todo ese espacio de la raya ibérica central, que históricamente ha padecido la tradicional impermeabilidad de la frontera hispanolusa. Los estudios de mi compañero, de Valentín Cavero Diéguez, que saben ustedes que es el máximo especialista en el análisis y diagnóstico territorial de estas tierras occidentales y fronterizas, confirman esto que yo ahora resumidamente les estoy diciendo y les voy a decir.

También aquí me gustaría hacerles una breve recomendación bibliográfica, la última ya -ésta, además, de carácter literario-, siguiendo el consejo de Gabriel García Márquez cuando escribía aquello de que "las intuiciones y presagios de los novelistas son a veces tan útiles como las ciencias académicas para desembrujar la realidad", decía García Márquez.

En el caso de la raya central ibérica, yo les aseguro que las intuiciones y presagios de algunos novelistas que les voy a citar coinciden completamente, casi literalmente en algunos casos, con los estudios académicos y científicos que ha realizado o ha dirigido el profesor Cavero. Me refiero, por ejemplo, a Luciano González Egido, un novelista salmantino que escribió hace unos años una novela preciosa que se titula La fatiga del sol; está editada en Tusquets, en Barcelona, el año noventa y seis, el pasado siglo. Este salmantino ambienta su novela en esas tierras occidentales y fronterizas de la provincia, en las comarcas de Vitigudino y de El Abadengo, una zona próxima a Los Arribes, y tiene algunas descripciones extraordinariamente expresivas para desembrujar la realidad de ese territorio.

Otro castellanoleonés más conocido que González Egido, Julio Llamazares, el novelista leonés de Vegamián, tiene un librito -que seguramente conocen- Trás os montes. Un viaje portugués -editado en Alfaguara, en Madrid, el año noventa y ocho-. Es un libro de viajes precioso, con descripciones extraordinarias sobre la raya central ibérica.

Luego estaría el de José Saramago, el Premio Nobel portugués, titulado Viaje a Portugal -editado también en Alfaguara, en Madrid, el año noventa y cinco-. Es otro precioso libro de viajes con algunos capítulos maravillosos referidos a los territorios portugueses fronterizos con Zamora y Salamanca.

Para ilustrar literariamente todo el debate de si se acaba o no se acaba el mundo rural castellanoleonés, toda la obra de Miguel Delibes, casi toda su obra completa, sería muy ilustrativa. Yo les recomiendo un librito, La naturaleza amenazada -editado en Destino, en Barcelona, el año noventa y seis-, que recoge su discurso de ingreso en la Real Academia de la Lengua -que se produjo el año setenta y cinco-, y otros relatos cortos de ficción, ambientados en la Región, con descripciones ecológicas y paisajísticas enormemente expresivas.

Bien. Visto un poco el triste panorama que expresan tanto los análisis de la ciencia social y territorial y que denuncian los testimonios literarios -algunos de los cuales les citaba ahora-, tenemos unas villas históricas en crisis demográfica, económica y urbana permanente, y algunas de ellas, situadas, además, en un territorio aislado, marginal y deprimido. Vista esta situación, vuelven también aquí a plantearse algunas dudas razonables sobre la viabilidad real de estas villas históricas en evidente decadencia como escenarios y como plataformas de promoción de recursos ecoculturales para favorecer un desarrollo local y endógeno en el mundo rural. Por ejemplo, ¿tiene todavía algún sentido, algún interés, programar actividades de desarrollo local basadas en la explotación de recursos ecoculturales, endógenos, de estas villas históricas en regresión, en la era de la ciudad posmoderna, en la época de las metrópolis de la posmodernidad, que están compitiendo en un mercado global con estrategias de marketing, que cuestionan incluso el principio de realidad y defienden cada vez más el valor de la apariencia, el valor de la imagen de marca de cada ciudad, que entienden el urbanismo como una simulación simbólica para crear ciudades como museos vivientes con parques temáticos, lo que pudiera representar ahora la cultura del Guggenheim en Bilbao?

¿O sirve para algo, que no sea la recreación nostálgica de un esplendor pasado, el tratar de promocionar actualmente estas villas históricas, en pleno auge prospectivo y futurista, de cara al siglo XXI y al tercer milenio de lo que llaman la "ciudad virtual" (una ciudad que no tendría ni situación geográfica ni emplazamiento topográfico, no tendría morfología ni plano, no tendría calles ni edificios, sería una ciudad sin territorio, lo que se ha llamado "telépolis", como resultado y expresión urbana de la globalización desterritorializada y deslocalizada)?

Pues yo creo que de las respuestas que demos a estas preguntas depende el previsible futuro de las villas históricas, sobre todo aquellas que están en territorios aislados, marginados y deprimidos. No son, por tanto, preguntas retóricas o académicas, sino yo creo que son interrogantes cargadas de sentido científico y de sentido político.

En primer lugar, el desarrollo local de las villas históricas castellanoleonesas hoy -lo saben Sus Señorías- depende directamente de las inversiones públicas, más en concreto, de las inversiones de origen comunitario. Pero, dadas las condiciones de partida, tan precarias, de estos núcleos de población, dada su crisis profunda y generalizada, ¿podrán atraer esas inversiones comunitarias -nuestras villas- compitiendo, por ejemplo, con las zonas industriales en declive, que inicialmente son más receptivas a la innovación y a la rentabilidad económica, social y territorial, debido a su tradición industrial anterior, a la experiencia empresarial que han acumulado, a sus mayores facilidades también de reconversión funcional y económica? ¿Podrán competir nuestras villas con las crecientes necesidades de los nuevos territorios comunitarios, la Europa del Este, dentro de la voluntad de ampliación de la Unión Europea? ¿Podrán competir con el desvío de las inversiones hacia los territorios más dinámicos, más competitivos, más rentables de los centros desarrollados?

Porque no olviden que no está ideológicamente, ni políticamente, ni financieramente solucionado el problema, el dilema entre rentabilidad económica y equidad social y territorial. Sigue siendo un debate abierto que separa muy nítidamente las ideologías socialdemócrata y neoliberal.

Pero, en segundo lugar, supongamos que las inversiones públicas comunitarias siguen llegando, e incluso se incrementan; aumentan los programas de cohesión socioterritorial, los fondos estructurales de las Regiones Objetivo Uno. Aceptemos esta hipótesis, cada vez más dudosa o con un horizonte ya limitado, pero que sería la más optimista. Nuestras villas y nuestros territorios rurales y fronterizos serían, aun en esta hipótesis más favorable, capaces de superar su dependencia, su subordinación excesiva de los poderes y de los fondos públicos, como obstáculo para el desarrollo de la iniciativa propia, como factor estimulante de la pasividad.

Aquí es donde hay que valorar en su justa medida el significado del epíteto del adjetivo "endógeno", que colocamos habitualmente junto al sustantivo "desarrollo", "desarrollo rural". Endógeno es lo propio, lo autóctono, y esto supone iniciativa local, no dependencia de agentes externos. En cambio, la dependencia siempre es exógena. Habrá que superar operativamente, es decir, en la planificación, en la financiación de los planes elaborados y programados, y en la gestión instrumental de dichos planes esta contradicción básica entre iniciativas endógenas propias, y dependencia exógena y ajena.

Y la superación efectiva y práctica de esta contradicción depende mucho -en mi opinión- de los llamados recursos inmateriales, sobre todo de los recursos educativos y sociales, de los recursos cívicos, de la capacidad de organizarse de una sociedad, de la capacidad de asociarse en colectivos diversos bien articulados e integrados; y todo ello, a su vez, depende de la identificación que los individuos tengan con su sociedad y con su territorio. Es un problema de identidad cultural, como estrategia de vertebración social y de compromiso cívico, y como estrategia de responsabilidad colectiva.

La promoción y defensa de la identidad cultural propia depende mucho de la socialización y del compromiso cívico; compromiso cívico con los planes e iniciativas de la colectividad. Su contrario y su peligro -bien lo observamos-, su tentación, es el individualismo, culturalmente muy arraigado en las sociedades decepcionadas y resignadas a su triste suerte.

Pues bien, respecto a los posibles recursos ecológicos y culturales de las villas históricas de Castilla y León, no voy yo a enunciarles una relación completa y exhaustiva de los mismos -sé que no hace falta-.

Entonces, para finalizar mi exposición -y de manera muy breve, muy resumida-, también como invitación al debate, me limitaré a apuntar algunas pistas, algunos indicios, algunos criterios para el descubrimiento o identificación de dichos recursos ecoculturales y para su posible conversión y transformación, mediante una gestión eficiente -en términos económicos-, respetuosa también en términos ambientales, de esos recursos naturales poderlos convertir, los recursos naturales y patrimoniales, en recursos económicos endógenos y, por tanto, en estímulos de desarrollo local en el mundo rural.

Diferenciaré en este resumen final tres tipos o grupos de recursos ecoculturales en las villas históricas con un esquema muy simple: en recursos patrimoniales, recursos paisajísticos y ambientales -en segundo lugar-, y recursos inmateriales o intangibles -en tercer lugar-.

Respecto a los recursos patrimoniales, su descubrimiento, su catalogación, su selección como factores de desarrollo socioeconómico, serviría para poner en práctica la estrategia antes comentada de conservación del pasado. Consistiría en arbitrar mecanismos adecuados de gestión para adaptar funcionalmente a las demandas nuevas del presente esa rica herencia cultural del pasado, para ser capaces de rentabilizar el legado patrimonial de la historia como proyecto de desarrollo presente y futuro.

A estos fines servirán, en muchos casos, la recuperación y adecuación a la modernidad de los cascos históricos y, dentro de ellos, de determinados monumentos singulares de nuestras villas históricas, practicando en ellos técnicas arquitectónicas de rehabilitación física y criterios funcionales de adaptación a nuevos usos y a nuevas demandas sociales.

No hay que olvidar que la rehabilitación arquitectónica y urbanística es el equivalente cultural del reciclaje ecológico para aprovechar residuos, que a veces pueden ser muy valiosos, y energías con criterios de austeridad en cualquier programación.

La finalidad última de estas operaciones de desarrollo local a partir de recursos endógenos, que están en muchos casos hoy deteriorados, olvidados, siempre -en cualquier caso- infrautilizados, esa finalidad no sería únicamente -aunque también- el atractivo turístico, los visitantes de paso; sino la finalidad sería el logro de unos atractivos más permanentes, al favorecer un tipo de hábitat fijo y estable a favor del acortamiento de las distancias que produce la mejora de las comunicaciones. Muchas villas históricas que quizá... quizás no todas, pero muchas sí, podrían así empezar a comportarse y a publicitarse como espacios urbanos de alta calidad de vida, lo mismo que las llamadas ciudades medias, medianas o intermedias; y podrían ofrecerse a los potenciales consumidores de ese hábitat permanente de calidad como alternativa viable a los inconvenientes de la masificación y del gigantismo de las grandes aglomeraciones urbanas. En definitiva, se trataría de propiciar un diseño urbanístico y arquitectónico que, mejorando la calidad de vida y la prestación de servicios a los residentes, suponga también un atractivo para posibles nuevos residentes foráneos.

¿Es todo esto posible en la realidad o estamos, una vez más, expresando una mera declaración de intenciones? Porque estas mismas dudas persisten cuando se habla de los recursos paisajísticos y ambientales que con frecuencia, con mucha frecuencia en nuestra Región, rodean las proximidades de estas villas históricas, creando unos entornos naturales privilegiados, que también contribuyen al incremento de la calidad de vida del hábitat y pueden conservarse y potenciarse como atractivos turísticos y como reclamo de nueva población residente.

Muchos de estos recursos ambientales y de estos paisajes excepcionales por su belleza y por su valor ecológico podrían también emplearse como verdaderos laboratorios de defensa y promoción de la biodiversidad y como escuelas de naturaleza y de educación ecológica. Estaríamos así poniendo en práctica la otra estrategia complementaria de la anterior: la conservación del futuro, gracias a un buen entendimiento planificador de los recursos culturales y patrimoniales, y de los recursos ecológicos y ambientales; desde la responsabilidad cívica del presente, estaríamos garantizando la complementariedad y la continuidad históricas entre la recuperación y conservación del pasado y la conservación del futuro.

Claro que el aprovechamiento económicamente eficiente, socialmente solidario y ambientalmente sostenible, tanto de los recursos culturales y patrimoniales como de los recursos paisajísticos y ecológicos, depende -ya lo decía antes y con esta idea quiero terminar-, depende sobre todo de la existencia de determinados recursos inmateriales. Recursos inmateriales o intangibles que debemos promocionar en cantidad y calidad suficientes. Me explicaré brevemente.

Yo, personalmente, no estoy seguro de que la gravedad de la crisis de nuestras villas históricas, o el estado de abandono y de ruina de muchos monumentos arquitectónicos de muchos cascos viejos, o la ausencia de interés, de preocupación, la falta de iniciativas protectoras de muchos paisajes naturales y de muchos ecosistemas muy valiosos, digo que no estoy seguro que todo ello se deba sólo, única y principalmente a la desidia de la Administración Pública o a cualquier otro motivo externo, como puede ser la ausencia, la carencia permanente, la insuficiencia constante de los medios económicos o de los recursos financieros de origen público.

Muchas veces pienso que en nuestra Región y en nuestras comarcas rurales la falta de sensibilidad cultural y ambiental, el desconocimiento ignorante y, por tanto, culpable respecto a los recursos ecoculturales propios, endógenos, sólo se explica por la ausencia paralela de algunos recursos inmateriales de nuestras comunidades rurales, como por ejemplo la identificación con su territorio y con su historia. Quizás ese déficit de identidad cultural propia, endógena, local, diferenciada, pueda explicar las dificultades reales y operativas a la hora de poner en explotación adecuada los recursos materiales de interés patrimonial o ecológico.

Quizás colectivamente nos esté faltando civismo, entendido como compromiso concreto con lo propio, con lo nuestro. Quizás nos estén faltando normas de convivencia social basadas en la solidaridad, en el respeto a lo distinto, a lo diferente. Como actores sociales, nos falta, quizás, mucho por aprender sobre el valor irrepetible de nuestra propia identidad cultural, de nuestra peculiar idiosincrasia, como contribución necesaria e imprescindible a la multiculturalidad, al mestizaje y a la tolerancia con otras identidades y con otras culturas.

Termino recordando la frasecita de Tolstói, que nos la podíamos aplicar: "Si fuéramos capaces de mirar bien nuestra idea, los castellanoleoneses cuidaríamos la idea... la aldea y seríamos mucho más universales".

Bien. Muchas gracias, señor Presidente. Y muchas gracias por su atención, Señorías.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Muchas gracias, don Enrique. Pasamos la palabra a don Valentín Cavero.


EL SEÑOR CAVERO DIÉGUEZ:

Buenos días a todos, Señorías. Yo quiero también, de nuevo, agradecer públicamente estar aquí, en esta sala, donde ya he comparecido en otras ocasiones con motivo de explicaciones parecidas a las que nos ocupan hoy, concretamente a hablar de los problemas de cooperación y desarrollo transfronterizo, a mediados de los años noventa, y que consideré aquel momento como clave para iniciar una nueva andadura de tipo social y política en la percepción de los problemas regionales de Castilla y León.

Por eso, de nuevo, señor Presidente, y paisano, agradezco de nuevo esta presencia aquí, en las Cortes de Castilla y León, que es donde los problemas del territorio de la Región deben tener mayor audiencia y deben también partir de aquí las soluciones pedagógicas para el resto de los ciudadanos.

El desarrollo rural entre nosotros es un fenómeno reciente; entre nosotros es un fenómeno tardío. El desarrollo rural no tiene que ver en los planteamientos actuales con el desarrollo agrario, ni con el desarrollo agrícola, ni con lo que hemos heredado en esta Región de positivo que tuvo la extensión agraria, o la colonización, o la puesta en regadíos durante las décadas pasadas. El desarrollo rural es una alternativa a unos modelos universales y globales de política económica, de comunicación en el mundo moderno, y son unas alternativas que tienen que ver mucho, desde mi punto de vista, con lo que el profesor Clemente Cubillas ha dicho antes: las escalas locales. Luego explicaré con mayor detenimiento lo que esto significa en Castilla y León y lo que esto significa en una política europea como la que se defiende a partir de mil novecientos ochenta y ocho con la reforma de los Fondos Estructurales y con las iniciativas del paquete de Delors, que tiene que ver mucho con el desarrollo rural. Bien.

¿Cuál es, a mi entender, este desarrollo rural implicado o inscrito en algo más, que es las políticas de desarrollo local, y que es algo más que tiene que ver con la superación de los desequilibrios internos en Europa, en las Regiones Objetivo Uno o en las Regiones Objetivo Cinco B?

En principio, podríamos decir que el desarrollo rural pretende alcanzar objetivos que ustedes conocen muy bien y que todos conocemos muy bien, pero que son muy difíciles de poner en práctica. Primer objetivo: sacudir la parálisis y atonía económica allí donde se produzca. Segundo objetivo: fijar y retener a la población. Tercer objetivo: abordar iniciativas comunes de abajo a arriba; completamente diferente a la política indicativa anterior de arriba a abajo; una política ascendente en lugar de descendente; esto hay que tenerlo muy claro si realmente queremos hacer desarrollo rural. Cuarto objetivo: búsqueda de un mayor equilibrio territorial.

Si somos capaces entre nosotros de comprender estos cuatro objetivos como meta del desarrollo rural, desarrollo local, estamos implicando a toda la política regional y a toda la política en general; si somos capaces de comprender estos cuatro objetivos que deben estar presente en cualquier mensaje, en cualquier inversión de política regional a escala comarcal, a escala local.

Esto nos lleva a una definición muy sencilla -pero también difícil- del desarrollo local y rural: tiene que ser integral, no tiene que ser sectorial; si es sectorial, realmente, puede incidir en un aspecto, pero no en los objetivos globales.

El desarrollo rural se puede decir que es, además, una crisis... perdón, una respuesta a la crisis de los modelos heredados e inadaptados... de nuestros modelos agrarios heredados e inadaptados a los procesos de modernización reciente. Esa inadaptación es uno de los problemas graves a la hora de tomar medidas. Se puede decir, además, que el desarrollo rural entre nosotros llega -como dije antes- de la mano de la Unión Europea a finales de los años ochenta y, sobre todo, a partir de un Dictamen y un informe económico: el futuro... la pregunta sobre el futuro del mundo rural es el documento de la Unión Europea donde se plantean estas cuestiones.

¿Hasta ese momento a qué habíamos vivido? Casi una desesperanza sobre el mundo rural. Recuerdo, ya que hemos citado a algunos autores, a un autor español como Enrique Barón, que escribió a principios de los años setenta un librito que hablaba de la agonía del campesinado. Está publicado por ahí. Y de un sociólogo francés, Henri Mendras, que decía: "el final del mundo rural". Justamente en esos años, finales de los ochenta, los libros que se publican en Centroeuropa, como el de Bernard ....., un economista y sociólogo francés, es el renacimiento del mundo rural. Hay una vuelta a la esperanza, hay una vuelta a ver el mundo rural no desde la agonía, sino desde el renacimiento de sus posibilidades.

¿Cuáles son entre nosotros -y esto es importante, a mi entender, es significativo- cuál es entre nosotros, entre los castellanoleoneses, entre los españoles, la perspectiva que hemos tenido sobre este desarrollo rural? Pues yo diría que una gran sensación de frustración y de fracasos; sensación de fracasos y de frustraciones continuadas. Y podíamos buscar los textos.

El fracaso de las políticas españolas en... al final de los Planes de Desarrollo y en la etapa de Transición sobre las áreas deprimidas. Hubo unos informes económicos de... sobre áreas deprimidas, incluso un Decreto-ley en mil novecientos setenta y ocho sobre áreas desfavorecidas, con toda una serie de criterios para el futuro desarrollo. Nunca se llevó a cabo una política efectiva ni hubo presupuestos en España realmente dedicados de forma integral, sí sectorial, a las áreas desfavorecidas.

Para mí, un... desde el punto de vista de los trabajos y de los... y de los estudios, y de incluso de las propuestas asumidas por los agricultores y por el medio rural, que causó una gran frustración, es el fracaso que yo diría de las políticas de montaña, de la Ley de la Agricultura de Montaña de mil novecientos ochenta y dos, con un desarrollo posterior hasta el año ochenta y cuatro, que con unos programas en principio elaborados hacia ese desarrollo integral del que he hablado al principio, pues no se llevan cabo esperando nuestro ingreso en la Unión Europea en el año ochenta y seis, y a partir de ahí desaparecen esas políticas. Tardan como una década en recuperarse. Y es justamente durante ese periodo de frustración y de fracaso de políticas de desarrollo local en el país cuando se produce la desarticulación generalizada, el final del éxodo rural y la pérdida, en principio, de grandes recursos endógenos en el medio rural español y, concretamente, en el castellanoleonés.

Tenemos que, por lo tanto, de alguna manera, ver cuáles han sido en los ritmos de emigración, en los ritmos de la política, cuáles han sido los elementos positivos y las partes negativas.

Pero el mundo rural nuestro, español, castellanoleonés, ¿es algo uniforme, es algo homogéneo, como esa globalización económica, o está cargado de diferencias y de diversidad? Es la segunda pregunta. Porque las políticas no pueden ser homogéneas.

Y nosotros nos enfrentamos a cuatro mundo rurales diferentes, a mi entender: un mundo rural que los especialistas llaman profundo y marginal, el medio rural profundo y marginal; que es aquel que tiene densidades ya por debajo de los diez habitantes por kilómetro cuadrado, y correspondería, prácticamente, a toda la periferia de Castilla y León y a otras áreas, naturalmente, del país. Ese mundo rural profundo y marginal, además de la densidad, tiene unos desequilibrios, desde el punto de vista de las estructuras por edades, gravísimos, sobre todo un dato que aparece últimamente en los estudios y que es resultado precisamente de esa articulación a la que yo hacía referencia al final, es la ..... ratio, la relación hombre/mujer desequilibradas en favor de los varones en las edades fértiles, en las edades activas, y se comprueba claramente en los estudios que se han realizado en todo el sector fronterizo, en todo el sector de las montañas del norte, incluso en las zonas más integradas económicamente. Ése es un déficit difícil de reequilibrar. Y, además, es un mundo rural con muchos déficit todavía en equipamientos, y muy desarticulado desde el punto de vista de la accesibilidad y de las comunicaciones.

Pero lo contraste o lo paradójico de este medio rural profundo, que yo calcularía que es casi el 30 o el 40% de Castilla y León, en datos superficiales lo que supone, aproximadamente, más de treinta y cinco mil kilómetros cuadrados, en términos superficiales, lo paradójico es que aquí se encuentra la riqueza mayor de la Región. Esto es lo paradójico. En este medio rural profundo es donde encontramos la mayor riqueza de recursos naturales y patrimoniales: encontramos los recursos del subsuelo, encontramos los recursos del agua, encontramos los recursos forestales, encontramos los espacios naturales protegidos en todas estas áreas. Y, sin embargo, ese mundo rural apenas se beneficia de esos recursos. Y esto sí que, realmente, requiere políticas muy distintas a las que a mi entender se están llevando o hay que llevar.

Tendríamos el segundo medio rural, que requiere otro tipo de políticas: el medio rural integrado. Aquel medio rural que es capaz de competir, desde el punto de vista de la producción, desde el punto de vista de la rentabilidad, desde el punto de vista de las estructuras económicas, con otros medios rurales análogos, y que están muy lejos de nosotros, y que han sabido adaptarse y han sabido transformarse; y son nuestras llanuras cerealistas, fértiles, son nuestras zonas de regadíos -algunas-, son nuestras áreas de viñedo, que se han ido especializando, y poco más... algunas áreas forestales con recursos propios. Éstos son medios rurales integrados en los modelos nuevos económicos y con unos niveles de vida muy superiores en la renta agraria a las áreas marginales.

Padecen también un grave desequilibrio demográfico; padecen también graves desequilibrios estructurales desde el punto de vista de la población activa; padecen una falta de diversificación. Coinciden, además, con los núcleos urbanos o villas más dinámicas todavía. Esto es como una gran corona, si vosotros... si miramos el mapa de la Región, como una gran corona interior que se acerca a las capitales de provincia.

Y tendríamos un tercer mundo: un medio rural especializado, aquel -muy escaso en Castilla y León- que, aprovechando ventajas ecológicas, aprovechando ventajas de situación, se ha especializado en productos muy concretos. Y ahí tendríamos un medio especializado en algunas zonas, exclusivamente en viñedos, y las nuevas agriculturas emergentes, las ecológicas, muy débiles en esta Región; pero que tiene que hacerse un esfuerzo en ese sentido.

Y las políticas no pueden ser para unos medios iguales que para otros. Esto lo debemos de tener muy claro.

Y luego tendríamos el cuarto medio rural, que es común al resto del país y que es común a lo que ocurre en otras zonas de Europa, que es el medio rural periurbano: los medios rurales que bordean a las ciudades más dinámicas, donde se produce una mezcla de usos, donde se producen conflictos de usos del suelo, pero donde quedan paisajes escondidos y que son realmente un recurso patrimonial para el entorno urbano.

Ahora mismo se están haciendo las directrices de todas las áreas periurbanas de Castilla y León; ahora mismo se están haciendo las directrices de nivel regional inferior, a escala provincial, surprovincianos, del sur regional. Y estas cuestiones de alguna manera habían de recogerse en esas directrices, estas propuestas que yo indirectamente estoy sugiriendo a la hora de hacer políticas de desarrollo rural y local efectivas.

¿Cuáles han sido las respuestas... cuáles han sido las respuestas a estos problemas, por parte nuestra y por parte de la Unión Europea? Se puede decir que las respuestas que han tenido alguna eficacia -hasta el momento- en la política de desarrollo local y desarrollo rural están ligadas a las iniciativas europeas: iniciativas europeas ligadas al Fondo Social Europeo, iniciativas europeas ligadas al Programa Interreg, iniciativas europeas ligadas a... -que todos conocen ustedes- al Programa LEADER y al PRODER.

Porque hay otro campo, que yo aquí no lo voy a tratar, porque nos llevaría a otros... a otros presupuestos, que son las ayudas compensatorias procedentes de la PAC, que han tenido resultados muy distintos de los que son las verdaderas ayudas, en principio, teóricamente, al desarrollo rural. Son ayudas compensatorias para el mantenimiento de los agricultores; son ayudas para la mejora de las explotaciones agrícolas; son ayudas para salvar los hándicap agrícolas o desfavorecidos, o de condiciones negativas; y que han contribuido -como todos ustedes saben- en un 45% a la renta agrícola regional (son datos que se manejan y que son oficiales, en torno al 45). Tendrían que haber generado, estas ayudas compensatorias -que en algunos casos son cuantiosas, ¿eh?, podíamos dar datos específicos por áreas comarcales, son cuantiosas-, tendrían que haber generado grandes mejoras en el medio rural hasta ahora, estas ayudas. Porque, comparadas con las del Programa LEADER o las del PRODER, éstas son cuantiosas y las otras son modestísimas, si tenemos en cuenta que no hay ningún programa LEADER -que yo sepa- que supere en su gestión los 1.500 millones de pesetas, en un período de cinco o cuatro años.

Por lo tanto, la respuesta del Programa LEADER o del Programa PRODER apoyado oportunamente por la Junta de Castilla y León, que a mí me parece que es una apuesta positiva el... igual que en otras zonas ha habido programas parecidos de desarrollo rural.

¿En qué se apoyan esos programas? Se apoyan en lo siguiente. Primero... y aquí sí que la... la reflexión que yo quiero descender en el Programa LEADER no es en absoluto un debate que tiene que ver exclusivamente con esta Región; es un debate general y que tiene que ver con: en primer lugar, la valorización de los recursos y de los productos locales. El Programa LEADER, los programas de desarrollo rural, el PRODER, tiene que ver, en primer lugar, con la valorización de los recursos y de los productos locales; en segundo lugar, con la diversificación de las actividades en todos los sectores de la economía rural; en cuatro lugar, con la creación directa o indirecta de nuevos empleos; en cuarto... perdón, y en cuarto lugar, con la mejora de los equipamientos y los servicios.

Todo eso llevaría a un objetivo clave, que es el equilibrio territorial y el equilibrio demográfico.

¿Con qué instrumentos -y aquí sí que tenemos que descender con mucho detalle todos-, con qué instrumentos y metodología han abordado estos programas el desarrollo rural? Ya lo he dicho antes: con fondos modestos económicamente, pero con fondos consensuados; modestos, pero consensuados por los distintos niveles de la Administración y por los distintos agentes sociales. Y esto es muy positivo desde el punto de vista de los compromisos con el medio rural.

En segundo lugar, también ha contado con medios técnicos limitados; los Programas LEADER y PRODER han tenido que experimentar en carne propia el éxito y el fracaso en muchas ocasiones. Los técnicos se han formado con el desarrollo de los programas, en muchos casos; y eso ha llevado a crear gentes -a nuestro entender, no sólo aquí, sino en otras zonas-, gente competitiva a la hora de plantear alternativas.

Segundo aspecto importante, de instrumental, en estos programas: el enfoque territorial. El enfoque territorial es clave, porque es la escala accesible, es la escala conocida, es la escala que más se acerca a una identidad de los problemas. Y ese enfoque territorial crea vínculos comunes entre las gentes comprometidas con ese desarrollo local, directa o indirectamente.

Y ese enfoque territorial, además, tiene una base histórica en muchos casos y una base funcional a la hora de proponer acciones: unas veces se han apoyado en las comarcas agrarias, otras veces se han apoyado en comarcas históricas; de ahí que las denominaciones, incluso en los Programas LEADER y PRODER tengan un valor simbólico en ese enfoque territorial. Y, directa o indirectamente, a lo largo de estos diez años de desarrollo local y rural, se han creado comarcas, directa o indirectamente; tengamos debajo una plantilla de directrices regionales o no la tengamos, se han creado comarcas que funcionan, algunas (otras son artificiales, lógicamente, no voy a descender aquí a caso por caso).

Y este enfoque territorial hay que mantenerlo y hay que respetarlo. Estamos en vísperas -a mi entender- de LEADER +, de la puesta en marcha del Miner, si no recuerdo mal, al final de este mes, las propuestas y las candidaturas. Y yo creo, después de mirar el Programa Operativo Regional, que debe haber una coherencia a la hora de la elección de esos programas. El esfuerzo que se ha hecho en estos últimos diez años, modesto, pero positivo y esperanzador.

Tercer instrumento: acciones. Los Programas LEADER y PRODER tienen que aventurarse -y lo digo así-, aventurarse en acciones innovadoras, en la innovación. Y yo he leído y he releído programas y textos, y nadie, o muy pocos se ponen de acuerdo sobre la innovación. ¿Qué es esto de la innovación, desde el punto de vista del desarrollo rural? Yo lo resumiría en un concepto y en una metáfora: la innovación es una bisagra para abrir nuevas puertas; la innovación es una bisagra para dar nuevas respuestas, apoyándose en lo existente y en lo heredado, y aplicar nuevos métodos a viejos recursos. Ésa es la innovación. No es inventarse tecnologías nuevas, no es inventarse recursos nuevos. Y esa innovación es lo que yo digo que ha creado mentes abiertas o ha obligado a abrir las mentalidades en el medio rural de dos maneras: con imaginación y con transferencia de resultados de otros lugares.

Tercer... cuarto instrumento: acciones inmateriales. El profesor Clemente Cubillas ha hecho referencia a lo inmaterial. Pero, cuando trascendemos de los presupuestos a la práctica, ¿cuáles son las acciones inmateriales que se pueden llevar a cabo en el medio rural? Yo creo que hay dos tipos de acciones inmateriales que los Programas LEADER, en mayor o menos grado, los Programas PRODER, el Interreg en menor medida, han estimulado, que son: la animación sociocultural, la animación civil, cívica, que no es fácil en poblaciones envejecidas, que no es fácil en poblaciones desestructuradas, que no es fácil allí donde faltan jóvenes, que no es fácil allí donde faltan mujeres en esa edad clave de los veinticinco a los cincuenta años. Y también la movilización, animación y movilización. Movilización no en el sentido negativo de la palabra, movilizar masas, movilizar ideas, sino movilizar propuestas y recursos; y movilizar a las asociaciones de toda índole, no solamente movilizar las asociaciones del día de la fiesta, sino movilizar asociaciones artesanales, asociaciones ganaderas, asociaciones de productores, asociaciones que crean vínculos y un proyecto común.

Y hay, en lo inmaterial, algo que pasa desapercibido: la defensa en las zonas rurales -y, sobre todo en ese 30% ó 35% de Castilla y León más marginal- de los recursos públicos; de los recursos públicos, y no lo digo aquí como un mensaje político, en absoluto. Es que esos recursos públicos vienen desde época histórica; los mayores bienes comunales o los mayores bienes públicos están en esas zonas, y son recursos desapercibidos, o desaprovechados, o infrautilizados: recursos madereros, recursos de pastos, recursos de aguas, recursos mineros, son... están en terrenos públicos.

Y en determinados momentos de nuestra historial regional, esos recursos han sido claves para el mantenimiento de la población, claves. Cuando hubo que roturar tierras comunales, que ahora retornan; cuando hubo que hacer quiñones, para mantener a la población; cuando hubo que hacer repartos de bosques. No olvidemos nuestra historia ni nuestros recursos.

Y en eso hay un déficit generalizado en la gestión de nuestro territorio, a mi entender. Me gusta patear la Región. Podría haber empezado esta charla diciendo: mi última experiencia, antes de ayer, recorriendo la raya del sur de Salamanca, del suroeste, Navasfrías, Casillas de Flores, y del otro lado, La Geosa, Aldea del Obispo, Foios hasta Sabugal, y ver también la vertiente desde el Puerto Viejo -que casi ya nadie lo conoce- de Navasfrías, a Valverde del Fresno, los incendios forestales y el abandono de nuestros recursos patrimoniales. Comparando con lo que ocurre en la otra vertiente de la Sierra de Gata, donde se han recuperado los casos históricos, donde hay unas políticas activas... No es una comparación, en este sentido, a nivel de política, es una... de la percepción que yo he sufrido antes de ayer. Esto es un tema que yo digo, por lo tanto, clave.

Otro instrumento del desarrollo local y rural: la apuesta por la calidad. Se habla de etiquetado ecológico, se habla de la calidad en nuestros productos. Un aspecto estratégico del desarrollo rural que estamos viviendo es la apuesta por la calidad, y los productos de calidad tienen lugar y nichos en el mercado, difíciles a veces. Pero tenemos experiencias muy positivas de productos cárnicos, de productos de quesos, de productos lácteos, de productos que tienen un lugar en el mercado. La apuesta por la calidad.

Y más datos. Enfrentarse, estos Programas, a la diversidad de situaciones, enfrentarse a la diversidad de situaciones. No podemos hacer un programa operativo regional de desarrollo rural con pautas... exactamente las mismas. Y yo distingo tres grandes conjuntos territoriales, que están recogidos en el Programa Operativo en parte; pero que los Programas LEADER han avanzado en una mayor diversidad. Hay que reforzar las políticas de las áreas de montaña, de las áreas de montaña; hay que reforzar las políticas en los enclaves de los bordes de Castilla y León. Y cuando me refiero a los enclaves no me estoy refiriendo exclusivamente al tema delicado de Treviño. Si repasamos los enclaves territoriales que tenemos en Castilla y León, incrustados de fuera hacia dentro, o de dentro hacia fuera, en los bordes, según se va dibujando la Región, que penetran en Cantabria, que penetran en el País Vasco, que penetran en Asturias, que, a su vez, interpenetran en nuestros territorios, se suman más de treinta situaciones desiguales, más de treinta situaciones desiguales. Y esos espacios realmente son situaciones muy complejas, casi todas forman parte de áreas deprimidas.

La... decía las áreas de montaña. El segundo ámbito importante de actuación son los sectores fronterizos (no son áreas de montaña expresamente, salvo en sus bordes norte y sur, sino que constituyen un espacio de diversidad). Enclaves, áreas de montaña y bordes fronterizos son ámbitos de actuación preferente en las políticas de desarrollo rural; han de serlo, a mi entender.

¿Con qué otros instrumentos cuentan, también, estos Programas? Con una red de intercambio de experiencias. Y esto ha dado lugar... parece que es una cuestión, hablar de redes, una cuestión nueva, novedosa. Las redes de experiencia han existido siempre, y teníamos en nuestra Región unos agentes locales que eran antiguamente, en el siglo... que eran capaces de transmitir. Pero si volvemos al siglo XIX, al siglo XVIII, había unos arrieros que traspasaban nuestras montañas y llevaban los productos de un lugar a otro, que eran unos verdaderos... que era una verdadera red de transmisión, de saber, de saber hacer.

La red de experiencias que se ha creado con los LEADER a escala europea, exponiendo con toda claridad y con toda transparencia ejemplos demostrativos positivos de... que han resultado (más de doscientos cincuenta ejemplos aparecen como positivos, con éxito), eso crea unos vínculos que rompen lo global y son capaces de actuar en lo local. Esa combinación -si se logra- es cuando realmente tiene éxito.

Red de intercambio de experiencias, que, de alguna manera, no debemos tutelar, sino simplemente estimular políticamente.

Y luego tendríamos un último instrumento, que es la difusión local, regional, nacional, internacional, de las acciones. La transparencia en las acciones, y la transparencia también en el manejo de los recursos públicos. Eso ha dado lugar a crear responsabilidades en las bases de desarrollo local.

Algunos resultados. He dicho instrumentos, he dicho objetivos... ¿Qué resultados tenemos obtenido con esto a lo largo de los diez últimos años, nos podemos preguntar? Los que, a lo mejor, son ex presidentes de algún grupo, ¿eh?, o estáis más cerca, seguro que tenéis experiencias positivas o más negativas. Pero a mí me gustaría valorarlo en conjunto. Y en conjunto, después de diez años, con el Programa del noventa y uno al noventa y tres, del noventa y cuatro, ahora, al dos mil, y la experiencia que venga del dos mil al dos mil seis, se puede decir que con recursos modestos y esfuerzos consensuados se ha llegado a metas positivas, esperanzadoras. Lo más positivo, a mi entender, es que, según los datos de valoración del LEADER I (el LEADER II está todavía sin valorar definitivamente), se crearon veinticinco mil puestos de trabajo, veinticinco mil puestos de trabajo; es decir, aproximadamente, unos cien puestos de trabajo por cada Programa, por cada iniciativa de los grupos de acción local.

Y, en este sentido, se puede decir que se ha generado, en estos veinticinco mil puestos de trabajo, alternativas complementarias. El autoempleo, la microempresa, los empleos ligados a los recursos locales olvidados y sobre todo se ha creado personal competente.

¿En qué sectores? Indudablemente, el principal en el LEADER I fue el turismo, el turismo local, con más de 70 aproximadamente, cerca del 70%, en algunos casos, de las inversiones. Pero un sector que se ha visto en el LEADER I y en el LEADER II positivamente estimulado ha sido el sector agroalimentario, el sector de la artesanía y el sector de los servicios; ahí se han concentrado los esfuerzos. Quizás, con mayor debilidad queda un sector clave, a mi entender, que es el sector forestal.

¿Cuáles serían los problemas pendientes -por no alargarme en mi exposición-, a mi entender? ¿Cuáles serían los problemas pendientes? La debilidad, hasta el momento, de empleo en el sector propiamente agrícola, ganadero, y -como dije antes- forestal. Y un esfuerzo mínimo hasta el momento en la agricultura ecológica; éste es un tema pendiente.

Segunda cuestión pendiente: combinar adecuadamente actividades complementarias a tiempo parcial. Y es una cuestión pendiente, que tiene resultados muy positivos en regiones muy parecidas a las nuestras en el norte de Europa, concretamente en Noruega y Suecia; resultados muy positivos en las actividades complementarias. Y esas actividades complementarias tienen que ser muy imaginativas.

Hay un tema muy delicado en el medio rural, que es el transporte público y los servicios de accesibilidad a la tercera edad. Y eso en Europa lo han resuelto: en Noruega y en Suecia con... a tiempo parcial, y sobre todo con las mujeres. Luego diré cómo, si me preguntan, ¿eh?

Tercer problema pendiente: el impulso del empleo verde, el impulso del empleo verde; todo lo relacionado con el medio ambiente y la gestión forestal: hay un déficit. En Francia se han creado, con el empleo verde, en los últimos diez... quince años, más de doscientos mil puestos de trabajo en toda Francia, se han creado. Yo aquí no sé los que se pueden crear, o los que se han creado.

Cuarto problema pendiente: igualdad de oportunidades; y éste es un problema que aparece en nuestros programas operativos, en nuestros programas de desarrollo regional, ¿eh?, que es igualdad de oportunidades para las mujeres. Y ésta es una cuestión que la planteo con toda crudeza ante Sus Señorías. La igualdad de oportunidades en las mujeres en el medio rural sigue, hasta el momento, pendiente. Pero allí donde ha tenido éxito, el desarrollo rural ha avanzado de forma -yo diría casi apresurada-; allí donde las mujeres han gestionado Programas LEADER, o han estado implicadas, o, incluso, cuando las mujeres están en los órganos de decisión local, el desarrollo local tiene más éxito y más consenso que en otras zonas.

Por otro lado, hay un tema delicado en las estructuras demográficas nuestras, y es que la identidad regional o la identidad comarcal está muy condicionada a la presencia o no de mujeres, sobre todo en las edades claves que dije antes.

Otro problema pendiente: favorecer la presencia de las nuevas tecnologías. ¿Cómo hacer desarrollo local y anunciar o difundir nuestros productos de calidad allí donde no se puede conectar con Internet, allí donde falta banda ancha para la instalación de las nuevas tecnologías? Y nuestro medio rural serían lugares muy atractivos, disponiendo de estos medios.

Y me atrevo -no quisiera a ustedes darles una bibliografía académica, porque no creo que sea lugar éste, pero sí en el último libro que se acaba de publicar por un gran profesional de la comunicación y del territorio de Harvard, traducido hace muy pocos meses, Mitchell, un libro que se llama "e-topía", es decir, la ausencia de los lugares, la falta de los lugares, dice que "con las nuevas tecnologías, los lugares apartados con gran riqueza patrimonial y con gran riqueza paisajística recobrarán su valor en esta sociedad". Y la están recobrando.

Una cuestión más: cómo abordar la relación en el desarrollo rural entre los paisajes protegidos y el desarrollo local. Ésta es una cuestión que hay que planteársela con seriedad: cómo impulsar la conservación medioambiental y el desarrollo rural con los recursos existentes, e implicando a la población. Tenemos experiencias desoladoras en este campo, y frustrantes; y las tenemos muy próximas a los que vivimos en Salamanca. Pero también las tenemos positivas: allí donde se ha implicado la población en la protección de los paisajes naturales, como en la Sierra de la Demanda -por ejemplo-, en la Sierra de Pinares, pues los recursos funcionan y la conservación se mantiene. No hay incendios forestales en aquel lado, o muy pocos; y aquí tenemos incendios forestales cada poco tiempo. Y éste es un tema grave, porque supone muchos recursos económicos.

Otra cuestión, que no la quisiera plantear aquí, porque esto sería objeto de otro debate, pero que no me queda más remedio que decirla: comarcalización y desarrollo rural. Cómo abordar el territorio de forma equilibrada, sin unos instrumentos territoriales de base que sean equilibrados, que marquen identidades análogas pero diferenciadas y que creen un tejido entre las villas, los núcleos -que serían los articuladores- y los vacíos demográficos. Esto es una cuestión, está planteados en las Directrices Regionales. Pero yo creo que la forma de superar lo funcional -que está presidido, queramos o no, por los núcleos urbanos- y lo no funcional -entendido no en sentido negativo, sino entendido en que faltan elementos aglutinantes- hay que solucionarlo, en esta Región en concreto; no sé cómo, pero yo he escrito y he defendido en más de una ocasión que la comarcalización, bien entendida en el sentido histórico-funcional-geográfico, creando una serie de vínculos claves, puede llevar a cabo un desarrollo positivo.

En este sentido, me declaro partidario y les recomiendo a Sus Señorías que lean -y, si no, yo les dejo para que lo fotocopien- la famosa Declaración de Cork, de mil novecientos noventa y seis, que apuesta por un medio rural con vida, un medio rural vivo. Y nosotros, en este sentido, creo que tenemos un compromiso muy difícil, muy difícil, con un mundo rural que agoniza o que ha agonizado en muchas partes de Castilla y León. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Muchas gracias. Suspendemos la Comisión durante quince minutos.

(Se suspende la sesión a las doce horas cuarenta y cinco minutos y se reanuda a las trece horas diez minutos.)


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Sí, muchas gracias. Para formular preguntas o hacer observaciones, tiene la palabra don Jesús Málaga.


EL SEÑOR MÁLAGA GUERRERO:

Muchas gracias, señor Presidente. Quiero, en primer lugar, agradecer a don Enrique Clemente y a don Valentín Cavero el detalle que han tenido con estas Cortes, de acudir para hablarnos de un tema que es realmente preocupante y que para nosotros toda luz -y más viniendo de dos profesores de la Universidad de Salamanca- es poca.

Entrando ya en materia, a mí me parece que el problema de despoblación y envejecimiento de esta Comunidad Autónoma es un problema que se arrastra históricamente. Pero, sin embargo, a mí me parece que ha habido -y esto más para don Enrique Clemente-, ha habido una especie de relación espacio/tiempo, que en los conceptos de territorialidad son importantes tenerlos en cuenta con respecto al antes y el después.

Me estoy refiriendo, concretamente, a cómo existe una distribución del territorio que nacía, yo creo, del abarcar desde el propio núcleo rural las posibilidades de las labores del campo, mientras que en un momento en el que eso desaparece, pues ya ese espacio y ese tiempo cambia completamente de formulación. Y eso lleva también a que se puedan atender, por ejemplo, las labores agrícolas como se están haciendo ahora: desde núcleos urbanos se traslada por la mañana la persona al pueblo donde tiene los aperos y atiende todo ese proceso, ¿no?

Esta... sin embargo, esta herencia del medioevo lleva también a una serie de combinaciones curiosas. Y estas combinaciones curiosas son la propia... el propio hecho de la Administración española, que, en contraposición con Administraciones cercanas, como la portuguesa, son Administraciones que han persistido en el tiempo con fórmulas, a mi modo de ver, completamente arcaicas.

Yo creo que la Administración portuguesa es una Administración mucho mejor para el mundo rural. De hecho, el paso de un sitio a otro vemos cómo en Portugal todavía se conserva la ruralidad con gran fuerza y, sin embargo, en España la ruralidad pierde cada vez más fuerza también.

Y eso es debido, yo creo, que, así como las Cámaras municipales son Cámaras que respetan más el ámbito de la comarca, aquí, sin embargo, se ha ido más a la hipertrofia de la provincia; de tal manera que es la capital de la provincia la que ha hecho un proceso de ventosa, llevándose toda la flor y nata del resto de la provincia.

Por eso, me ha interesado mucho algo que ambos han dicho y han hablado: el tema de las ciudades de tamaño medio. Cuando yo era joven -hace ya muchos años-, pues yo recuerdo la funcionalidad que tenían estas ciudades intermedias. Cuando íbamos a comprar, por ejemplo -en el caso de mi familia-, íbamos a comprar fruta a Extremadura o a Andalucía, los pasos no eran de Salamanca a Cáceres; entre Salamanca y Cáceres había dos puntos intermedios, que eran: eran Plasencia y era Béjar. Hoy día, por ejemplo, así como Plasencia sigue teniendo una cierta pujanza, Béjar está en una situación de declive incluso preocupante.

Todas esas ciudades intermedias, primero, recogieron toda la fuerza de su... de su comarca; después, cuando esa comarca quedó seca, quedó completamente sin vitalidad, esa gente ha ido hacia la capital de provincia.

Y hay un tema que a mí todavía me preocupa más: y es que ese mismo efecto puede ocurrir incluso con algunas capitales de provincia de Castilla y León. ¿Por qué? Porque se han heredado, en esas capitales de provincia, una forma de hacer urbanismo y una forma de explotación del suelo completamente contrario a las tradiciones europeas, más en plan tradiciones americanas; y, por ejemplo, el comercio se saca de los centros de las ciudades y se llevan a las zonas periféricas -es el caso, por ejemplo, de Salamanca ahora, con el nacimiento de grandes centros... centros comerciales-, les quita vitalidad. Y, si eso sigue así, en el fondo, las ciudades también más grandes -o sea, las que son capitales de provincia- pueden tener mal futuro también en el futuro.

Es decir, lo que les ha pasado a esas ciudades -que hablan ustedes- históricas, les puede pasar también a algunas de las ciudades del resto de las... que son capitales de provincia.

Hay un tema que a mí me preocupa muchísimo, y yo, que como Alcalde lo he vivido, siendo Alcalde de la ciudad grande, del entorno, de la provincia, lo he vivido y es que... que ustedes lo han... lo han remachado, ¿no? Es que se ha perdido la iniciativa endógena. Pero es que esa iniciativa endógena no puede existir en cientos y cientos de pueblos de Castilla y León, donde hay, a lo mejor, cincuenta, sesenta, setenta habitantes, los cuales son todos personas mayores, sin ningún tipo -pudiéramos decir- de iniciativa de futuro, porque lo único que hacen es cobrar su pensión y no tienen más futuro que ese.

Esa iniciativa endógena, por lo tanto, ha desaparecido en gran número de poblaciones rurales de Castilla y León. Y la única posibilidad de salida para ese tema sería hacer... ir a recoger un proceso de repoblación; un poco casi como se hizo en la época de la Reconquista: es decir, habría que ir a un proceso de repoblación. Y ese proceso de repoblación o esa... esa... tendríamos incluso que buscarlo fuera de aquí; porque yo creo que nosotros, la propia Comunidad, no tiene fuerza suficiente como para hacer ese proceso de repoblación.

Incluso yo algunas veces veo algunas iniciativas... aquí, en estas Cortes, el otro día se hablaban... iniciativas de algunos pueblos de Aragón, para repoblarlos, que van a buscar extranjeros fuera de... europeos, o incluso en Hispanoamérica; yo veo incluso con una cierta simpatía iniciativas de ese tipo. Porque yo creo que si nosotros tenemos un montón de pueblos que no tienen posibilidad de salir hacia delante porque ya, endógenamente, no tienen ninguna... ninguna fuerza, y nuestra propia Comunidad Autónoma tampoco puede aportar esa fuerza, pues a lo mejor hay que buscarla fuera, a lo mejor hay que buscar en esa inmigración el que se puedan explotar todas las fuentes de riqueza que tenemos dentro, ¿no?

Por lo tanto yo soy, en estos momentos, partidario para un gran número... sobre todo para lo que don Valentín Cavero hablaba del primer grupo este, del 30-35% periférico, que está en una situación tan marginada, y yo soy partidario de que habrá que hacer una política de... bueno, casi de colonización, de que vengan otra vez a colonizar toda una serie de lugares que en estos momentos están prácticamente desaparecidos, por no decir muertos.

Hay otro tema que a mí me parece importante: es que durante un tiempo ha habido una especie de mantenimiento de la identidad cultural de los pueblos con la gente que ha emigrado de esos pueblos a la ciudad. Pero eso ocurre en la primera generación; en la segunda y en la tercera generación ya se pierde. Yo lo estoy observando, por ejemplo, en pueblos cercanos al mío, ¿no? Les pongo el ejemplo del caso de Morille: el primer año... en los primeros años la gente que ha salido del pueblo viene con la añoranza, viene en los veranos, etcétera; pero después se está empezando a observar que en cada verano vienen menos tiempo y viene menos gente. Entonces, ahí está ocurriendo una cosa: es que yo me siento identificado con mi pueblo, al que he abandonado, pero, sin embargo, mis hijos no tienen por qué hacer esa identificación. Entonces, se pierde en la segunda y en la tercera generación. Y eso implica que los pueblos... los pueblos, que podían tener un poquito de vida durante los meses de verano, van a irla perdiendo porque, claro, a mis hijos ya no les interesan las cosas o no tienen un atractivo para ellos, cultural, las cosas que nos interesaba a nosotros.

Hay un tema dentro de toda la estructura de la Comunidad Autónoma que me preocupa enormemente, que viene ya desde los famosos informes Foessa de los años sesenta, en los que todos estudiábamos y veíamos cómo había una gran zona de despoblación y de pobreza que era todo lo que estaba junto a la frontera portuguesa. Pero, así como Extremadura ha hecho una política... Extremadura, Andalucía, incluso Galicia, han hecho políticas claramente de intervención fuerte en el lado de la raya, Castilla y León ha ido en una... ha ido de mal en peor, y la situación es cada vez más preocupante. Tan preocupante que en estos momentos yo... se lo digo sinceramente, a veces en invierno, cuando vas por la raya, casi te da miedo, porque es que vas solo, que es una sensación curiosa, ¿no?, ir en el coche, y es que no te encuentras con nadie; y es una situación ya prácticamente de desierto; es una situación de decir: "bueno, y aquí me pasa algo y ¿qué hago?", porque los pueblos por las noches o por el día no se encuentra a nadie, en las carreteras ya de las zonas que comunican esos pueblos no te encuentras a nadie, ¿no? Es el caso... -les cuento una anécdota, ¿no?- el caso de unos amigos que venían al pueblo de Morille, donde tenemos nosotros una... tenemos una casa, y les decíamos: "bueno, cuando lleguéis, preguntáis por nosotros que nos conocen todos". No llegaban, no llegaban, pasó una hora, y ya salimos a buscarlos. Y dicen: "Cómo queréis que os encontremos si aquí no hay nadie". Claro. Entonces, eso es terrible, porque esta anécdota da de sí en lo que está ocurriendo en montones de pueblos de nuestra Comunidad.

Hay un problema con respecto al tema de inversiones europeas en nuestra Comunidad. Yo no soy, don Valentín, tan optimista como usted. Yo creo que el dinero de Europa ha venido... ha venido en gran cantidad -el dinero, por ejemplo, que ha venido de la PAC-, pero se ha ido, desgraciadamente, en ladrillos.

Mire, yo le puedo decir lo que ha pasado en Salamanca porque lo he hablado con un grupo de constructores, constructores, y lo que me dicen es lo siguiente: el 90% de las construcciones que se están haciendo ahora en Salamanca, que son aproximadamente unas dos mil viviendas por año, en una ciudad que en vez de crecer decrece, es de la gente de Salamanca, Zamora y Ávila que el dinero de la PAC lo invierten en ladrillos. Se compran su casita o se compran sus dos casitas. Entonces, ese dinero, que ha venido para favorecer al mundo rural, en vez de favorecer al mundo rural lo que favorece, nuevamente, es a la capital de provincia.

Por lo tanto, aquí sí que es verdad -y en eso sí que estoy con usted- en que habrá que hacer ante grandes males, grandes remedios. Y uno de los remedios podría ser el proceso de comarcalización, potenciando las comarcas, haciéndolo un poco como han hecho en Portugal. Yo creo que Portugal ha tenido un desarrollo económico en los últimos años impresionante. Ahora ya tenemos... están pisándonos los talones a nivel de renta per cápita. Y, sin embargo, es un país... Sí, nos están pisando los talones en renta per cápita, y, sin embargo, Portugal ha mantenido una estructura rural; y, sin embargo, España ha ido a un proceso totalmente de urbanización, de urbanismo; es decir, ha ido a concentrar urbanísticamente a toda la gente en grandes ciudades, destrozando totalmente todo el entramado rural; y, sin embargo, Portugal ha mantenido... tiene grandes ciudades, pero ha mantenido su estructura rural. Yo creo que hay que intentar ir a este... a este tema de la comarcalización como salida a este gran problema.

Y, por último, termino con dos cosas que a mí me parecen fundamentales.

Yo creo... -y ustedes lo han apuntado- las políticas de igualdad de derechos para la mujer rural son fundamentales, porque quien fija población es la mujer, no es el hombre. Si la mujer se va del pueblo, tienen que aparecer fenómenos realmente... vamos, tipo Plan, que a mí me parece que, realmente, dicen muy poco a favor del mundo político rural, ¿no? Por lo tanto, a mí me parece que habrá que intentar incentivar de manera clara las políticas de igualdad de derechos en la mujer rural.

Y, por último, termino con algo que me ha gustado de lo que usted ha dicho. Habla usted de las nuevas tecnologías, y estoy totalmente de acuerdo. Yo soy Extremeño, y conozco muy bien la política extremeña, y sé lo que está haciendo, por ejemplo, el Gobierno Extremeño en este tema. Mire, en mi pueblo, en La Abadía, que es un pueblo de trescientos habitantes, usted entra y hay una biblioteca que ocupa, más o menos, dos veces este salón; pero no solamente esa biblioteca, sino que entra usted en otro sitio, donde hay un número... me parece que para el pueblo me parece que eran diez o doce ordenadores, y en esos diez o doce ordenadores se les da clase a la señora María, al señor Juan, a la señora... y entran en Internet y saben... entran en las nuevas tecnologías. ¿Qué ha conseguido el Gobierno Autonómico de Extremadura? Que esos pueblos tengan acceso a las tecnologías que antes eran solamente para las ciudades. Y eso a mí me parece fundamental.

Ha tomado una segunda medida muy interesante, y es: ha contratado a un montón de profesores de inglés para que en cada uno de los pueblos también se les enseñe inglés, porque ha dicho algo que es fundamental, el Presidente de Extremadura: todos los... las personas que viven en los pueblos no tienen que estar alejados de las dos cosas que son fundamentales hoy día para estar comunicado a nivel global, que es el conocimiento de la lengua que se ha hecho universal y el conocimiento de las nuevas tecnologías.

Y, por lo tanto, yo ofrezco en este debate sosegado que hacemos en esta Comisión al Gobierno Regional el que copien estas cosas que son tan buenas y que ha hecho posible el que en Extremadura, aun habiendo un cierto decalaje de gente que va del pueblo a la ciudad, sin embargo, se mantenga todavía una estructura rural que ya quisiéramos nosotros mantener en Castilla y León. Muchas gracias, señor Presidente.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Muchas gracias, don Jesús. Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra don Luis Domingo.


EL SEÑOR GONZÁLEZ NÚÑEZ:

Gracias, señor Presidente. Desde el Grupo Popular unirnos a la gratitud manifestada por el Grupo Socialista hacia los Ponentes que han participado en esta Comisión de Desarrollo Rural.

Y en relación a la intervención del señor Clemente, plantear, en primer lugar, algunas sugerencias y, posteriormente, concluir con algunos interrogantes para conocer la opinión al respecto.

Evidentemente, el antecedente que provoca el trabajo que ahora estamos llevando es el éxodo rural que desde hace numerosos años está llevando a cabo. Ha apuntado que quizá ese éxodo rural o abandono de nuestro ambiente del campo pueda ser debido o puesto en relación con la globalización. Evidentemente, la globalización entendemos que es un proceso bastante actual y, en cambio, el éxodo rural es un proceso que, pues, desde la década de los sesenta, pues, de modo galopante ha sufrido el campo de Castilla y León. Por lo tanto, parece ser que la relación causa/efecto de la globalización, planteándola como movimiento en contra de lo que es el ámbito local, no parece que tenga una explicación causal muy razonable. ¿Por empobrecimiento de lo que es el hábitat rural? Pues, hombre, en algunos momentos ésa pudo ser una de las causas, sobre todo en la década de los sesenta o de los setenta; pero, evidentemente, no en la actualidad. Y ese proceso de éxodo rural, aunque de modo más lento, sigue vigente. Evidentemente, más lento porque la población es mucho menor.

Digo que no ligado al empobrecimiento porque en todos los países, incluso los más desarrollados, pues, el número de gente que... no que trabaja en el campo, sino que vive en el campo, pues es incluso menor que el que está ahora mismo habitando en el mundo rural de Castilla y León. La renta per cápita actual de los... de la persona que vive en el campo no es menor que la persona que vive en la ciudad, siempre haciendo comparaciones medias.

Por lo tanto, entendemos que ahora mismo, que continúa ese éxodo, pues el empobrecimiento no puede ser la causa. Quizá la mentalidad a la que ha hecho alusión, o a esos factores inmateriales, la consideración social, los servicios -de lo que luego hablaremos-, pueda ser una de las causas.

Lo cierto es que el objetivo que parece que todos perseguimos es a corto plazo fijar la población que actualmente existe en el medio rural a ese lugar, e incluso aumentarla o rejuvenecerla en la medida que sea posible.

El planteamiento es: ¿son acertados esos objetivos que nos planteamos? Digo... no digo que no sea deseable de modo utópico, sino si son acertados, si son posibles. Lo digo porque -como dije anteriormente- los países más industrializados, pues, predomina el agricultor que se dedica a tiempo parcial, que está domiciliado en la ciudad, y parece ser que, bueno, algunos de esos países, de alguna zona, pudiera haber acertado en alguna solución; pero parece ser que ninguno de los países más avanzados industrialmente que el nuestro, y por ende también que nuestra Comunidad Autónoma, pues parece que ha encontrado solución a este problema que aquí se plantea.

¿Los medios que hemos puesto en práctica hasta ahora? Bueno, pues, básicamente, son medidas de política agraria exclusivamente, en un 75-80% de las mismas. Usted ha añadido tres: el cuidado del patrimonio de ese ámbito rural, el cuidado del medio ambiente, la explotación de la riqueza paisajística, incluso la actuación en lo que es esas medidas inmateriales -la mentalidad, la iniciativa-, que puede ser otro 10-15%, además de los Programas LEADER y PRODER que se han hecho también constancia después.

Pero, ¿son suficientes estas medidas? Yo creo que la experiencia nos demuestra que no, y no solamente aludiendo a zonas, como se ha especificado, de la zona de la raya o de la zona oeste, sino en general en toda la Comunidad Autónoma. Y no porque no se estén practicando y ejecutando esas políticas alternativas que he dicho de política agraria, de recuperación del patrimonio, de recuperación paisajística; porque se están haciendo. Y, sin embargo, el proceso de envejecimiento y de abandono del hábitat rural es imparable. Lo que predomina -repito- es esa atención a tiempo parcial, el domicilio cada vez más en la ciudad. Los pueblos cada vez están y son más bonitos, pero cada vez están y son más deshabitados.

Entonces, por eso digo yo que si realmente los objetivos que nos estamos planteando son los acertados. Porque no hay que engañarse: no ciñéndonos únicamente a lo que son los centros históricos o esas poblaciones de carácter medio, porque la realidad de Castilla y León es mucho más amplia que todo eso, y los municipios por debajo de los quinientos y de los cien habitantes son numerosísimos. Y, claro, el problema no será que no pueda haber una oferta educativa, o una oferta sanitaria, una oferta de infraestructuras, que todo el mundo requiere; pero no porque no se haga un esfuerzo por parte de la Administración, sino simplemente porque no puede haber en cada pueblo una universidad, ni un hospital, ni puede llegar una autopista. Si queremos una sanidad de calidad, si queremos una educación de calidad, evidentemente, eso tiene que ir concentrado. Y, entonces, al no poder dotar de eso a los pueblos, aunque fuera deseable, como sabemos que es utópico, eso redunda, pues, en una, quizá, falta de consideración social que radica en esa mentalidad de la propia gente que habita en ese mundo rural.

Por tanto, en base a todos estos antecedentes, pues se me ocurren varias preguntas.

Primero, ¿es objetivamente viable fijar la población que actualmente está, rejuvenecer la rural, viendo la experiencia que hay en otros países que han sufrido una industrialización más temprana que la nuestra, y parece ser que la experiencia va en sentido contrario?

Si realmente concluimos que ese objetivo es posible mantenerle y que estamos de acuerdo con las medidas actuales, no vale, ¿habrá que incidir en otras?

¿Es objetivamente viable estas medidas a las que he hecho antes alusión: una oferta educativa, una oferta sanitaria, una oferta en infraestructuras, en igualdad de condiciones con el mundo urbano? Si no lo es, ¿habrá que desistir de ese objetivo y limitarnos a mejorar el nivel de vida de la población que ya radica en ese mundo rural y será éste el objetivo que habrá que perseguir porque es lo viable y porque es lo suficiente, y es lo que se puede y se debe hacer?

Son algunas de las cuestiones que, a raíz de su intervención, se me plantean. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Gracias, Señoría. Compartía el turno... Y ahora, para preguntar, tiene la palabra, también, don José Antonio.


EL SEÑOR DE MIGUEL NIETO:

Sí. Gracias, señor Presidente. Voy a intentar ser breve. Agradecer -¿cómo no?- la comparecencia de nuestros dos invitados de hoy, don Valentín Cavero y don Enrique Clemente.

Yo haré referencia más a la segunda intervención, de don Valentín Cavero. Y únicamente decir en la primera que quizás he echado en falta en... en su exposición, un poco, la referencia al factor humano; quizás es lo que he demandado yo de su intervención -me refiero al primer interviniente-. En lo que respecta al factor humano, creo que su exposición no me ha dejado plenamente satisfecho porque no he visto el papel que usted, dentro de su exposición, le da al agricultor, le da al ganadero, le da a todo ese habitante del medio rural. Quizás haya podido ser una percepción mía que no... que no sea adecuada.

En cuanto a... a la segunda intervención, don Valentín empezaba por hablar que es un fenómeno tardío -podemos coincidir con él- y propiciado -como él mismo reconoce- por políticas llevadas a cabo anteriormente que no tuvieron los éxitos que hubieran sido los deseados, por lo menos en las políticas que se hicieron con respecto a zonas deprimidas o zonas de montaña. Coincidimos plenamente en esta apreciación. Pero yo creo que hay que ser optimistas, y yo creo que hasta el año dos mil seis, a través de los Fondos de Cohesión -que todavía vamos a poder disfrutar-, creo que estamos a tiempo y yo creo que podemos conseguirlo; aunque sea un fenómeno tardío, yo creo que podemos conseguirlo en esta época -hasta el dos mil seis-, de recuperar ese desarrollo rural y adecuarlo a las necesidades que los tiempos modernos exigen.

Coincidimos plenamente con él en todos esos objetivos comunes, por supuesto -¿cómo no?-, y todos los comparecientes que pasan por aquí, los que ya han pasado también lo han dicho. Es un movimiento que surge de abajo arriba, y por eso yo creo que está condenado al éxito, porque surge de abajo arriba -todos coincidimos plenamente-, y que tiene como objetivos comunes, sobre todo, el de fijar la población, el de buscar ese equilibrio territorial y la redistribución de la riqueza.

Dentro de esa diversidad territorial, también -que se ha hablado-, hay poca homogeneidad del medio rural, marcada, sobre todo, por la densidad de población, por las diferencias generacionales existentes entre esa propia población -sobre todo tenemos una población muy envejecida- y la carencia, sobre todo -y ya se ha expuesto yo creo que también por parte de los Procuradores que han intervenido anteriormente-, del factor femenino. Esa carencia de mujeres en el medio rural hace, a veces, que este desarrollo sea muy difícil, que se llegue a circunstancias... yo las calificaría, casi, a veces, verdaderamente de dramáticas -esta ausencia del factor femenino-, sobre todo donde las densidades de población son mínimas.

Y me gustaría saber... todos reconocemos que es muy difícil... si no exactamente políticas concretas, pero medidas concretas que ustedes pueden aportar para intentar invertir este problema.

Coincidimos también, en cuanto a la especialización del medio rural, hay que ir cada día más a la calidad de los productos -coincidimos plenamente-, a alternativas de agriculturas, como puede ser la agricultura ecológica; pero no estamos en... yo creo que no estamos de acuerdo -no sé si lo he interpretado bien-, pero usted era -o así lo he entendido- partidario... o la tendencia de ir hacia una agricultura a tiempo parcial.

Me gustaría que nos abundara un poquito más en esta reflexión. Yo creo que es un tema peliagudo; desde luego, es muy difícil que todos nos pongamos de acuerdo. Pero en absoluto creo que la agricultura tenga que ser, como consecuencia final, una agricultura a tiempo parcial; yo sigo creyendo en la agricultura a tiempo total y en los profesionales de la agricultura, y creo que las medidas que se tomen en este sentido tienen que ir a apoyar esta línea también. Aunque, inevitablemente, esa agricultura a tiempo parcial, pues, cada día puede ser que vaya comiéndole más terreno a la agricultura a tiempo total.

En cuanto a las ayudas compensatorias de la PAC -que aquí se ha hablado-, yo difiero también en este aspecto. Usted nos decía que estas ayudas, que son, aproximadamente, el 45% de la aportación a la renta agraria, tenían que haber generado grandes mejoras en el medio rural. Yo creo que eso es muy difícil, que esa renta agraria tenga esa repercusión en la mejora del medio rural. Yo creo que esas ayudas han ido a la mejora de explotaciones; se han hecho inversiones en las explotaciones. Porque hemos de decir, sobre todo, que es una ayuda a la pérdida de renta. El agricultor, antes de recibir estas ayudas, estaba vendiendo sus productos, pues... estamos hablando de 30... cercano a un precio... rondando las 30 pesetas el precio de garantía. Actualmente estamos muy por debajo; diríamos que al 50% de aquellos precios de referencia. Y sin estas ayudas a la pérdida de renta sería prácticamente imposible estar viviendo en el medio rural y trabajando en el sector agrario.

O sea que creo que estas ayudas han ido a la mejora de las explotaciones. No coincido en absoluto que se hayan invertido en ladrillos. Puede ser que, en casos, se hayan invertido en ladrillos; pero creo que es como consecuencia de una carencia, también, que los propios agricultores tenían. A veces ya la vida en los núcleos urbanos... en los núcleos rurales se hace muy difícil, sobre todo cuando hay hijos en edades escolares, y los agricultores también se ven en la necesidad de irse a las ciudades; y, lógicamente, porque no los tenían, esas necesidades son, también, de comprarse pisos -como decía el señor Málaga-, pero porque antes no disfrutaban de ellos. Y la consecuencia de que los hijos tengan que ir a estudiar a las grandes ciudades conlleva que los agricultores también tengan que comprar pisos en las grandes ciudades; y creo que también tienen todo el derecho del mundo a que esto sea así.

Yo creo -por no extenderme mucho más- que coincidimos también en utilizar, sobre todo, todos esos recursos públicos a los que usted ha hecho alusión, de los bienes comunales (maderas, pastos, aguas, aprovechamientos micológicos), pero me gustaría saber si habría que hacer... -porque la verdad es que puede que sea una materia pendiente-, ¿usted piensa que habría que hacer una reordenación del aprovechamiento de todos estos recursos?

En cuanto a la... el tema ya aludido aquí, y, por supuesto, polémico y... por lo tanto, no voy a entrar mucho en él: la comarcalización, áreas funcionales. Yo creo que en el aspecto del tema que hoy nos ocupa, del desarrollo rural, creo que no tenemos que entrar en esos ámbitos. Yo creo que hay una delimitación geográfica perfectamente establecida por todos estos grupos de acción local, que cada día son más y que, incluso, pues yo creo que ya en la mayoría de las provincias abarcan todo el ámbito geográfico -por ejemplo en la provincia de Soria hay cinco grupos de acción local que abarcan la provincia entera-. Yo creo que son unas delimitaciones perfectas en lo que a desarrollo rural se refiere -no hablamos de otros ámbitos-; son unas delimitaciones perfectas porque han sido unas delimitaciones yo creo que libres, que cada Ayuntamiento, cada municipio se ha podido integrar en el grupo que ha creído más conveniente, por razones de homogeneidad, de todos los factores comunes que estos municipios tienen. Y yo creo que, para el desarrollo rural, ésta es la delimitación perfecta y no deberíamos entrar en más polémicas, si comarcas, áreas funcionales u otro tipo de demarcación geográfica.

Para terminar, yo he de decir -porque quizás las intervenciones, o alguna de ellas me ha parecido un poco en tono pesimista-, yo he de decir que nosotros somos optimistas. Yo creo que hay una vuelta de ese flujo que... una inversión del flujo que en tiempos fue un flujo de gente del medio rural a las ciudades. Yo creo que ese flujo, ese proceso se está invirtiendo: hay una vuelta hacia el medio rural. La gente también se casa de... se cansa de las ciudades, del ambiente de las ciudades, de todos los problemas que conllevan las grandes ciudades; y hay una vuelta de ese flujo que creo que redunde en beneficio del medio rural.

Yo creo que con todas las inversiones públicas que se puedan destinar a mejorar todas las infraestructuras -que reconocemos hay carencias todavía importantes en el medio rural sobre este tema-, y sobre todo con el diálogo y el consenso de todos los Grupos Políticos y de todas las personas que en este mundo y en este proceso de desarrollo rural puedan intervenir y aportar, yo creo que entre todos lo vamos a conseguir, y que, de verdad, en ese marco del dos mil seis, el desarrollo rural en España sea una gran realidad. Nada más y muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Gracias, Señoría. Para contestar a las preguntas, tiene la palabra, en primer lugar, el señor Clemente -indistintamente, o como ustedes prefieran-.


EL SEÑOR CLEMENTE CUBILLAS:

Gracias, señor Presidente. Bueno, más que contestar, algún comentario a las intervenciones o alguna aclaración; alguna aclaración, porque me da la impresión de que yo no me he explicado antes muy bien, por los menos en dos sentidos: en lo del factor humano y en la relación entre globalización y éxodo rural.

Yo es que tengo la impresión completamente contraria a usted, Señoría, porque creo que no he hablado de otra cosa que del factor humano. Quizá no haya sabido expresarme -ya le digo-.

Yo he empezado haciendo una pregunta, que reitero: ¿creemos los que estamos aquí presentes -sobre todo es muy importante que lo crean ustedes, representantes de la soberanía popular- en el desarrollo rural? Concreto más la pregunta, en función de lo que decían: los propios interesados, los residentes y habitantes en el mundo rural actualmente, en esos cuatro escenarios diversos del mundo rural que clasificaba el profesor Cavero, ¿creen ellos mismos en su desarrollo como rurales? ¿O creen que su desarrollo consiste en escaparse de allí?

Estas preguntas son claves, por lo menos para situarnos en que aquí el origen del problema -y, por tanto, su solución- está, principalmente, en el factor humano. Porque si los representantes políticos de la soberanía popular no creemos en el desarrollo rural o si creemos nosotros en contra de la voluntad de los interesados, no funcionaría el factor humano y para nada servirían ni ayudas financieras, ni ayudas comunitarias, ni programas específicos, etcétera.

Por eso yo creo que desde el origen de mi intervención, he tenido una peculiar preocupación, una especial preocupación en dar la importancia, casi suprema, que tiene el factor humano. Cuando luego también, al final y a mitad de mi intervención, insistía en que los recursos, la explotación y actualización, como factores de desarrollo rural de recursos ecoculturales, dependen de esos intangibles, de esos inmateriales, que es la identificación cultural con la sociedad, con el territorio, que es la identificación cultural como castellano leoneses, que es la educación cívica, que es la solidaridad colectiva, el afán de crear grupos, corporaciones, de participar en el quehacer social, he seguido insistiendo en que la clave de todo esto, si hay alguna solución, está en el factor humano, que es el único que podría hacer rentable las ayudas comunitarias, las programaciones autonómicas, etcétera.

Luego en cuanto a otra aclaración: éxodo rural, globalización. Yo no establecía una relación causal entre ambas cosas. Es decir, efectivamente, la situación de depresión económica, urbanística, demográfica que yo describía es producto del éxodo rural y, sobre todo, de su intensificación a partir de finales de los cincuenta. Ésa es una situación objetiva que está ahí.

Lo que yo he querido decir -y, por lo visto, no me he explicado bien- es que los teóricos actuales de la globalización, que cuentan con ese hecho objetivo, dicen: "ésto ya no tiene remedio. Debido a las consecuencias muy negativas del éxodo rural, del largo éxodo rural, es una situación que no tiene remedio. Vivimos en otro mundo, eso se ha acabado. No pierdan ustedes tiempo ni dinero en resucitar un muerto. Es ya... está la situación en una fase terminal". Esto es lo que nos vienen a decir algunos teóricos de la globalización. "Éste es un mundo urbano. Ni siquiera ya urbano, es virtual. No pierdan el tiempo en buscar diferenciaciones, idiosincrasias culturales, especificidades, productos concretos de calidad en determinadas zonas. No pierdan ustedes el tiempo".

Y, de hecho, yo les he recordado que ese debate en el Parlamento Europeo y la Comisión Europea sigue existiendo, y separa y divide bastante a los dos grandes grupos: al neoliberal y al grupo socialdemócrata. ¿Por qué vamos a perder tanta cantidad de inversiones enterrándolas en lugares que ya están muertos, donde esas inversiones en ningún caso se van a rentabilizar, sobre todo si fuera verdad el supuesto de que ni ellos mismos creen en su propio desarrollo? Canalicemos esas inversiones hacia espacios y territorios más competitivos, más dinámicos, hacia sociedades más activas.

Es un debate que está ahí abierto. Por eso yo les confesaba al principio que tampoco yo tengo ninguna respuesta fija, ni segura. Creo que es un debate en el que hay que seguir profundizando.

No sé en qué proporción, no sé en qué proporción se produce un fuerte desvío hacia inversiones urbanas de inversiones cuyo destino político inicial es la promoción del mundo rural, y, por tanto, el desarrollo rural. No sé qué parte de las ayudas compensatorias de la PAC no se están invirtiendo, realmente, o dedicando al desarrollo rural y se están desviando hacia un desarrollo urbano. Pero si esta proporción fuera alta, sería un buen test, una buena prueba de que ni siquiera los habitantes rurales creen en su propio desarrollo. Y, por tanto, no habría que hacer demasiados esfuerzos.

Yo creo que esto, realmente, no es así, que el muerto no está tan muerto, que hay posibilidades concretas de desarrollo en los términos concretos que proponía desarrollando. Lo que sí creo, también, es que hay que enfrentarse al problema políticamente con más decisión, en el sentido de buscar... de definir algo que creo que no tenemos hecho: de definir con mucha más precisión el modelo de región que queremos en Castilla y León.

¿Y qué importancia damos, dentro de la definición y de la concepción de ese modelo, a las distintas situaciones del amplísimo mundo rural que todavía tenemos, con muchos problemas, con muchas dificultades, muy disperso?

Si queremos hacer un modelo muy uniforme, muy centralizado, muy... exclusivamente urbano, dirigido desde el gran centro, desde la gran capital, Valladolid, o queremos ir a un modelo que, aun teniendo esas características, estén compensadas, equilibradas por determinados desarrollos rurales territorialmente mejor distribuidos, más equitativos socialmente, eso exigiría una voluntad política de llegar a algún tipo de comarcalización integral; comarcalización que reflejara en la intención y en la cartografía inicial la definición de ese modelo.

Yo creo un poco que el defecto que tienen para el mundo rural, para el desarrollo rural, las Directrices de Ordenación del Territorio que estos meses pasados hemos estado analizando y hemos estado tratando de criticar en sentido de aportar sugerencias -porque está abierto, y la Junta, en este sentido, ha abierto un amplio plazo, además muy participativo, de... de, pues eso, de reflexión, de debate en muchos colectivos sociales, en Universidades, etcétera-, yo creo que el gran problema, por ejemplo, de ese documento es precisamente ése, que elude el definir un modelo de región, un modelo que implique una determinada relación sociedad castellano leonesa con su propio territorio. En este caso que son unas directrices de ordenación territorial, un modelo territorial, pero como reflejo del modelo social general que tenemos. El territorio es siempre un producto social.

Yo creo que ahí es donde tiene el fallo. Por eso tiene aspectos positivos y negativos, pero todos muy parciales, muy dispersos, muy desagregados, y no llega a definir ese modelo. Por eso yo les decía que las preguntas, algunas que yo hacía al principio, no son nada retóricas, es decir... porque nos ayudarían, si debatimos a partir de la respuesta a esas preguntas, a ir elaborando ese modelo en lo que en nuestro caso ahora afecta al desarrollo rural. Y bueno...


EL SEÑOR CAVERO DIÉGUEZ:

Bien. Las preguntas y reflexiones que han hecho Sus Señorías son -yo diría- de gran envergadura todas ellas, ¿eh?, porque enlazan con algunos de los interrogantes que nos hacíamos desde el lado, quizás, más favorable, que es el no político, el de la no toma de decisiones... Nosotros no tomamos decisiones habitualmente, sugerimos que se tomen decisiones. Y eso, naturalmente, nos permite a lo mejor hablar con un cierto grado de utopía -no lo sabemos-, que yo diferenciaría de ese libro que citaba, de "e-topía", de fuera... estar fuera de lugar.

Yo creo que son muy pertinentes los interrogantes que hacen ustedes, y yo me atrevería a diferenciar una primera cuestión relacionada con las percepciones del territorio, con las percepciones del territorio y cómo interpretamos nosotros los procesos.

Hay una tendencia en las interpretaciones de Castilla y León -no política, independientemente de políticas de uno y otro signo- de caer en los mecanicismos: el mecanicismo que señala que los procesos son inevitables. Eso está superado por las teorías; todas. El mecanicismo de que el territorio se vacía por la lógica económica está desmentido en otros procesos totalmente inversos.

El territorio se vacía cuando carece de oportunidades. El territorio se vacía cuando carece de oportunidades, porque tiene recursos, y las oportunidades, en los tiempos que corremos, están ligadas no exclusivamente a lo agrario. ¿Cómo no voy a ser yo defensor en que las compensaciones económicas son lógicas, equitativas, para mantener la actividad agraria y una renta sostenible y competitiva...? Y diría no del todo competitiva, ¿eh?, en nuestras circunstancias. Algunas rentas son competitivas: las ligadas a algunos cultivos han sido competitivas, no lo vamos a negar; otras no, han sido simplemente compensatorias.

Pero estas oportunidades hay que mirarlas no con el pasado, sino con el futuro, estas oportunidades. Y las oportunidades, por lo tanto, a mí, que llevo hablando y defendiendo los medios de montaña, la región, desde hace mucho tiempo, yo lo miro con optimismo; siempre lo he mirado con optimismo.

Pero hay hechos que, de vez en cuando, te hacen detener ese optimismo y decir: "¿Qué posibilidades tiene nuestro territorio en este contexto?. Ésa es la pregunta. ¿Qué posibilidades tiene en un contexto donde tenemos noventa y cuatro mil kilómetros cuadrados... ?, noventa y cuatro mil ciento cuarenta y siete según unas estadísticas, noventa y cuatro mil doscientos cuarenta y siete según otras; cien kilómetros más. Se conoce que ese borde nos plantea siempre alguna duda. Cuando quitamos Berzosilla, pues ya quitamos cien kilómetros cuadrados, por ejemplo; o cuando uno no sabe dónde queda el Queiles, ¿eh?, pues también le quita kilómetros cuadrados; o cuando uno se olvida de que queda allí un valle como Balouta, perdido, pues también pierde kilómetros cuadrados.

En fin, que es... noventa y cuatro mil ciento cuarenta y siete kilómetros, con 2.000.000, que no llegan, 2.475.000 habitantes, supone unos retos de tal envergadura que no nos podemos parar a discutir que es inevitable que vayan los habitantes de las ciudades, porque es que queda un territorio rural con tantas potencialidades, que no podemos caer en ese victimismo ni en ese mecanicismo, pensando exclusivamente en un recurso como es el territorio.

Portugal tiene noventa y dos mil kilómetros cuadrados, se ha hablado de Portugal, y tiene diez millones de habitantes, y ha sabido mantener un equilibrio territorial en el interior, e incluso impulsarlo, en el interior, con dos medidas muy sencillas: trasladar competencias de servicios de calidad a las ciudades del interior, como son, por ejemplo, los Politécnicos y las Universidades, en fecha antes de que el deterioro demográfico fuese ya, pues, irreversible, y dando o facilitando a los Concellos, a las Cámaras, esa escala intermedia entre el municipio y el distrito que tienen ellos, dándoles competencias en materias sensibles, como la educativa, como la asistencial, como... las propias carreteras, etcétera.

¿Eso ha logrado romper los desequilibrios? No del todo, porque el litoral sigue creciendo, pero sí atenuarlos y empezar... y empezar a vislumbrar medidas positivas. En este sentido, yo creo que tenemos que poner optimismo en el territorio; yo soy partidario, ¿eh?

Y algunas de las cuestiones de carácter administrativo están pesando. ¿Cómo no van a pesar en que las dinámicas sean más lentas en un territorio con más de dos mil doscientos cincuenta y dos municipios? ¿O cómo no van ser más lentas teniendo cuatrocientos cincuenta municipios en Castilla y León por debajo de los cien habitantes? Por la propia dinámica de esa Administración municipal -difícil-, nos pide... o esa propia situación nos pide que hay que hacer entes intermedios.

No voy a entrar en la polémica de la comarcalización, que yo creo que sería una cuestión a debatir en otro foro y en otras circunstancias. Creo que, desde el punto de vista de ese enfoque territorial al que yo me refería en mi intervención, los programas LEADER han tenido éxito, por esa razón que usted planteaba, que hay un consenso, en que... ese consenso, a veces, ha llevado a debates difíciles a escalas locales, pero que, al final, se han ido reconstruyendo, situando las piezas, aunque algunas quedan fuera, ¿eh?, y hay que tomar decisiones al respecto.

Pero yo creo que es insuficiente en esta coyuntura, porque hay temas que los LEADER no pueden abordar. A los programas LEADER no les podemos responsabilizar de cuestiones y de problemas generales y administrativos. Bastante tienen los programas LEADER con abordar los problemas locales, pero no les podemos hacer responsables de que la accesibilidad a esos territorios sea difícil, de que la telemática no llegue a tiempo; no les podemos hacer responsables de eso; de que la asistencia sanitaria o a la tercera edad sea insuficiente y con muchas lagunas. No les podemos hacer responsables.

Es a lo que yo me refería a la hora de debatir estas cuestiones, que hay un nivel de responsabilidad muy modesta en los grupos LEADER que no les podemos trasladar desde la Administración regional ni desde las Administraciones provinciales. Y a veces yo leo -sin participar en esos debates políticos- que se les trasladan responsabilidades. No es justo eso.

Los temas relacionados... -que ha planteado también Jesús Málaga y que también han planteado ustedes-, los temas relacionados con los recursos demográficos y los recursos públicos. Ahí hay unos temas que... pero los recursos demográficos. Los recursos demográficos son las bases de cualquier desarrollo. Y en los recursos demográficos nuestros tenemos dos grandes desequilibrios estructurales a los que me he referido antes, pero que ahora hay que remarcarlos: el desequilibrio etario, el desequilibrio en las cohortes de edad, y el envejecimiento acompañado del envejecimiento de la población activa; aparte de unos... de unos temas como el crecimiento vegetativo negativo, como algunos temas relacionados con la sustitución generacional, etcétera, que no entraríamos en detalles.

¿Cómo solucionar esto? Es la pregunta clave. Creo que la política fiscal que la Junta de Castilla y León, por ejemplo, ha hecho en beneficio de la familia numerosa, o de algunas prestaciones, es positiva, pero insuficiente. Ahora mismo en la política fiscal, por ejemplo, que se plantea en otro contexto y en otro debate, la política en relación a la asistencia, a la formación en grupos, pues, difíciles, en la formación como las nuevas tecnologías, como el acceso a la formación profesional, etcétera, sigue siendo, a mi manera de ver, desequilibrada. No se ha hecho una apuesta definitiva por trasladar recursos humanos y recursos económicos a los centros viables, lejanos. Y estoy pensando en Alcañices, estoy pensando en Bermillo de Sayago, en Puebla de Sanabria, en los lugares de los bordes, ¿eh?, o estoy pensando en Medinaceli, o en otros núcleos muy difíciles, aunque si pasa una carretera al lado se recuperan un poquito.

Hay un tema muy delicado: la inmigración; la inmigración, no la repoblación. La repoblación es difícil. El caso de Teruel es un hecho puntual, muy positivo. Se hizo un gran esfuerzo en antiguos inmigrantes en América latina. Nosotros tenemos colonias en América latina y en otros puntos notables que la segunda o la tercera generación podrían de alguna manera retornar alguno, aunque sea puntualmente, con que sean en un pueblo... con que lleguen como han llegado a Bermillo de Sayago algunas cubanas que han... que se han desposado y, naturalmente, con algunos zamoranos, ¿eh?, pues eso ya es positivo; positivo porque invierten el ritmo, crea optimismo.

La inmigración yo creo que es una tarea que hay que... la inmigración hay que canalizarla bien, porque hay ahora mismo un número de inmigrantes ilegales en la frontera -lo que yo conozco más de cerca- que están trabajando en fincas en Salamanca, están trabajando en el medio rural con falta de integración social. Eso es un hecho real. Entonces, yo creo que hay que verter una apuesta por una inmigración bien canalizada desde las instituciones públicas. Y ahí, en ese papel, no es Valladolid el que tiene un cierto protagonismo; son los municipios o las cabeceras de comarca. No es la Delegación -y permítame que se lo diga así-, no es la Delegación en Salamanca, en León, la que puede controlar mejor esos procesos; son los Partidos Judiciales... Quiero decir controlar a los procesos en el sentido de informar, de formar y de integrar. Y ése es un proceso que está en marcha.

¿Quién de nosotros no conoce ya a alguna persona en el medio rural de procedencia extranjera que esté más o menos integrada en un pueblo próximo? Yo no vivo en el medio rural, tengo mucho contacto con el medio rural, pero en el páramo leonés podría contar sin mucho esfuerzo más de veinticinco personas, o asistiendo a ancianos o trabajando en fincas; más de veinticinco en una comarca que la conozco. Y este proceso es -como digo- imparable, y esto va a beneficiar al desarrollo rural, directa o indirectamente.

Hay otros dos fenómenos que en Portugal los han canalizado muy bien, que es el fenómeno de los retornados, del retorno de prejubilados o del retorno de antiguos emigrantes. Los han integrado en estos procesos de desarrollo local y de desarrollo rural, con ayudas, dándoles, naturalmente, asistencia técnica e implicándolos. Y hay un tercer fenómeno que no podemos perder de vista, y que crea una gran calidad en el medio rural, que son los neorrurales. Los neorrurales que algunos han fracasado en sus iniciativas, pero que otros han tenido un gran éxito en la propuesta de nuevas actividades a tiempo parcial.

En estos colectivos es donde se puede apoyar eso que yo antes llamaba actividades complementarias, y en el impulso de la mujer en la toma de decisiones. Cuando yo les decía el ejemplo que esto se ha solucionado en Suecia, en Noruega, las que conducen los autobuses en el medio rural, en esas zonas, son mujeres que hacen dos jornadas, muchos autobuses pequeños, locales, de servicios complementarios. Las que llevan la red telemática son fundamentalmente mujeres.

Esto es un tema que en Castilla y León por las dimensiones que tiene el territorio y por esos problemas son difíciles, pero no creo que aunque sean difíciles, los medios y con una acción social y política positiva y optimista se pueden llevar a cabo.

Por supuesto, que yo soy... tengo esperanzas en que el LEADER PLUS, con estos seis años que va a tener por delante y con los Fondos de Cohesión, pues creen un tejido renovado en los territorios rurales, porque nuestras ciudades, pues han llegado a su límite; nuestras ciudades han llegado a su límite. Y ustedes lo saben perfectamente que las capitales de provincia han entrado en un proceso de retroceso, cuando ya... el periodo anterior de estancamiento, y que ahí puede haber un reflujo hacia el medio rural. Pero que tiene que estar perfectamente previsto y, de alguna manera, canalizado; no hay que dejarlo al albur.

La otra cuestión, los recursos públicos; los recursos públicos y su aprovechamiento. Yo creo que lo primero que habría que hacer en Castilla y León es actualizar el inventario de los recursos públicos. Esto es una cuestión... el inventario de recursos públicos, ¿eh?, de bienes... de los montes de utilidad pública -algunos están delimitados por cuenta de los pueblos-, de inventarios de bienes pertenecientes... diferenciando comunes y públicos, concejiles y no concejiles, y también recursos que han quedado en zonas de agricultura muy integrada relacionados con los pastos, con los caminos y con el territorio. Después de la concentración parcelaria hubo un desfase entre el sector público y el sector privado en la propiedad de la tierra y en la propiedad de los bosques. Y el hacer un buen inventario de los territorios públicos, concejiles o también... hay como veinticinco figuras de... veinticinco figuras o más relacionadas con estas propiedades, sería el primer paso para iniciar una forma de aprovechamiento integrada. Porque hay muchos conflictos ahora mismo, y estos aprovechamientos, emergentes como las setas, otros productos que crean pequeñas disfunciones si pertenece al Ayuntamiento, si el Ayuntamiento tiene capacidad para abrir o no, o para prohibir o no, etcétera, que yo creo que con un aprovechamiento integral en una escala comarcal, o de programa LEADER en una escala territorial, tendría un efecto positivo.

Y yo creo que ese inventario, hay una publicación reciente de la Junta de Castilla y León que aborda estos problemas y que es un primer avance, pero que no llega a las raíces de la escala municipal o de la escala concejil, porque en las provincias de un poblamiento muy atomizado como Soria, como León, como Zamora, con unos municipios muy grandes, pues estos problemas son relativamente constantes; me parece a mí ¿eh?

Entonces, yo creo que habría que avanzar en un inventario de recursos públicos y en una nueva gestión integrada en estas políticas de desarrollo rural, como los programas LEADER. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Gracias. ¿Algún Procurador no Portavoz desea hacer alguna pregunta? Sí. don Jaime González.


EL SEÑOR GONZÁLEZ GONZÁLEZ:

Aparte de hacer dos o tres preguntas concretas, alguna de ellas ya, incluso, se ha hablado de ella, agradecer a los profesores Clemente y Cavero su presencia. Y algún comentario brevísimo con carácter previo.

Recientemente decía Julio Valdeón que Castilla y León tiene ahora, aproximadamente, la misma población que en la segunda mitad del siglo XV. Tenemos los mismos habitantes que hace quinientos años, sólo que aquellos habitantes de Castilla y León eran entonces el 40% de los que había en España y ahora es el 6% de los que hay en España. Y eso indica los caminos que hemos seguido unos y otros en el desarrollo como territorio y como conjunto. Yo creo que nos hemos transformado, en una gran parte, en un territorio que yo llamo "invisible", "clandestino", políticamente, que es lo que tiene importancia, a la postre, porque es lo que manda al final y lo que tiene que mandar, además, es la toma de decisiones políticas. Y la política no va a ..... no parece que vaya por nuestros... derroteros favorables a nosotros.

Yo observo globalmente un proceso de toma de decisiones que contribuye a una globalización total, en la cual la política ha perdido peso; ha dejado el control de ese proceso de globalización a fuerzas de naturaleza económica, y de naturaleza económica, además, fuertemente impías, que la palabra solidaridad no le suena siquiera: toma sus decisiones en función de sus propios intereses, sin más.

Y yo creo, además, que las políticas -por lo menos en este país- van también por el... la pérdida de peso de lo público, el adelgazamiento -se dice ahora- de lo público en favor de lo privado. Yo creo que el adelgazamiento de lo público no es bueno para el medio rural; el medio rural necesita acción pública de cualquier naturaleza, no hablo de ideología. La acción pública puede ser conservadora o no, pero es acción pública siempre. Yo creo que necesita acción pública para su mantenimiento.

Por lo tanto, yo creo que el conjunto de las políticas y de las... que nos permiten ver, yo creo que no van en la buena dirección; van en una dirección posiblemente equivocada; incluso conflictos internacionales que están en estos momentos tampoco tiran en la dirección correcta, a nuestro juicio.

Pero, realmente, algo hay que hacer. Aquí se han apuntado muchísimas cosas, y algunas tienen que ver con la acción pública de nuestro propio Gobierno Regional. Se ha hablado de la inmigración. Hay en estos momentos pueblos que necesitan como el comer, como colectividad, mano de obra cualificada y no cualificada. No se realizan inversiones en algunos territorios por la ausencia total de personas, lo primero, y de que esas personas, además, sean cualificadas, sepan hacer lo que quiere hacerse.

En el propio Zamora, que ya ha salido aquí, bueno, pues hay un conjunto -curiosamente- de portugueses que acaban de hacer una enorme inversión en un viñedo, y resulta que ahora, pues necesitan dieciocho o veinte personas que trabajen ese viñedo. El Ayuntamiento es incapaz de hacer dieciocho viviendas de alquiler para que dieciocho inmigrantes con sus familias, y por lo tanto con sus niños, se pongan a trabajar allí, se enraícen en ese territorio, impidan que se cierre la escuela, además, porque pasaríamos de cuatro niños a cuarenta y, por lo tanto, las escuelas no se cerrarían, etcétera.

Bueno, pues yo creo que hay una línea de actuación de un Gobierno Regional tratando de resolver el problema de la vivienda pública en alquiler -no en propiedad, porque es imposible que esa gente acceda-, en colaboración con los Ayuntamientos, para que eso prospere y vaya a más.

Por lo tanto, la relación -que ya se ha apuntado, pero yo creo que hay que profundizar en ella- de inmigración... o sea, despoblamiento y repoblación, inmigración y fijación de la población en el medio rural es un tema importante. Castilla y León ya estuvo antes del siglo XV desierta, y se repobló en buena medida, y se repobló con medidas políticas también.

Otra cuestión que a mí me parece necesario: aquí se ha hablado mucho de lo forestal. Castilla y León es forestal: tiene... el concepto amplio de la palabra "monte" no sólo engloba a los pinos y a los montes arbolados, sino a grandes superficies de esta Comunidad Autónoma, que casi todas están declaradas de utilidad pública y, por lo tanto, están en la gestión directa, directa del Gobierno Regional. Aquí, en esta Comunidad, hay pueblos que no tienen territorio: se sale de las casas y se entra en el dominio de la utilidad pública. Siendo propietarias las Juntas Vecinales en la mayoría de los casos, sin embargo, no pueden usar sus territorios y sus montes porque la gestión está en manos de la Junta.

Yo creo que hay que avanzar en la colaboración de la mitad del territorio de Castilla y León, de la mitad del territorio de Castilla y León, entre los Ayuntamientos y las Corporaciones Locales con la Junta de Castilla y León. No digo que la Junta abandone la gestión, sino que dé entrada a la toma de decisiones de quienes son los propietarios, de quienes son los propietarios, que son las Corporaciones Locales, y que son las que conocen fundamentalmente los problemas. A lo mejor, así, lográbamos crear no digo ya doscientos mil empleos, como en Francia, pero, enganchados a lo forestal, podíamos crear un empleo y, sobre todo, un enraizamiento de la gente.

Y yo creo también que tiene que haber una acción pública en lo que se llama "nuevos yacimientos de empleo", que en el medio rural tienen una importancia decisiva. Aquí va a haber muchos pueblos de Castilla y León donde dentro de cinco o seis años todos los habitantes tengan más de setenta años. ¿Quién les cuida? ¿Quién les lleva la colada a un sitio donde les laven la ropa? ¿Dónde pueden ir esa gente a comer o a descansar? Yo creo que la acción pública es vital, y yo creo que el camino es por el incremento, el reforzamiento y el incremento de la acción pública en el territorio. Si no, yo lo veo francamente complicado.

Y, al final, una reflexión: las decisiones que hay que tomar son políticas. Para que las decisiones políticas se tomen, hay que oír a la gente que tiene los problemas. Y yo no veo que haya ningún foro donde se pueda oír a los conjuntos comarcales; no voy a decir ya comarcas administrativas, políticas, sino a los conjuntos comarcales, a los conjuntos de territorios que tienen problemáticas comunes, que reúnen a la gente que tienen los mismos problemas: la Ribera del Cea. Pero puedo decir otros muchos: pues... pues Los Arribes, o Sayago y Aliste, o Maragatería, o Cabrera, o... bueno, o Sanabria y La Carballeda, o... montones de sitios, que es lo que yo he llamado alguna vez "el oeste del oeste", fundamentalmente, que no tienen sitios donde... hablan las Diputaciones, generalmente cada vez con menos rigor y con menos posibilidades, porque sus recursos son, en muchos casos, cada vez menores; hablan los Ayuntamientos; pero no habla el conjunto de Ayuntamientos o de territorios que tienen problema tras problema.

Yo creo que hay que buscar una fórmula para que las comarcas... no digo ya administrativo-políticas, sino las comarcas, los conjuntos de ciudadanos que tienen problemas comunes puedan expresarse en algún sitio, de manera que puedan dejar oír su voz, eso pueda generar decisiones políticas, y que esas decisiones políticas, además, retornen en el beneficio de esas comarcas. Si no se toman esa serie de medidas, pues yo creo que va a ser un poco difícil.

Y una reflexión al final sobre la PAC. La PAC era necesaria; había una y se cambió. Había una que era injusta, que era que cada kilo de trigo producido recibía... Bueno, eso era el desmadre, porque el que producía miles de millones de miles de kilos de trigo recibía muchísimo, y los otros recibían prácticamente nada. Se cambia por una ayuda que es una ayuda a rentas; como es una ayuda a rentas, justamente los agricultores han dedicado a sus incrementos de renta lo que les ha apetecido, y les ha apetecido en muchos casos, pues comprarse el piso en la capital de provincia para tener garantizada cuando se jubilen marcharse allí si quieren, o el coche, o lo que les apetece. Justamente, porque para eso está la PAC. Pero como ha carecido de políticas de modulación, pues el efecto perverso de las primeras no ha servido, se ha mantenido. Y como ha carecido de una cuestión que es ligarla con la profesionalidad y la territorialidad y la estancia en el territorio, pues ha perdido una función muy importante.

Yo creo que si hay una nueva PAC debería, primero, modularse y, segundo, ligarla no tanto a ser agricultor a título principal, como se dice -que no es eso-, sino a la permanencia, a la actividad, a tal, al territorio, y no ir tanto... Bueno, eso era lo que quería decir. Nada más.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Sí, muchas gracias. Yo no sé si me había pedido la palabra María Ángeles. Gracias. Para contestar, cualquiera de los dos, o los dos conjuntamente.


EL SEÑOR CAVERO DIÉGUEZ:

Yo creo que las observaciones que ha hecho Jaime González, pues enlazan con algunas de las cuestiones que se plantearon anteriormente. Y yo creo que tienen una lectura más política que lo que nosotros manifestábamos, pero que yo creo que son cuestiones que también tienen que participar los otros colectivos, sociales y agentes; creo que los sindicatos tienen aquí mucho que decir -¿eh?-, en el tema que ha planteado finalmente. Y que es una cuestión realmente clave a la hora de plantear el desarrollo agrario junto con el rural.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Sí, pues, muchas gracias. Agradecemos la presencia y las explicaciones que nos han dado los profesores. Y levantamos la sesión.

(Se levanta la sesión a las catorce horas veinticinco minutos.)


DS(C) nº 256/5 del 10/10/2001

CVE="DSCOM-05-000256"





Diario de Sesiones de las Cortes de Castilla y León
V Legislatura
Comisión No Permanente de Asuntos Europeos
DS(C) nº 256/5 del 10/10/2001
CVE: DSCOM-05-000256

DS(C) nº 256/5 del 10/10/2001. Comisión No Permanente de Asuntos Europeos
Sesión Celebrada el día 10 de octubre de 2001, en FUENSALDAÑA
Bajo la Presidencia de: Demetrio Espadas Lazo
Pags. 6001-6024

ORDEN DEL DÍA:

1 Comparecencia de los Sres. D. Valentín Cavero Diéguez y D. Enrique Clemente Cubillas, S.C. 246-I, para informar a la Comisión sobre: - Desarrollo Rural

SUMARIO:

 **  Se inicia la sesión a las once horas diez minutos.

 **  El Presidente, Sr. Espadas Lazo, abre la sesión y comunica las sustituciones.

 **  Intervención del Sr. Clemente Cubillas para informar a la Comisión.

 **  Intervención del Sr. Cavero Diéguez para informar a la Comisión.

 **  El Presidente, Sr. Espadas Lazo, abre un turno para la formulación de preguntas u observaciones por parte de los Portavoces de los Grupos Parlamentarios.

 **  En turno de Portavoces, interviene el Procurador Sr. Málaga Guerrero (Grupo Socialista).

 **  En turno de Portavoces, interviene el Procurador Sr. González Núñez (Grupo Popular).

 **  Compartiendo turno, interviene el Procurador Sr. De Miguel Nieto (Grupo Popular).

 **  Intervención del Sr. Clemente Cubillas para responder a las cuestiones planteadas.

 **  Intervención del Sr. Cavero Diéguez para responder a las cuestiones planteadas.

 **  El Presidente, Sr. Espadas Lazo, abre un turno de preguntas u observaciones por parte de los Procuradores que no han intervenido en el debate.

 **  En turno de preguntas, interviene el Procurador Sr. González González (Grupo Socialista).

 **  Contestación del Sr. Cavero Diéguez.

 **  El Presidente, Sr. Espadas Lazo, levanta la sesión.

 **  Se levanta la sesión a las catorce horas veinticinco minutos.

TEXTO:

(Se inicia la sesión a las once horas diez minutos.)


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Sí, buenos días. Vamos a comenzar esta Comisión de Asuntos Europeos. Y por parte de los Portavoces de los Grupos, si tienen alguna sustitución. Sí, por el Grupo Popular.


EL SEÑOR DE MIGUEL NIETO:

Sí. Gracias, señor Presidente. Doña Rosa María Flores sustituye a Natividad Cordero y don Felicísimo Garabito a Mercedes Alzola.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Gracias. Por el Grupo Socialista.


EL SEÑOR MÁLAGA GUERRERO:

Doña Ana Granado a Octavio Granado y don Jaime a don Antonio de Meer.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Gracias, Señoría. Al mismo tiempo, nos ha llegado un escrito aquí, a la Presidencia, de don Antonio Herreros disculpándose de que no podía venir a la Comisión. Y voy a leer lo que nos...: "Estimado amigo, un compromiso personal ineludible surgido a última hora me impide acudir a la sesión de hoy, miércoles, de la Comisión. Te ruego que me disculpes ante los miembros de la misma y, particularmente, a los comparecientes don Valentín Cavero y don Enrique Clemente". Por lo visto, ha sido un accidente de un hijo de un amigo -un accidente de moto-, y por eso no ha podido venir.

Bueno, y como decía, vamos a dar comienzo a la Comisión de Asuntos Europeos. Hoy tenemos ante nosotros a dos personalidades, como son don Valentín Cavero y don Enrique Clemente Cubillas, para que nos hablen de Desarrollo Rural. Y, en primer lugar, quiero anunciar a los Portavoces que, de acuerdo con ellos, y a los miembros de la Comisión, vamos a hacer las... van a intervenir los dos seguidos y a continuación tendremos un descanso, y después ya se pueden hacer las preguntas. Para empezar, tiene la palabra don Enrique Clemente.


EL SEÑOR CLEMENTE CUBILLAS:

Muchas gracias, señor Presidente. Bien. En primer lugar, quería manifestarles mi agradecimiento por la invitación que recibía hace unos días. Por tanto, dirigir mi agradecimiento al Presidente de las Cortes, a don Manuel Estella Hoyos, al Presidente de esta Comisión de Asuntos Europeos, a los Portavoces y a todos los Procuradores de esta misma Comisión. Agradecimiento que en mi caso, pues, es muy sincero, muy afectivo, porque para mí volver a este castillo de Fuensaldaña siempre me trae muy buenos recuerdos: fui... bien es verdad que durante poco tiempo, pero fui Procurador en parte de una Legislatura, y -como les digo- tengo muy buenos recuerdos de este castillo y de este tipo de trabajo parlamentario. Bien.

Cuando yo empecé hace unos días a redactar un poco el esquema o el guión de lo que quiero que sea mi intervención en este momento, partí del supuesto de que ustedes, Señorías, igual que yo, y que mi compañero Valentín Cavero, estaban convencidos de las ventajas estratégicas y de la operatividad política del desarrollo rural, y de la escala local de ordenación territorial como procedimiento muy útil y práctico para promover un proceso diferenciado y dinámico de la sociedad y del territorio de Castilla y León.

Confío en no equivocarme al hablarles a ustedes desde el convencimiento de que, como representantes democráticos que son de la soberanía popular castellano-leonesa, Sus Señorías comparten de entrada conmigo una firme creencia en los valores locales, en las peculiaridades endógenas de cada lugar, en la diversidad cultural como fuente de riqueza y como motor de desarrollo de nuestra Región. Esta confianza, que científicamente y políticamente podemos compartir -creo yo- todos los presentes, en las potencialidades del mundo rural, en el valor de lo local, de lo endógeno, de lo propio, de lo peculiar, de lo distinto, no debe hacernos olvidar, sin embargo, que el pensamiento culturalmente dominante en la actualidad parece no estar muy de acuerdo con estas ideas. Los teóricos de la globalización, con su creciente influencia social, con su control sobre los medios de comunicación y los poderes mediáticos, estos teóricos de la globalización dudan cada vez más de la funcionalidad real del desarrollo endógeno del mundo rural; dudan que esto pueda servir como estrategia de promoción en la actual sociedad de la información y del conocimiento.

Estos teóricos afirman que la sociedad del nuevo siglo y del nuevo milenio organiza y ordena sus territorios por medio de redes y flujos virtuales de intercambios diversos a través de sistemas de relación y de comunicación desterritorializados y deslocalizados, y que, por tanto, están perdiendo capacidad operativa todos los sistemas de desarrollo basados en la realidad física y material de los lugares concretos y basados en la diferente situación y localización de los distintos territorios.

Hay algunos teóricos, que ustedes conocen, que insisten en estas ideas que acabo yo de resumir. Sería al caso, por ejemplo, de Anthony Giddens -le conocen ustedes, Señoría-, es el teórico de la llamada "Tercera Vía", el ideólogo de cabecera del amigo del Presidente Aznar, de Tony Blair. Yo he leído recientemente un libro suyo -que les recomiendo, si le interesa... si les interesa esta cuestión, este debate-, se titula "Un mundo desbocado: los efectos de la globalización en nuestras vidas". Está editado en Taurus el año pasado, en la Editorial Taurus en Madrid, Madrid dos mil.

Hay otro teórico, que a mí también me ha interesado mucho en el sentido que ahora les decía, pone muy en duda de algunas de nuestras creencias y convencimientos sobre la ordenación del territorio, que es Armand Matellard. Su libro es "Historia de la Utopía Planetaria, de la ciudad profética a la sociedad global". Está editado en Paidós, en Barcelona, también el año dos mil.

Y con alusiones más concretas a la situación en España -lo conocerán- de más divulgación el librito de Guillermo de la Dehesa "Comprender la globalización", en Alianza Editorial, en Madrid, también el pasado año dos mil.

Las tesis cada vez más elaboradas, por otro lado, de los partidarios de la globalización nos obligan a hacernos algunas preguntas a los que creemos... a los que seguimos creyendo en el valor del desarrollo rural localizado y diferenciado.

Por ejemplo, ¿sigue siendo útil programar un desarrollo rural a escala local en un mundo cada vez más uniforme y globalizado? ¿Esta globalización necesita complementarse, equilibrarse, compensarse con la localización o ésta -la localización- queda eliminada, excluida y sustituida por aquélla, por la globalización?

En definitiva, ¿los que seguimos confiando en las virtudes y en los valores de lo rural y de lo local estamos programando y preparando un futuro posible y deseable para este tercer milenio recién inaugurado o nos estamos aferrando nostálgicamente a un mundo que se acaba sin remedio y que carece de interés y de viabilidad?

Antes de seguir adelante, quiero dar a Sus Señorías un aviso que considero importante y necesario: yo personalmente no tengo por el momento unas respuestas mínimamente seguras y fiables a estas preguntas. Lo van a notar Sus Señorías, sin duda, en el resto de mi exposición. En la reflexión científica y política que quiero compartir esta mañana con ustedes advertirán que tengo más dudas que certezas, más incertidumbres que seguridades, más preguntas que respuestas. Por eso quiero compartir el debate con ustedes.

Los que nos dedicamos profesionalmente a la ordenación del territorio cuando empleamos conceptos tales como recursos materiales, recursos inmateriales o intangibles, recursos ecológicos, recursos culturales, desarrollo rural, desarrollo endógeno, desarrollo local, etcétera, cuando tratamos de interrelacionar estos conceptos, cuando tratamos de definirlos operativamente, no podemos olvidar el actual debate científico sobre la relación metodológica entre lo local y lo global. ¿Son conceptos complementarios, operativamente complementarios, o son contradictorios? Hay un librito -que ustedes también conocen muy bien-, el de Jordi Borja y Manuel Castells, "Local y global. La gestión de las ciudades en la era de la información", editado en Taurus, en Madrid, el año noventa y siete del pasado siglo, que plantea bastante bien este problema, si bien muy volcado al mundo urbano más que al mundo rural.

La pregunta es: ¿son conceptos complementarios o contradictorios lo local y lo global? No es nada fácil responder a esta pregunta. Sugiero una posible respuesta, pero a modo de hipótesis, que sería que la ciencia, el pensamiento debe ser global; la política, en cambio, debe ser local. Quizás a través de esta hipótesis (un poco simplificada) podemos encontrar no sólo los vínculos de complementariedad entre lo global y lo local, sino también podemos encontrar la buena relación de convivencia entre la ciencia y la política, entre las ideas teóricas y su aplicación práctica. Posiblemente, éste es el mensaje que quieren transmitir los ecologistas cuando popularizan ese eslogan que recomienda "pensar globalmente y actuar localmente". Las ideas, el pensamiento, deben tener los horizontes más amplios posibles, deben ser globales, sin límites, no deben tener miedo ni las ideas ni el pensamiento a estrellarse con la utopía; debe evitar el pensamiento o deben evitar el pensamiento y las ideas cualquier tentación de particularismo, cualquier tentación localista. Pero la acción, en cambio, debe concretarse localmente en un compromiso muy preciso, sin ninguna excusa globalizadora que justifique la evasión de ese compromiso local específico. El otro día leía yo de pasada en un programa de teatro una frase preciosa de Tolstói, que dice: "mira bien tu aldea y serás universal".

Bien. Hoy ya nadie pone en duda la riqueza del patrimonio ecológico y cultural de Castilla y León. Tampoco se pone en duda la capacidad de estos recursos ecoculturales para impulsar el desarrollo rural de la Región. En teoría, en teoría, todo el mundo está de acuerdo en la necesidad de una doble política complementaria para favorecer el desarrollo rural a escala local. Sería, por un lado, la defensa y promoción del patrimonio cultural; por otro lado, la defensa y preservación del medio ambiente.

Se compaginaría, así, con esta doble política complementaria, la conservación del pasado, la defensa del patrimonio cultural, con lo que podemos llamar la "conservación del futuro", la promoción del patrimonio ecológico (aunque esta segunda expresión, "conservación del futuro", pueda parecer paradójica, contradictoria, pero se trata de conservar el medio ambiente como inversión de futuro, que garantice la biodiversidad y la capacidad genética en beneficio de las siguientes generaciones).

Esta doble política de conservación del pasado -patrimonio cultural- y de conservación del futuro -riqueza ecológica- puede tener un campo de aplicación -y es el ejemplo que voy a utilizar- en nuestras villas históricas y en sus entornos como estrategia articuladora territorialmente de desarrollo rural. Estas villas históricas son núcleos de población con nombres muy conocidos: Aranda de Duero, Arévalo, Astorga, La Bañeza, Benavente, Béjar, Ciudad Rodrigo, Medina del Campo, Peñaranda, Toro, Villablino... también Tordesillas, Ponferrada, Medina de Rioseco, Peñafiel, Barco de Ávila, Villafranca del Bierzo, Alba de Tormes, Burgo de Osma, etcétera, etcétera.

Las estadísticas contabilizaban, en el año noventa y uno, del pasado siglo, en Castilla y León, treinta y dos municipios entre veinte mil y cinco mil habitantes. Son centros comerciales, cabeceras de comarca tradicionales que históricamente han sido decisivas para la articulación del territorio regional y para el equilibrio del propio sistema de asentamientos, del propio sistema urbano de Castilla y León. Estas villas históricas, la mayoría de ellas, han sido bien estudiadas -casi siempre por geógrafos-, y el diagnóstico de estos especialistas es unánime, y es un diagnóstico que en ningún caso invita al optimismo.

Son núcleos de población con una rica herencia histórica y cultural, pero con un difícil y problemático presente, y sin apenas posibilidades y perspectivas de futuro. La crisis generalizada de estas villas históricas se manifiesta, sobre todo, en su estancamiento o en su regresión demográficas, en su pérdida de la influencia funcional, en el achicamiento... en el achicamiento de su espacio comercial circundante; no han resistido la competencia de las capitales de provincia, que han ido centralizando la oferta de servicios y la actividad comercial, favorecidas por la mejora creciente de las comunicaciones.

Sólo hay en Castilla y León dos tipos de excepciones a esta crisis general: aquellas villas que gozan... la primera excepción, sería aquellas villas que gozan de una ventajosa renta de situación porque están localizadas en encrucijadas de comunicación, en cruces de camino, por ejemplo, Astorga, La Bañeza, Ponferrada, Benavente, Tordesillas, todas ellas en ese eje transversal, que es dinámico, que comunica la Región en sentido o en dirección este-oeste por medio de la Nacional VI; o el caso de Aranda de Duero y Miranda de Ebro, en una situación similar en relación con la Nacional I.

La otra excepción -que en este caso nos interesa menos- la constituyen algunos municipios limítrofes con las capitales de provincia y que se aprovechan de la proximidad de éstas: el caso de Laguna de Duero en Valladolid, el de San Andrés del Rabanedo en León, o el de Santa Marta de Tormes en Salamanca.

El caso es que la crisis demográfica, económica y urbanística de estas villas históricas se acentúa aún más en los territorios más marginados y aislados (que carecen, por tanto, de una mínima renta de situación). Por el mismo motivo que hemos visto que la crisis se atenuaba -o, incluso, en algunos casos desaparecía- en aquellas villas que gozan de una situación privilegiada en ejes dinámicos de comunicación y de contacto.

Ahora voy a barrer un poco para casa, porque éste es el caso de todas las comarcas occidentales, de todo ese espacio de la raya ibérica central, que históricamente ha padecido la tradicional impermeabilidad de la frontera hispanolusa. Los estudios de mi compañero, de Valentín Cavero Diéguez, que saben ustedes que es el máximo especialista en el análisis y diagnóstico territorial de estas tierras occidentales y fronterizas, confirman esto que yo ahora resumidamente les estoy diciendo y les voy a decir.

También aquí me gustaría hacerles una breve recomendación bibliográfica, la última ya -ésta, además, de carácter literario-, siguiendo el consejo de Gabriel García Márquez cuando escribía aquello de que "las intuiciones y presagios de los novelistas son a veces tan útiles como las ciencias académicas para desembrujar la realidad", decía García Márquez.

En el caso de la raya central ibérica, yo les aseguro que las intuiciones y presagios de algunos novelistas que les voy a citar coinciden completamente, casi literalmente en algunos casos, con los estudios académicos y científicos que ha realizado o ha dirigido el profesor Cavero. Me refiero, por ejemplo, a Luciano González Egido, un novelista salmantino que escribió hace unos años una novela preciosa que se titula La fatiga del sol; está editada en Tusquets, en Barcelona, el año noventa y seis, el pasado siglo. Este salmantino ambienta su novela en esas tierras occidentales y fronterizas de la provincia, en las comarcas de Vitigudino y de El Abadengo, una zona próxima a Los Arribes, y tiene algunas descripciones extraordinariamente expresivas para desembrujar la realidad de ese territorio.

Otro castellanoleonés más conocido que González Egido, Julio Llamazares, el novelista leonés de Vegamián, tiene un librito -que seguramente conocen- Trás os montes. Un viaje portugués -editado en Alfaguara, en Madrid, el año noventa y ocho-. Es un libro de viajes precioso, con descripciones extraordinarias sobre la raya central ibérica.

Luego estaría el de José Saramago, el Premio Nobel portugués, titulado Viaje a Portugal -editado también en Alfaguara, en Madrid, el año noventa y cinco-. Es otro precioso libro de viajes con algunos capítulos maravillosos referidos a los territorios portugueses fronterizos con Zamora y Salamanca.

Para ilustrar literariamente todo el debate de si se acaba o no se acaba el mundo rural castellanoleonés, toda la obra de Miguel Delibes, casi toda su obra completa, sería muy ilustrativa. Yo les recomiendo un librito, La naturaleza amenazada -editado en Destino, en Barcelona, el año noventa y seis-, que recoge su discurso de ingreso en la Real Academia de la Lengua -que se produjo el año setenta y cinco-, y otros relatos cortos de ficción, ambientados en la Región, con descripciones ecológicas y paisajísticas enormemente expresivas.

Bien. Visto un poco el triste panorama que expresan tanto los análisis de la ciencia social y territorial y que denuncian los testimonios literarios -algunos de los cuales les citaba ahora-, tenemos unas villas históricas en crisis demográfica, económica y urbana permanente, y algunas de ellas, situadas, además, en un territorio aislado, marginal y deprimido. Vista esta situación, vuelven también aquí a plantearse algunas dudas razonables sobre la viabilidad real de estas villas históricas en evidente decadencia como escenarios y como plataformas de promoción de recursos ecoculturales para favorecer un desarrollo local y endógeno en el mundo rural. Por ejemplo, ¿tiene todavía algún sentido, algún interés, programar actividades de desarrollo local basadas en la explotación de recursos ecoculturales, endógenos, de estas villas históricas en regresión, en la era de la ciudad posmoderna, en la época de las metrópolis de la posmodernidad, que están compitiendo en un mercado global con estrategias de marketing, que cuestionan incluso el principio de realidad y defienden cada vez más el valor de la apariencia, el valor de la imagen de marca de cada ciudad, que entienden el urbanismo como una simulación simbólica para crear ciudades como museos vivientes con parques temáticos, lo que pudiera representar ahora la cultura del Guggenheim en Bilbao?

¿O sirve para algo, que no sea la recreación nostálgica de un esplendor pasado, el tratar de promocionar actualmente estas villas históricas, en pleno auge prospectivo y futurista, de cara al siglo XXI y al tercer milenio de lo que llaman la "ciudad virtual" (una ciudad que no tendría ni situación geográfica ni emplazamiento topográfico, no tendría morfología ni plano, no tendría calles ni edificios, sería una ciudad sin territorio, lo que se ha llamado "telépolis", como resultado y expresión urbana de la globalización desterritorializada y deslocalizada)?

Pues yo creo que de las respuestas que demos a estas preguntas depende el previsible futuro de las villas históricas, sobre todo aquellas que están en territorios aislados, marginados y deprimidos. No son, por tanto, preguntas retóricas o académicas, sino yo creo que son interrogantes cargadas de sentido científico y de sentido político.

En primer lugar, el desarrollo local de las villas históricas castellanoleonesas hoy -lo saben Sus Señorías- depende directamente de las inversiones públicas, más en concreto, de las inversiones de origen comunitario. Pero, dadas las condiciones de partida, tan precarias, de estos núcleos de población, dada su crisis profunda y generalizada, ¿podrán atraer esas inversiones comunitarias -nuestras villas- compitiendo, por ejemplo, con las zonas industriales en declive, que inicialmente son más receptivas a la innovación y a la rentabilidad económica, social y territorial, debido a su tradición industrial anterior, a la experiencia empresarial que han acumulado, a sus mayores facilidades también de reconversión funcional y económica? ¿Podrán competir nuestras villas con las crecientes necesidades de los nuevos territorios comunitarios, la Europa del Este, dentro de la voluntad de ampliación de la Unión Europea? ¿Podrán competir con el desvío de las inversiones hacia los territorios más dinámicos, más competitivos, más rentables de los centros desarrollados?

Porque no olviden que no está ideológicamente, ni políticamente, ni financieramente solucionado el problema, el dilema entre rentabilidad económica y equidad social y territorial. Sigue siendo un debate abierto que separa muy nítidamente las ideologías socialdemócrata y neoliberal.

Pero, en segundo lugar, supongamos que las inversiones públicas comunitarias siguen llegando, e incluso se incrementan; aumentan los programas de cohesión socioterritorial, los fondos estructurales de las Regiones Objetivo Uno. Aceptemos esta hipótesis, cada vez más dudosa o con un horizonte ya limitado, pero que sería la más optimista. Nuestras villas y nuestros territorios rurales y fronterizos serían, aun en esta hipótesis más favorable, capaces de superar su dependencia, su subordinación excesiva de los poderes y de los fondos públicos, como obstáculo para el desarrollo de la iniciativa propia, como factor estimulante de la pasividad.

Aquí es donde hay que valorar en su justa medida el significado del epíteto del adjetivo "endógeno", que colocamos habitualmente junto al sustantivo "desarrollo", "desarrollo rural". Endógeno es lo propio, lo autóctono, y esto supone iniciativa local, no dependencia de agentes externos. En cambio, la dependencia siempre es exógena. Habrá que superar operativamente, es decir, en la planificación, en la financiación de los planes elaborados y programados, y en la gestión instrumental de dichos planes esta contradicción básica entre iniciativas endógenas propias, y dependencia exógena y ajena.

Y la superación efectiva y práctica de esta contradicción depende mucho -en mi opinión- de los llamados recursos inmateriales, sobre todo de los recursos educativos y sociales, de los recursos cívicos, de la capacidad de organizarse de una sociedad, de la capacidad de asociarse en colectivos diversos bien articulados e integrados; y todo ello, a su vez, depende de la identificación que los individuos tengan con su sociedad y con su territorio. Es un problema de identidad cultural, como estrategia de vertebración social y de compromiso cívico, y como estrategia de responsabilidad colectiva.

La promoción y defensa de la identidad cultural propia depende mucho de la socialización y del compromiso cívico; compromiso cívico con los planes e iniciativas de la colectividad. Su contrario y su peligro -bien lo observamos-, su tentación, es el individualismo, culturalmente muy arraigado en las sociedades decepcionadas y resignadas a su triste suerte.

Pues bien, respecto a los posibles recursos ecológicos y culturales de las villas históricas de Castilla y León, no voy yo a enunciarles una relación completa y exhaustiva de los mismos -sé que no hace falta-.

Entonces, para finalizar mi exposición -y de manera muy breve, muy resumida-, también como invitación al debate, me limitaré a apuntar algunas pistas, algunos indicios, algunos criterios para el descubrimiento o identificación de dichos recursos ecoculturales y para su posible conversión y transformación, mediante una gestión eficiente -en términos económicos-, respetuosa también en términos ambientales, de esos recursos naturales poderlos convertir, los recursos naturales y patrimoniales, en recursos económicos endógenos y, por tanto, en estímulos de desarrollo local en el mundo rural.

Diferenciaré en este resumen final tres tipos o grupos de recursos ecoculturales en las villas históricas con un esquema muy simple: en recursos patrimoniales, recursos paisajísticos y ambientales -en segundo lugar-, y recursos inmateriales o intangibles -en tercer lugar-.

Respecto a los recursos patrimoniales, su descubrimiento, su catalogación, su selección como factores de desarrollo socioeconómico, serviría para poner en práctica la estrategia antes comentada de conservación del pasado. Consistiría en arbitrar mecanismos adecuados de gestión para adaptar funcionalmente a las demandas nuevas del presente esa rica herencia cultural del pasado, para ser capaces de rentabilizar el legado patrimonial de la historia como proyecto de desarrollo presente y futuro.

A estos fines servirán, en muchos casos, la recuperación y adecuación a la modernidad de los cascos históricos y, dentro de ellos, de determinados monumentos singulares de nuestras villas históricas, practicando en ellos técnicas arquitectónicas de rehabilitación física y criterios funcionales de adaptación a nuevos usos y a nuevas demandas sociales.

No hay que olvidar que la rehabilitación arquitectónica y urbanística es el equivalente cultural del reciclaje ecológico para aprovechar residuos, que a veces pueden ser muy valiosos, y energías con criterios de austeridad en cualquier programación.

La finalidad última de estas operaciones de desarrollo local a partir de recursos endógenos, que están en muchos casos hoy deteriorados, olvidados, siempre -en cualquier caso- infrautilizados, esa finalidad no sería únicamente -aunque también- el atractivo turístico, los visitantes de paso; sino la finalidad sería el logro de unos atractivos más permanentes, al favorecer un tipo de hábitat fijo y estable a favor del acortamiento de las distancias que produce la mejora de las comunicaciones. Muchas villas históricas que quizá... quizás no todas, pero muchas sí, podrían así empezar a comportarse y a publicitarse como espacios urbanos de alta calidad de vida, lo mismo que las llamadas ciudades medias, medianas o intermedias; y podrían ofrecerse a los potenciales consumidores de ese hábitat permanente de calidad como alternativa viable a los inconvenientes de la masificación y del gigantismo de las grandes aglomeraciones urbanas. En definitiva, se trataría de propiciar un diseño urbanístico y arquitectónico que, mejorando la calidad de vida y la prestación de servicios a los residentes, suponga también un atractivo para posibles nuevos residentes foráneos.

¿Es todo esto posible en la realidad o estamos, una vez más, expresando una mera declaración de intenciones? Porque estas mismas dudas persisten cuando se habla de los recursos paisajísticos y ambientales que con frecuencia, con mucha frecuencia en nuestra Región, rodean las proximidades de estas villas históricas, creando unos entornos naturales privilegiados, que también contribuyen al incremento de la calidad de vida del hábitat y pueden conservarse y potenciarse como atractivos turísticos y como reclamo de nueva población residente.

Muchos de estos recursos ambientales y de estos paisajes excepcionales por su belleza y por su valor ecológico podrían también emplearse como verdaderos laboratorios de defensa y promoción de la biodiversidad y como escuelas de naturaleza y de educación ecológica. Estaríamos así poniendo en práctica la otra estrategia complementaria de la anterior: la conservación del futuro, gracias a un buen entendimiento planificador de los recursos culturales y patrimoniales, y de los recursos ecológicos y ambientales; desde la responsabilidad cívica del presente, estaríamos garantizando la complementariedad y la continuidad históricas entre la recuperación y conservación del pasado y la conservación del futuro.

Claro que el aprovechamiento económicamente eficiente, socialmente solidario y ambientalmente sostenible, tanto de los recursos culturales y patrimoniales como de los recursos paisajísticos y ecológicos, depende -ya lo decía antes y con esta idea quiero terminar-, depende sobre todo de la existencia de determinados recursos inmateriales. Recursos inmateriales o intangibles que debemos promocionar en cantidad y calidad suficientes. Me explicaré brevemente.

Yo, personalmente, no estoy seguro de que la gravedad de la crisis de nuestras villas históricas, o el estado de abandono y de ruina de muchos monumentos arquitectónicos de muchos cascos viejos, o la ausencia de interés, de preocupación, la falta de iniciativas protectoras de muchos paisajes naturales y de muchos ecosistemas muy valiosos, digo que no estoy seguro que todo ello se deba sólo, única y principalmente a la desidia de la Administración Pública o a cualquier otro motivo externo, como puede ser la ausencia, la carencia permanente, la insuficiencia constante de los medios económicos o de los recursos financieros de origen público.

Muchas veces pienso que en nuestra Región y en nuestras comarcas rurales la falta de sensibilidad cultural y ambiental, el desconocimiento ignorante y, por tanto, culpable respecto a los recursos ecoculturales propios, endógenos, sólo se explica por la ausencia paralela de algunos recursos inmateriales de nuestras comunidades rurales, como por ejemplo la identificación con su territorio y con su historia. Quizás ese déficit de identidad cultural propia, endógena, local, diferenciada, pueda explicar las dificultades reales y operativas a la hora de poner en explotación adecuada los recursos materiales de interés patrimonial o ecológico.

Quizás colectivamente nos esté faltando civismo, entendido como compromiso concreto con lo propio, con lo nuestro. Quizás nos estén faltando normas de convivencia social basadas en la solidaridad, en el respeto a lo distinto, a lo diferente. Como actores sociales, nos falta, quizás, mucho por aprender sobre el valor irrepetible de nuestra propia identidad cultural, de nuestra peculiar idiosincrasia, como contribución necesaria e imprescindible a la multiculturalidad, al mestizaje y a la tolerancia con otras identidades y con otras culturas.

Termino recordando la frasecita de Tolstói, que nos la podíamos aplicar: "Si fuéramos capaces de mirar bien nuestra idea, los castellanoleoneses cuidaríamos la idea... la aldea y seríamos mucho más universales".

Bien. Muchas gracias, señor Presidente. Y muchas gracias por su atención, Señorías.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Muchas gracias, don Enrique. Pasamos la palabra a don Valentín Cavero.


EL SEÑOR CAVERO DIÉGUEZ:

Buenos días a todos, Señorías. Yo quiero también, de nuevo, agradecer públicamente estar aquí, en esta sala, donde ya he comparecido en otras ocasiones con motivo de explicaciones parecidas a las que nos ocupan hoy, concretamente a hablar de los problemas de cooperación y desarrollo transfronterizo, a mediados de los años noventa, y que consideré aquel momento como clave para iniciar una nueva andadura de tipo social y política en la percepción de los problemas regionales de Castilla y León.

Por eso, de nuevo, señor Presidente, y paisano, agradezco de nuevo esta presencia aquí, en las Cortes de Castilla y León, que es donde los problemas del territorio de la Región deben tener mayor audiencia y deben también partir de aquí las soluciones pedagógicas para el resto de los ciudadanos.

El desarrollo rural entre nosotros es un fenómeno reciente; entre nosotros es un fenómeno tardío. El desarrollo rural no tiene que ver en los planteamientos actuales con el desarrollo agrario, ni con el desarrollo agrícola, ni con lo que hemos heredado en esta Región de positivo que tuvo la extensión agraria, o la colonización, o la puesta en regadíos durante las décadas pasadas. El desarrollo rural es una alternativa a unos modelos universales y globales de política económica, de comunicación en el mundo moderno, y son unas alternativas que tienen que ver mucho, desde mi punto de vista, con lo que el profesor Clemente Cubillas ha dicho antes: las escalas locales. Luego explicaré con mayor detenimiento lo que esto significa en Castilla y León y lo que esto significa en una política europea como la que se defiende a partir de mil novecientos ochenta y ocho con la reforma de los Fondos Estructurales y con las iniciativas del paquete de Delors, que tiene que ver mucho con el desarrollo rural. Bien.

¿Cuál es, a mi entender, este desarrollo rural implicado o inscrito en algo más, que es las políticas de desarrollo local, y que es algo más que tiene que ver con la superación de los desequilibrios internos en Europa, en las Regiones Objetivo Uno o en las Regiones Objetivo Cinco B?

En principio, podríamos decir que el desarrollo rural pretende alcanzar objetivos que ustedes conocen muy bien y que todos conocemos muy bien, pero que son muy difíciles de poner en práctica. Primer objetivo: sacudir la parálisis y atonía económica allí donde se produzca. Segundo objetivo: fijar y retener a la población. Tercer objetivo: abordar iniciativas comunes de abajo a arriba; completamente diferente a la política indicativa anterior de arriba a abajo; una política ascendente en lugar de descendente; esto hay que tenerlo muy claro si realmente queremos hacer desarrollo rural. Cuarto objetivo: búsqueda de un mayor equilibrio territorial.

Si somos capaces entre nosotros de comprender estos cuatro objetivos como meta del desarrollo rural, desarrollo local, estamos implicando a toda la política regional y a toda la política en general; si somos capaces de comprender estos cuatro objetivos que deben estar presente en cualquier mensaje, en cualquier inversión de política regional a escala comarcal, a escala local.

Esto nos lleva a una definición muy sencilla -pero también difícil- del desarrollo local y rural: tiene que ser integral, no tiene que ser sectorial; si es sectorial, realmente, puede incidir en un aspecto, pero no en los objetivos globales.

El desarrollo rural se puede decir que es, además, una crisis... perdón, una respuesta a la crisis de los modelos heredados e inadaptados... de nuestros modelos agrarios heredados e inadaptados a los procesos de modernización reciente. Esa inadaptación es uno de los problemas graves a la hora de tomar medidas. Se puede decir, además, que el desarrollo rural entre nosotros llega -como dije antes- de la mano de la Unión Europea a finales de los años ochenta y, sobre todo, a partir de un Dictamen y un informe económico: el futuro... la pregunta sobre el futuro del mundo rural es el documento de la Unión Europea donde se plantean estas cuestiones.

¿Hasta ese momento a qué habíamos vivido? Casi una desesperanza sobre el mundo rural. Recuerdo, ya que hemos citado a algunos autores, a un autor español como Enrique Barón, que escribió a principios de los años setenta un librito que hablaba de la agonía del campesinado. Está publicado por ahí. Y de un sociólogo francés, Henri Mendras, que decía: "el final del mundo rural". Justamente en esos años, finales de los ochenta, los libros que se publican en Centroeuropa, como el de Bernard ....., un economista y sociólogo francés, es el renacimiento del mundo rural. Hay una vuelta a la esperanza, hay una vuelta a ver el mundo rural no desde la agonía, sino desde el renacimiento de sus posibilidades.

¿Cuáles son entre nosotros -y esto es importante, a mi entender, es significativo- cuál es entre nosotros, entre los castellanoleoneses, entre los españoles, la perspectiva que hemos tenido sobre este desarrollo rural? Pues yo diría que una gran sensación de frustración y de fracasos; sensación de fracasos y de frustraciones continuadas. Y podíamos buscar los textos.

El fracaso de las políticas españolas en... al final de los Planes de Desarrollo y en la etapa de Transición sobre las áreas deprimidas. Hubo unos informes económicos de... sobre áreas deprimidas, incluso un Decreto-ley en mil novecientos setenta y ocho sobre áreas desfavorecidas, con toda una serie de criterios para el futuro desarrollo. Nunca se llevó a cabo una política efectiva ni hubo presupuestos en España realmente dedicados de forma integral, sí sectorial, a las áreas desfavorecidas.

Para mí, un... desde el punto de vista de los trabajos y de los... y de los estudios, y de incluso de las propuestas asumidas por los agricultores y por el medio rural, que causó una gran frustración, es el fracaso que yo diría de las políticas de montaña, de la Ley de la Agricultura de Montaña de mil novecientos ochenta y dos, con un desarrollo posterior hasta el año ochenta y cuatro, que con unos programas en principio elaborados hacia ese desarrollo integral del que he hablado al principio, pues no se llevan cabo esperando nuestro ingreso en la Unión Europea en el año ochenta y seis, y a partir de ahí desaparecen esas políticas. Tardan como una década en recuperarse. Y es justamente durante ese periodo de frustración y de fracaso de políticas de desarrollo local en el país cuando se produce la desarticulación generalizada, el final del éxodo rural y la pérdida, en principio, de grandes recursos endógenos en el medio rural español y, concretamente, en el castellanoleonés.

Tenemos que, por lo tanto, de alguna manera, ver cuáles han sido en los ritmos de emigración, en los ritmos de la política, cuáles han sido los elementos positivos y las partes negativas.

Pero el mundo rural nuestro, español, castellanoleonés, ¿es algo uniforme, es algo homogéneo, como esa globalización económica, o está cargado de diferencias y de diversidad? Es la segunda pregunta. Porque las políticas no pueden ser homogéneas.

Y nosotros nos enfrentamos a cuatro mundo rurales diferentes, a mi entender: un mundo rural que los especialistas llaman profundo y marginal, el medio rural profundo y marginal; que es aquel que tiene densidades ya por debajo de los diez habitantes por kilómetro cuadrado, y correspondería, prácticamente, a toda la periferia de Castilla y León y a otras áreas, naturalmente, del país. Ese mundo rural profundo y marginal, además de la densidad, tiene unos desequilibrios, desde el punto de vista de las estructuras por edades, gravísimos, sobre todo un dato que aparece últimamente en los estudios y que es resultado precisamente de esa articulación a la que yo hacía referencia al final, es la ..... ratio, la relación hombre/mujer desequilibradas en favor de los varones en las edades fértiles, en las edades activas, y se comprueba claramente en los estudios que se han realizado en todo el sector fronterizo, en todo el sector de las montañas del norte, incluso en las zonas más integradas económicamente. Ése es un déficit difícil de reequilibrar. Y, además, es un mundo rural con muchos déficit todavía en equipamientos, y muy desarticulado desde el punto de vista de la accesibilidad y de las comunicaciones.

Pero lo contraste o lo paradójico de este medio rural profundo, que yo calcularía que es casi el 30 o el 40% de Castilla y León, en datos superficiales lo que supone, aproximadamente, más de treinta y cinco mil kilómetros cuadrados, en términos superficiales, lo paradójico es que aquí se encuentra la riqueza mayor de la Región. Esto es lo paradójico. En este medio rural profundo es donde encontramos la mayor riqueza de recursos naturales y patrimoniales: encontramos los recursos del subsuelo, encontramos los recursos del agua, encontramos los recursos forestales, encontramos los espacios naturales protegidos en todas estas áreas. Y, sin embargo, ese mundo rural apenas se beneficia de esos recursos. Y esto sí que, realmente, requiere políticas muy distintas a las que a mi entender se están llevando o hay que llevar.

Tendríamos el segundo medio rural, que requiere otro tipo de políticas: el medio rural integrado. Aquel medio rural que es capaz de competir, desde el punto de vista de la producción, desde el punto de vista de la rentabilidad, desde el punto de vista de las estructuras económicas, con otros medios rurales análogos, y que están muy lejos de nosotros, y que han sabido adaptarse y han sabido transformarse; y son nuestras llanuras cerealistas, fértiles, son nuestras zonas de regadíos -algunas-, son nuestras áreas de viñedo, que se han ido especializando, y poco más... algunas áreas forestales con recursos propios. Éstos son medios rurales integrados en los modelos nuevos económicos y con unos niveles de vida muy superiores en la renta agraria a las áreas marginales.

Padecen también un grave desequilibrio demográfico; padecen también graves desequilibrios estructurales desde el punto de vista de la población activa; padecen una falta de diversificación. Coinciden, además, con los núcleos urbanos o villas más dinámicas todavía. Esto es como una gran corona, si vosotros... si miramos el mapa de la Región, como una gran corona interior que se acerca a las capitales de provincia.

Y tendríamos un tercer mundo: un medio rural especializado, aquel -muy escaso en Castilla y León- que, aprovechando ventajas ecológicas, aprovechando ventajas de situación, se ha especializado en productos muy concretos. Y ahí tendríamos un medio especializado en algunas zonas, exclusivamente en viñedos, y las nuevas agriculturas emergentes, las ecológicas, muy débiles en esta Región; pero que tiene que hacerse un esfuerzo en ese sentido.

Y las políticas no pueden ser para unos medios iguales que para otros. Esto lo debemos de tener muy claro.

Y luego tendríamos el cuarto medio rural, que es común al resto del país y que es común a lo que ocurre en otras zonas de Europa, que es el medio rural periurbano: los medios rurales que bordean a las ciudades más dinámicas, donde se produce una mezcla de usos, donde se producen conflictos de usos del suelo, pero donde quedan paisajes escondidos y que son realmente un recurso patrimonial para el entorno urbano.

Ahora mismo se están haciendo las directrices de todas las áreas periurbanas de Castilla y León; ahora mismo se están haciendo las directrices de nivel regional inferior, a escala provincial, surprovincianos, del sur regional. Y estas cuestiones de alguna manera habían de recogerse en esas directrices, estas propuestas que yo indirectamente estoy sugiriendo a la hora de hacer políticas de desarrollo rural y local efectivas.

¿Cuáles han sido las respuestas... cuáles han sido las respuestas a estos problemas, por parte nuestra y por parte de la Unión Europea? Se puede decir que las respuestas que han tenido alguna eficacia -hasta el momento- en la política de desarrollo local y desarrollo rural están ligadas a las iniciativas europeas: iniciativas europeas ligadas al Fondo Social Europeo, iniciativas europeas ligadas al Programa Interreg, iniciativas europeas ligadas a... -que todos conocen ustedes- al Programa LEADER y al PRODER.

Porque hay otro campo, que yo aquí no lo voy a tratar, porque nos llevaría a otros... a otros presupuestos, que son las ayudas compensatorias procedentes de la PAC, que han tenido resultados muy distintos de los que son las verdaderas ayudas, en principio, teóricamente, al desarrollo rural. Son ayudas compensatorias para el mantenimiento de los agricultores; son ayudas para la mejora de las explotaciones agrícolas; son ayudas para salvar los hándicap agrícolas o desfavorecidos, o de condiciones negativas; y que han contribuido -como todos ustedes saben- en un 45% a la renta agrícola regional (son datos que se manejan y que son oficiales, en torno al 45). Tendrían que haber generado, estas ayudas compensatorias -que en algunos casos son cuantiosas, ¿eh?, podíamos dar datos específicos por áreas comarcales, son cuantiosas-, tendrían que haber generado grandes mejoras en el medio rural hasta ahora, estas ayudas. Porque, comparadas con las del Programa LEADER o las del PRODER, éstas son cuantiosas y las otras son modestísimas, si tenemos en cuenta que no hay ningún programa LEADER -que yo sepa- que supere en su gestión los 1.500 millones de pesetas, en un período de cinco o cuatro años.

Por lo tanto, la respuesta del Programa LEADER o del Programa PRODER apoyado oportunamente por la Junta de Castilla y León, que a mí me parece que es una apuesta positiva el... igual que en otras zonas ha habido programas parecidos de desarrollo rural.

¿En qué se apoyan esos programas? Se apoyan en lo siguiente. Primero... y aquí sí que la... la reflexión que yo quiero descender en el Programa LEADER no es en absoluto un debate que tiene que ver exclusivamente con esta Región; es un debate general y que tiene que ver con: en primer lugar, la valorización de los recursos y de los productos locales. El Programa LEADER, los programas de desarrollo rural, el PRODER, tiene que ver, en primer lugar, con la valorización de los recursos y de los productos locales; en segundo lugar, con la diversificación de las actividades en todos los sectores de la economía rural; en cuatro lugar, con la creación directa o indirecta de nuevos empleos; en cuarto... perdón, y en cuarto lugar, con la mejora de los equipamientos y los servicios.

Todo eso llevaría a un objetivo clave, que es el equilibrio territorial y el equilibrio demográfico.

¿Con qué instrumentos -y aquí sí que tenemos que descender con mucho detalle todos-, con qué instrumentos y metodología han abordado estos programas el desarrollo rural? Ya lo he dicho antes: con fondos modestos económicamente, pero con fondos consensuados; modestos, pero consensuados por los distintos niveles de la Administración y por los distintos agentes sociales. Y esto es muy positivo desde el punto de vista de los compromisos con el medio rural.

En segundo lugar, también ha contado con medios técnicos limitados; los Programas LEADER y PRODER han tenido que experimentar en carne propia el éxito y el fracaso en muchas ocasiones. Los técnicos se han formado con el desarrollo de los programas, en muchos casos; y eso ha llevado a crear gentes -a nuestro entender, no sólo aquí, sino en otras zonas-, gente competitiva a la hora de plantear alternativas.

Segundo aspecto importante, de instrumental, en estos programas: el enfoque territorial. El enfoque territorial es clave, porque es la escala accesible, es la escala conocida, es la escala que más se acerca a una identidad de los problemas. Y ese enfoque territorial crea vínculos comunes entre las gentes comprometidas con ese desarrollo local, directa o indirectamente.

Y ese enfoque territorial, además, tiene una base histórica en muchos casos y una base funcional a la hora de proponer acciones: unas veces se han apoyado en las comarcas agrarias, otras veces se han apoyado en comarcas históricas; de ahí que las denominaciones, incluso en los Programas LEADER y PRODER tengan un valor simbólico en ese enfoque territorial. Y, directa o indirectamente, a lo largo de estos diez años de desarrollo local y rural, se han creado comarcas, directa o indirectamente; tengamos debajo una plantilla de directrices regionales o no la tengamos, se han creado comarcas que funcionan, algunas (otras son artificiales, lógicamente, no voy a descender aquí a caso por caso).

Y este enfoque territorial hay que mantenerlo y hay que respetarlo. Estamos en vísperas -a mi entender- de LEADER +, de la puesta en marcha del Miner, si no recuerdo mal, al final de este mes, las propuestas y las candidaturas. Y yo creo, después de mirar el Programa Operativo Regional, que debe haber una coherencia a la hora de la elección de esos programas. El esfuerzo que se ha hecho en estos últimos diez años, modesto, pero positivo y esperanzador.

Tercer instrumento: acciones. Los Programas LEADER y PRODER tienen que aventurarse -y lo digo así-, aventurarse en acciones innovadoras, en la innovación. Y yo he leído y he releído programas y textos, y nadie, o muy pocos se ponen de acuerdo sobre la innovación. ¿Qué es esto de la innovación, desde el punto de vista del desarrollo rural? Yo lo resumiría en un concepto y en una metáfora: la innovación es una bisagra para abrir nuevas puertas; la innovación es una bisagra para dar nuevas respuestas, apoyándose en lo existente y en lo heredado, y aplicar nuevos métodos a viejos recursos. Ésa es la innovación. No es inventarse tecnologías nuevas, no es inventarse recursos nuevos. Y esa innovación es lo que yo digo que ha creado mentes abiertas o ha obligado a abrir las mentalidades en el medio rural de dos maneras: con imaginación y con transferencia de resultados de otros lugares.

Tercer... cuarto instrumento: acciones inmateriales. El profesor Clemente Cubillas ha hecho referencia a lo inmaterial. Pero, cuando trascendemos de los presupuestos a la práctica, ¿cuáles son las acciones inmateriales que se pueden llevar a cabo en el medio rural? Yo creo que hay dos tipos de acciones inmateriales que los Programas LEADER, en mayor o menos grado, los Programas PRODER, el Interreg en menor medida, han estimulado, que son: la animación sociocultural, la animación civil, cívica, que no es fácil en poblaciones envejecidas, que no es fácil en poblaciones desestructuradas, que no es fácil allí donde faltan jóvenes, que no es fácil allí donde faltan mujeres en esa edad clave de los veinticinco a los cincuenta años. Y también la movilización, animación y movilización. Movilización no en el sentido negativo de la palabra, movilizar masas, movilizar ideas, sino movilizar propuestas y recursos; y movilizar a las asociaciones de toda índole, no solamente movilizar las asociaciones del día de la fiesta, sino movilizar asociaciones artesanales, asociaciones ganaderas, asociaciones de productores, asociaciones que crean vínculos y un proyecto común.

Y hay, en lo inmaterial, algo que pasa desapercibido: la defensa en las zonas rurales -y, sobre todo en ese 30% ó 35% de Castilla y León más marginal- de los recursos públicos; de los recursos públicos, y no lo digo aquí como un mensaje político, en absoluto. Es que esos recursos públicos vienen desde época histórica; los mayores bienes comunales o los mayores bienes públicos están en esas zonas, y son recursos desapercibidos, o desaprovechados, o infrautilizados: recursos madereros, recursos de pastos, recursos de aguas, recursos mineros, son... están en terrenos públicos.

Y en determinados momentos de nuestra historial regional, esos recursos han sido claves para el mantenimiento de la población, claves. Cuando hubo que roturar tierras comunales, que ahora retornan; cuando hubo que hacer quiñones, para mantener a la población; cuando hubo que hacer repartos de bosques. No olvidemos nuestra historia ni nuestros recursos.

Y en eso hay un déficit generalizado en la gestión de nuestro territorio, a mi entender. Me gusta patear la Región. Podría haber empezado esta charla diciendo: mi última experiencia, antes de ayer, recorriendo la raya del sur de Salamanca, del suroeste, Navasfrías, Casillas de Flores, y del otro lado, La Geosa, Aldea del Obispo, Foios hasta Sabugal, y ver también la vertiente desde el Puerto Viejo -que casi ya nadie lo conoce- de Navasfrías, a Valverde del Fresno, los incendios forestales y el abandono de nuestros recursos patrimoniales. Comparando con lo que ocurre en la otra vertiente de la Sierra de Gata, donde se han recuperado los casos históricos, donde hay unas políticas activas... No es una comparación, en este sentido, a nivel de política, es una... de la percepción que yo he sufrido antes de ayer. Esto es un tema que yo digo, por lo tanto, clave.

Otro instrumento del desarrollo local y rural: la apuesta por la calidad. Se habla de etiquetado ecológico, se habla de la calidad en nuestros productos. Un aspecto estratégico del desarrollo rural que estamos viviendo es la apuesta por la calidad, y los productos de calidad tienen lugar y nichos en el mercado, difíciles a veces. Pero tenemos experiencias muy positivas de productos cárnicos, de productos de quesos, de productos lácteos, de productos que tienen un lugar en el mercado. La apuesta por la calidad.

Y más datos. Enfrentarse, estos Programas, a la diversidad de situaciones, enfrentarse a la diversidad de situaciones. No podemos hacer un programa operativo regional de desarrollo rural con pautas... exactamente las mismas. Y yo distingo tres grandes conjuntos territoriales, que están recogidos en el Programa Operativo en parte; pero que los Programas LEADER han avanzado en una mayor diversidad. Hay que reforzar las políticas de las áreas de montaña, de las áreas de montaña; hay que reforzar las políticas en los enclaves de los bordes de Castilla y León. Y cuando me refiero a los enclaves no me estoy refiriendo exclusivamente al tema delicado de Treviño. Si repasamos los enclaves territoriales que tenemos en Castilla y León, incrustados de fuera hacia dentro, o de dentro hacia fuera, en los bordes, según se va dibujando la Región, que penetran en Cantabria, que penetran en el País Vasco, que penetran en Asturias, que, a su vez, interpenetran en nuestros territorios, se suman más de treinta situaciones desiguales, más de treinta situaciones desiguales. Y esos espacios realmente son situaciones muy complejas, casi todas forman parte de áreas deprimidas.

La... decía las áreas de montaña. El segundo ámbito importante de actuación son los sectores fronterizos (no son áreas de montaña expresamente, salvo en sus bordes norte y sur, sino que constituyen un espacio de diversidad). Enclaves, áreas de montaña y bordes fronterizos son ámbitos de actuación preferente en las políticas de desarrollo rural; han de serlo, a mi entender.

¿Con qué otros instrumentos cuentan, también, estos Programas? Con una red de intercambio de experiencias. Y esto ha dado lugar... parece que es una cuestión, hablar de redes, una cuestión nueva, novedosa. Las redes de experiencia han existido siempre, y teníamos en nuestra Región unos agentes locales que eran antiguamente, en el siglo... que eran capaces de transmitir. Pero si volvemos al siglo XIX, al siglo XVIII, había unos arrieros que traspasaban nuestras montañas y llevaban los productos de un lugar a otro, que eran unos verdaderos... que era una verdadera red de transmisión, de saber, de saber hacer.

La red de experiencias que se ha creado con los LEADER a escala europea, exponiendo con toda claridad y con toda transparencia ejemplos demostrativos positivos de... que han resultado (más de doscientos cincuenta ejemplos aparecen como positivos, con éxito), eso crea unos vínculos que rompen lo global y son capaces de actuar en lo local. Esa combinación -si se logra- es cuando realmente tiene éxito.

Red de intercambio de experiencias, que, de alguna manera, no debemos tutelar, sino simplemente estimular políticamente.

Y luego tendríamos un último instrumento, que es la difusión local, regional, nacional, internacional, de las acciones. La transparencia en las acciones, y la transparencia también en el manejo de los recursos públicos. Eso ha dado lugar a crear responsabilidades en las bases de desarrollo local.

Algunos resultados. He dicho instrumentos, he dicho objetivos... ¿Qué resultados tenemos obtenido con esto a lo largo de los diez últimos años, nos podemos preguntar? Los que, a lo mejor, son ex presidentes de algún grupo, ¿eh?, o estáis más cerca, seguro que tenéis experiencias positivas o más negativas. Pero a mí me gustaría valorarlo en conjunto. Y en conjunto, después de diez años, con el Programa del noventa y uno al noventa y tres, del noventa y cuatro, ahora, al dos mil, y la experiencia que venga del dos mil al dos mil seis, se puede decir que con recursos modestos y esfuerzos consensuados se ha llegado a metas positivas, esperanzadoras. Lo más positivo, a mi entender, es que, según los datos de valoración del LEADER I (el LEADER II está todavía sin valorar definitivamente), se crearon veinticinco mil puestos de trabajo, veinticinco mil puestos de trabajo; es decir, aproximadamente, unos cien puestos de trabajo por cada Programa, por cada iniciativa de los grupos de acción local.

Y, en este sentido, se puede decir que se ha generado, en estos veinticinco mil puestos de trabajo, alternativas complementarias. El autoempleo, la microempresa, los empleos ligados a los recursos locales olvidados y sobre todo se ha creado personal competente.

¿En qué sectores? Indudablemente, el principal en el LEADER I fue el turismo, el turismo local, con más de 70 aproximadamente, cerca del 70%, en algunos casos, de las inversiones. Pero un sector que se ha visto en el LEADER I y en el LEADER II positivamente estimulado ha sido el sector agroalimentario, el sector de la artesanía y el sector de los servicios; ahí se han concentrado los esfuerzos. Quizás, con mayor debilidad queda un sector clave, a mi entender, que es el sector forestal.

¿Cuáles serían los problemas pendientes -por no alargarme en mi exposición-, a mi entender? ¿Cuáles serían los problemas pendientes? La debilidad, hasta el momento, de empleo en el sector propiamente agrícola, ganadero, y -como dije antes- forestal. Y un esfuerzo mínimo hasta el momento en la agricultura ecológica; éste es un tema pendiente.

Segunda cuestión pendiente: combinar adecuadamente actividades complementarias a tiempo parcial. Y es una cuestión pendiente, que tiene resultados muy positivos en regiones muy parecidas a las nuestras en el norte de Europa, concretamente en Noruega y Suecia; resultados muy positivos en las actividades complementarias. Y esas actividades complementarias tienen que ser muy imaginativas.

Hay un tema muy delicado en el medio rural, que es el transporte público y los servicios de accesibilidad a la tercera edad. Y eso en Europa lo han resuelto: en Noruega y en Suecia con... a tiempo parcial, y sobre todo con las mujeres. Luego diré cómo, si me preguntan, ¿eh?

Tercer problema pendiente: el impulso del empleo verde, el impulso del empleo verde; todo lo relacionado con el medio ambiente y la gestión forestal: hay un déficit. En Francia se han creado, con el empleo verde, en los últimos diez... quince años, más de doscientos mil puestos de trabajo en toda Francia, se han creado. Yo aquí no sé los que se pueden crear, o los que se han creado.

Cuarto problema pendiente: igualdad de oportunidades; y éste es un problema que aparece en nuestros programas operativos, en nuestros programas de desarrollo regional, ¿eh?, que es igualdad de oportunidades para las mujeres. Y ésta es una cuestión que la planteo con toda crudeza ante Sus Señorías. La igualdad de oportunidades en las mujeres en el medio rural sigue, hasta el momento, pendiente. Pero allí donde ha tenido éxito, el desarrollo rural ha avanzado de forma -yo diría casi apresurada-; allí donde las mujeres han gestionado Programas LEADER, o han estado implicadas, o, incluso, cuando las mujeres están en los órganos de decisión local, el desarrollo local tiene más éxito y más consenso que en otras zonas.

Por otro lado, hay un tema delicado en las estructuras demográficas nuestras, y es que la identidad regional o la identidad comarcal está muy condicionada a la presencia o no de mujeres, sobre todo en las edades claves que dije antes.

Otro problema pendiente: favorecer la presencia de las nuevas tecnologías. ¿Cómo hacer desarrollo local y anunciar o difundir nuestros productos de calidad allí donde no se puede conectar con Internet, allí donde falta banda ancha para la instalación de las nuevas tecnologías? Y nuestro medio rural serían lugares muy atractivos, disponiendo de estos medios.

Y me atrevo -no quisiera a ustedes darles una bibliografía académica, porque no creo que sea lugar éste, pero sí en el último libro que se acaba de publicar por un gran profesional de la comunicación y del territorio de Harvard, traducido hace muy pocos meses, Mitchell, un libro que se llama "e-topía", es decir, la ausencia de los lugares, la falta de los lugares, dice que "con las nuevas tecnologías, los lugares apartados con gran riqueza patrimonial y con gran riqueza paisajística recobrarán su valor en esta sociedad". Y la están recobrando.

Una cuestión más: cómo abordar la relación en el desarrollo rural entre los paisajes protegidos y el desarrollo local. Ésta es una cuestión que hay que planteársela con seriedad: cómo impulsar la conservación medioambiental y el desarrollo rural con los recursos existentes, e implicando a la población. Tenemos experiencias desoladoras en este campo, y frustrantes; y las tenemos muy próximas a los que vivimos en Salamanca. Pero también las tenemos positivas: allí donde se ha implicado la población en la protección de los paisajes naturales, como en la Sierra de la Demanda -por ejemplo-, en la Sierra de Pinares, pues los recursos funcionan y la conservación se mantiene. No hay incendios forestales en aquel lado, o muy pocos; y aquí tenemos incendios forestales cada poco tiempo. Y éste es un tema grave, porque supone muchos recursos económicos.

Otra cuestión, que no la quisiera plantear aquí, porque esto sería objeto de otro debate, pero que no me queda más remedio que decirla: comarcalización y desarrollo rural. Cómo abordar el territorio de forma equilibrada, sin unos instrumentos territoriales de base que sean equilibrados, que marquen identidades análogas pero diferenciadas y que creen un tejido entre las villas, los núcleos -que serían los articuladores- y los vacíos demográficos. Esto es una cuestión, está planteados en las Directrices Regionales. Pero yo creo que la forma de superar lo funcional -que está presidido, queramos o no, por los núcleos urbanos- y lo no funcional -entendido no en sentido negativo, sino entendido en que faltan elementos aglutinantes- hay que solucionarlo, en esta Región en concreto; no sé cómo, pero yo he escrito y he defendido en más de una ocasión que la comarcalización, bien entendida en el sentido histórico-funcional-geográfico, creando una serie de vínculos claves, puede llevar a cabo un desarrollo positivo.

En este sentido, me declaro partidario y les recomiendo a Sus Señorías que lean -y, si no, yo les dejo para que lo fotocopien- la famosa Declaración de Cork, de mil novecientos noventa y seis, que apuesta por un medio rural con vida, un medio rural vivo. Y nosotros, en este sentido, creo que tenemos un compromiso muy difícil, muy difícil, con un mundo rural que agoniza o que ha agonizado en muchas partes de Castilla y León. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Muchas gracias. Suspendemos la Comisión durante quince minutos.

(Se suspende la sesión a las doce horas cuarenta y cinco minutos y se reanuda a las trece horas diez minutos.)


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Sí, muchas gracias. Para formular preguntas o hacer observaciones, tiene la palabra don Jesús Málaga.


EL SEÑOR MÁLAGA GUERRERO:

Muchas gracias, señor Presidente. Quiero, en primer lugar, agradecer a don Enrique Clemente y a don Valentín Cavero el detalle que han tenido con estas Cortes, de acudir para hablarnos de un tema que es realmente preocupante y que para nosotros toda luz -y más viniendo de dos profesores de la Universidad de Salamanca- es poca.

Entrando ya en materia, a mí me parece que el problema de despoblación y envejecimiento de esta Comunidad Autónoma es un problema que se arrastra históricamente. Pero, sin embargo, a mí me parece que ha habido -y esto más para don Enrique Clemente-, ha habido una especie de relación espacio/tiempo, que en los conceptos de territorialidad son importantes tenerlos en cuenta con respecto al antes y el después.

Me estoy refiriendo, concretamente, a cómo existe una distribución del territorio que nacía, yo creo, del abarcar desde el propio núcleo rural las posibilidades de las labores del campo, mientras que en un momento en el que eso desaparece, pues ya ese espacio y ese tiempo cambia completamente de formulación. Y eso lleva también a que se puedan atender, por ejemplo, las labores agrícolas como se están haciendo ahora: desde núcleos urbanos se traslada por la mañana la persona al pueblo donde tiene los aperos y atiende todo ese proceso, ¿no?

Esta... sin embargo, esta herencia del medioevo lleva también a una serie de combinaciones curiosas. Y estas combinaciones curiosas son la propia... el propio hecho de la Administración española, que, en contraposición con Administraciones cercanas, como la portuguesa, son Administraciones que han persistido en el tiempo con fórmulas, a mi modo de ver, completamente arcaicas.

Yo creo que la Administración portuguesa es una Administración mucho mejor para el mundo rural. De hecho, el paso de un sitio a otro vemos cómo en Portugal todavía se conserva la ruralidad con gran fuerza y, sin embargo, en España la ruralidad pierde cada vez más fuerza también.

Y eso es debido, yo creo, que, así como las Cámaras municipales son Cámaras que respetan más el ámbito de la comarca, aquí, sin embargo, se ha ido más a la hipertrofia de la provincia; de tal manera que es la capital de la provincia la que ha hecho un proceso de ventosa, llevándose toda la flor y nata del resto de la provincia.

Por eso, me ha interesado mucho algo que ambos han dicho y han hablado: el tema de las ciudades de tamaño medio. Cuando yo era joven -hace ya muchos años-, pues yo recuerdo la funcionalidad que tenían estas ciudades intermedias. Cuando íbamos a comprar, por ejemplo -en el caso de mi familia-, íbamos a comprar fruta a Extremadura o a Andalucía, los pasos no eran de Salamanca a Cáceres; entre Salamanca y Cáceres había dos puntos intermedios, que eran: eran Plasencia y era Béjar. Hoy día, por ejemplo, así como Plasencia sigue teniendo una cierta pujanza, Béjar está en una situación de declive incluso preocupante.

Todas esas ciudades intermedias, primero, recogieron toda la fuerza de su... de su comarca; después, cuando esa comarca quedó seca, quedó completamente sin vitalidad, esa gente ha ido hacia la capital de provincia.

Y hay un tema que a mí todavía me preocupa más: y es que ese mismo efecto puede ocurrir incluso con algunas capitales de provincia de Castilla y León. ¿Por qué? Porque se han heredado, en esas capitales de provincia, una forma de hacer urbanismo y una forma de explotación del suelo completamente contrario a las tradiciones europeas, más en plan tradiciones americanas; y, por ejemplo, el comercio se saca de los centros de las ciudades y se llevan a las zonas periféricas -es el caso, por ejemplo, de Salamanca ahora, con el nacimiento de grandes centros... centros comerciales-, les quita vitalidad. Y, si eso sigue así, en el fondo, las ciudades también más grandes -o sea, las que son capitales de provincia- pueden tener mal futuro también en el futuro.

Es decir, lo que les ha pasado a esas ciudades -que hablan ustedes- históricas, les puede pasar también a algunas de las ciudades del resto de las... que son capitales de provincia.

Hay un tema que a mí me preocupa muchísimo, y yo, que como Alcalde lo he vivido, siendo Alcalde de la ciudad grande, del entorno, de la provincia, lo he vivido y es que... que ustedes lo han... lo han remachado, ¿no? Es que se ha perdido la iniciativa endógena. Pero es que esa iniciativa endógena no puede existir en cientos y cientos de pueblos de Castilla y León, donde hay, a lo mejor, cincuenta, sesenta, setenta habitantes, los cuales son todos personas mayores, sin ningún tipo -pudiéramos decir- de iniciativa de futuro, porque lo único que hacen es cobrar su pensión y no tienen más futuro que ese.

Esa iniciativa endógena, por lo tanto, ha desaparecido en gran número de poblaciones rurales de Castilla y León. Y la única posibilidad de salida para ese tema sería hacer... ir a recoger un proceso de repoblación; un poco casi como se hizo en la época de la Reconquista: es decir, habría que ir a un proceso de repoblación. Y ese proceso de repoblación o esa... esa... tendríamos incluso que buscarlo fuera de aquí; porque yo creo que nosotros, la propia Comunidad, no tiene fuerza suficiente como para hacer ese proceso de repoblación.

Incluso yo algunas veces veo algunas iniciativas... aquí, en estas Cortes, el otro día se hablaban... iniciativas de algunos pueblos de Aragón, para repoblarlos, que van a buscar extranjeros fuera de... europeos, o incluso en Hispanoamérica; yo veo incluso con una cierta simpatía iniciativas de ese tipo. Porque yo creo que si nosotros tenemos un montón de pueblos que no tienen posibilidad de salir hacia delante porque ya, endógenamente, no tienen ninguna... ninguna fuerza, y nuestra propia Comunidad Autónoma tampoco puede aportar esa fuerza, pues a lo mejor hay que buscarla fuera, a lo mejor hay que buscar en esa inmigración el que se puedan explotar todas las fuentes de riqueza que tenemos dentro, ¿no?

Por lo tanto yo soy, en estos momentos, partidario para un gran número... sobre todo para lo que don Valentín Cavero hablaba del primer grupo este, del 30-35% periférico, que está en una situación tan marginada, y yo soy partidario de que habrá que hacer una política de... bueno, casi de colonización, de que vengan otra vez a colonizar toda una serie de lugares que en estos momentos están prácticamente desaparecidos, por no decir muertos.

Hay otro tema que a mí me parece importante: es que durante un tiempo ha habido una especie de mantenimiento de la identidad cultural de los pueblos con la gente que ha emigrado de esos pueblos a la ciudad. Pero eso ocurre en la primera generación; en la segunda y en la tercera generación ya se pierde. Yo lo estoy observando, por ejemplo, en pueblos cercanos al mío, ¿no? Les pongo el ejemplo del caso de Morille: el primer año... en los primeros años la gente que ha salido del pueblo viene con la añoranza, viene en los veranos, etcétera; pero después se está empezando a observar que en cada verano vienen menos tiempo y viene menos gente. Entonces, ahí está ocurriendo una cosa: es que yo me siento identificado con mi pueblo, al que he abandonado, pero, sin embargo, mis hijos no tienen por qué hacer esa identificación. Entonces, se pierde en la segunda y en la tercera generación. Y eso implica que los pueblos... los pueblos, que podían tener un poquito de vida durante los meses de verano, van a irla perdiendo porque, claro, a mis hijos ya no les interesan las cosas o no tienen un atractivo para ellos, cultural, las cosas que nos interesaba a nosotros.

Hay un tema dentro de toda la estructura de la Comunidad Autónoma que me preocupa enormemente, que viene ya desde los famosos informes Foessa de los años sesenta, en los que todos estudiábamos y veíamos cómo había una gran zona de despoblación y de pobreza que era todo lo que estaba junto a la frontera portuguesa. Pero, así como Extremadura ha hecho una política... Extremadura, Andalucía, incluso Galicia, han hecho políticas claramente de intervención fuerte en el lado de la raya, Castilla y León ha ido en una... ha ido de mal en peor, y la situación es cada vez más preocupante. Tan preocupante que en estos momentos yo... se lo digo sinceramente, a veces en invierno, cuando vas por la raya, casi te da miedo, porque es que vas solo, que es una sensación curiosa, ¿no?, ir en el coche, y es que no te encuentras con nadie; y es una situación ya prácticamente de desierto; es una situación de decir: "bueno, y aquí me pasa algo y ¿qué hago?", porque los pueblos por las noches o por el día no se encuentra a nadie, en las carreteras ya de las zonas que comunican esos pueblos no te encuentras a nadie, ¿no? Es el caso... -les cuento una anécdota, ¿no?- el caso de unos amigos que venían al pueblo de Morille, donde tenemos nosotros una... tenemos una casa, y les decíamos: "bueno, cuando lleguéis, preguntáis por nosotros que nos conocen todos". No llegaban, no llegaban, pasó una hora, y ya salimos a buscarlos. Y dicen: "Cómo queréis que os encontremos si aquí no hay nadie". Claro. Entonces, eso es terrible, porque esta anécdota da de sí en lo que está ocurriendo en montones de pueblos de nuestra Comunidad.

Hay un problema con respecto al tema de inversiones europeas en nuestra Comunidad. Yo no soy, don Valentín, tan optimista como usted. Yo creo que el dinero de Europa ha venido... ha venido en gran cantidad -el dinero, por ejemplo, que ha venido de la PAC-, pero se ha ido, desgraciadamente, en ladrillos.

Mire, yo le puedo decir lo que ha pasado en Salamanca porque lo he hablado con un grupo de constructores, constructores, y lo que me dicen es lo siguiente: el 90% de las construcciones que se están haciendo ahora en Salamanca, que son aproximadamente unas dos mil viviendas por año, en una ciudad que en vez de crecer decrece, es de la gente de Salamanca, Zamora y Ávila que el dinero de la PAC lo invierten en ladrillos. Se compran su casita o se compran sus dos casitas. Entonces, ese dinero, que ha venido para favorecer al mundo rural, en vez de favorecer al mundo rural lo que favorece, nuevamente, es a la capital de provincia.

Por lo tanto, aquí sí que es verdad -y en eso sí que estoy con usted- en que habrá que hacer ante grandes males, grandes remedios. Y uno de los remedios podría ser el proceso de comarcalización, potenciando las comarcas, haciéndolo un poco como han hecho en Portugal. Yo creo que Portugal ha tenido un desarrollo económico en los últimos años impresionante. Ahora ya tenemos... están pisándonos los talones a nivel de renta per cápita. Y, sin embargo, es un país... Sí, nos están pisando los talones en renta per cápita, y, sin embargo, Portugal ha mantenido una estructura rural; y, sin embargo, España ha ido a un proceso totalmente de urbanización, de urbanismo; es decir, ha ido a concentrar urbanísticamente a toda la gente en grandes ciudades, destrozando totalmente todo el entramado rural; y, sin embargo, Portugal ha mantenido... tiene grandes ciudades, pero ha mantenido su estructura rural. Yo creo que hay que intentar ir a este... a este tema de la comarcalización como salida a este gran problema.

Y, por último, termino con dos cosas que a mí me parecen fundamentales.

Yo creo... -y ustedes lo han apuntado- las políticas de igualdad de derechos para la mujer rural son fundamentales, porque quien fija población es la mujer, no es el hombre. Si la mujer se va del pueblo, tienen que aparecer fenómenos realmente... vamos, tipo Plan, que a mí me parece que, realmente, dicen muy poco a favor del mundo político rural, ¿no? Por lo tanto, a mí me parece que habrá que intentar incentivar de manera clara las políticas de igualdad de derechos en la mujer rural.

Y, por último, termino con algo que me ha gustado de lo que usted ha dicho. Habla usted de las nuevas tecnologías, y estoy totalmente de acuerdo. Yo soy Extremeño, y conozco muy bien la política extremeña, y sé lo que está haciendo, por ejemplo, el Gobierno Extremeño en este tema. Mire, en mi pueblo, en La Abadía, que es un pueblo de trescientos habitantes, usted entra y hay una biblioteca que ocupa, más o menos, dos veces este salón; pero no solamente esa biblioteca, sino que entra usted en otro sitio, donde hay un número... me parece que para el pueblo me parece que eran diez o doce ordenadores, y en esos diez o doce ordenadores se les da clase a la señora María, al señor Juan, a la señora... y entran en Internet y saben... entran en las nuevas tecnologías. ¿Qué ha conseguido el Gobierno Autonómico de Extremadura? Que esos pueblos tengan acceso a las tecnologías que antes eran solamente para las ciudades. Y eso a mí me parece fundamental.

Ha tomado una segunda medida muy interesante, y es: ha contratado a un montón de profesores de inglés para que en cada uno de los pueblos también se les enseñe inglés, porque ha dicho algo que es fundamental, el Presidente de Extremadura: todos los... las personas que viven en los pueblos no tienen que estar alejados de las dos cosas que son fundamentales hoy día para estar comunicado a nivel global, que es el conocimiento de la lengua que se ha hecho universal y el conocimiento de las nuevas tecnologías.

Y, por lo tanto, yo ofrezco en este debate sosegado que hacemos en esta Comisión al Gobierno Regional el que copien estas cosas que son tan buenas y que ha hecho posible el que en Extremadura, aun habiendo un cierto decalaje de gente que va del pueblo a la ciudad, sin embargo, se mantenga todavía una estructura rural que ya quisiéramos nosotros mantener en Castilla y León. Muchas gracias, señor Presidente.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Muchas gracias, don Jesús. Por el Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra don Luis Domingo.


EL SEÑOR GONZÁLEZ NÚÑEZ:

Gracias, señor Presidente. Desde el Grupo Popular unirnos a la gratitud manifestada por el Grupo Socialista hacia los Ponentes que han participado en esta Comisión de Desarrollo Rural.

Y en relación a la intervención del señor Clemente, plantear, en primer lugar, algunas sugerencias y, posteriormente, concluir con algunos interrogantes para conocer la opinión al respecto.

Evidentemente, el antecedente que provoca el trabajo que ahora estamos llevando es el éxodo rural que desde hace numerosos años está llevando a cabo. Ha apuntado que quizá ese éxodo rural o abandono de nuestro ambiente del campo pueda ser debido o puesto en relación con la globalización. Evidentemente, la globalización entendemos que es un proceso bastante actual y, en cambio, el éxodo rural es un proceso que, pues, desde la década de los sesenta, pues, de modo galopante ha sufrido el campo de Castilla y León. Por lo tanto, parece ser que la relación causa/efecto de la globalización, planteándola como movimiento en contra de lo que es el ámbito local, no parece que tenga una explicación causal muy razonable. ¿Por empobrecimiento de lo que es el hábitat rural? Pues, hombre, en algunos momentos ésa pudo ser una de las causas, sobre todo en la década de los sesenta o de los setenta; pero, evidentemente, no en la actualidad. Y ese proceso de éxodo rural, aunque de modo más lento, sigue vigente. Evidentemente, más lento porque la población es mucho menor.

Digo que no ligado al empobrecimiento porque en todos los países, incluso los más desarrollados, pues, el número de gente que... no que trabaja en el campo, sino que vive en el campo, pues es incluso menor que el que está ahora mismo habitando en el mundo rural de Castilla y León. La renta per cápita actual de los... de la persona que vive en el campo no es menor que la persona que vive en la ciudad, siempre haciendo comparaciones medias.

Por lo tanto, entendemos que ahora mismo, que continúa ese éxodo, pues el empobrecimiento no puede ser la causa. Quizá la mentalidad a la que ha hecho alusión, o a esos factores inmateriales, la consideración social, los servicios -de lo que luego hablaremos-, pueda ser una de las causas.

Lo cierto es que el objetivo que parece que todos perseguimos es a corto plazo fijar la población que actualmente existe en el medio rural a ese lugar, e incluso aumentarla o rejuvenecerla en la medida que sea posible.

El planteamiento es: ¿son acertados esos objetivos que nos planteamos? Digo... no digo que no sea deseable de modo utópico, sino si son acertados, si son posibles. Lo digo porque -como dije anteriormente- los países más industrializados, pues, predomina el agricultor que se dedica a tiempo parcial, que está domiciliado en la ciudad, y parece ser que, bueno, algunos de esos países, de alguna zona, pudiera haber acertado en alguna solución; pero parece ser que ninguno de los países más avanzados industrialmente que el nuestro, y por ende también que nuestra Comunidad Autónoma, pues parece que ha encontrado solución a este problema que aquí se plantea.

¿Los medios que hemos puesto en práctica hasta ahora? Bueno, pues, básicamente, son medidas de política agraria exclusivamente, en un 75-80% de las mismas. Usted ha añadido tres: el cuidado del patrimonio de ese ámbito rural, el cuidado del medio ambiente, la explotación de la riqueza paisajística, incluso la actuación en lo que es esas medidas inmateriales -la mentalidad, la iniciativa-, que puede ser otro 10-15%, además de los Programas LEADER y PRODER que se han hecho también constancia después.

Pero, ¿son suficientes estas medidas? Yo creo que la experiencia nos demuestra que no, y no solamente aludiendo a zonas, como se ha especificado, de la zona de la raya o de la zona oeste, sino en general en toda la Comunidad Autónoma. Y no porque no se estén practicando y ejecutando esas políticas alternativas que he dicho de política agraria, de recuperación del patrimonio, de recuperación paisajística; porque se están haciendo. Y, sin embargo, el proceso de envejecimiento y de abandono del hábitat rural es imparable. Lo que predomina -repito- es esa atención a tiempo parcial, el domicilio cada vez más en la ciudad. Los pueblos cada vez están y son más bonitos, pero cada vez están y son más deshabitados.

Entonces, por eso digo yo que si realmente los objetivos que nos estamos planteando son los acertados. Porque no hay que engañarse: no ciñéndonos únicamente a lo que son los centros históricos o esas poblaciones de carácter medio, porque la realidad de Castilla y León es mucho más amplia que todo eso, y los municipios por debajo de los quinientos y de los cien habitantes son numerosísimos. Y, claro, el problema no será que no pueda haber una oferta educativa, o una oferta sanitaria, una oferta de infraestructuras, que todo el mundo requiere; pero no porque no se haga un esfuerzo por parte de la Administración, sino simplemente porque no puede haber en cada pueblo una universidad, ni un hospital, ni puede llegar una autopista. Si queremos una sanidad de calidad, si queremos una educación de calidad, evidentemente, eso tiene que ir concentrado. Y, entonces, al no poder dotar de eso a los pueblos, aunque fuera deseable, como sabemos que es utópico, eso redunda, pues, en una, quizá, falta de consideración social que radica en esa mentalidad de la propia gente que habita en ese mundo rural.

Por tanto, en base a todos estos antecedentes, pues se me ocurren varias preguntas.

Primero, ¿es objetivamente viable fijar la población que actualmente está, rejuvenecer la rural, viendo la experiencia que hay en otros países que han sufrido una industrialización más temprana que la nuestra, y parece ser que la experiencia va en sentido contrario?

Si realmente concluimos que ese objetivo es posible mantenerle y que estamos de acuerdo con las medidas actuales, no vale, ¿habrá que incidir en otras?

¿Es objetivamente viable estas medidas a las que he hecho antes alusión: una oferta educativa, una oferta sanitaria, una oferta en infraestructuras, en igualdad de condiciones con el mundo urbano? Si no lo es, ¿habrá que desistir de ese objetivo y limitarnos a mejorar el nivel de vida de la población que ya radica en ese mundo rural y será éste el objetivo que habrá que perseguir porque es lo viable y porque es lo suficiente, y es lo que se puede y se debe hacer?

Son algunas de las cuestiones que, a raíz de su intervención, se me plantean. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Gracias, Señoría. Compartía el turno... Y ahora, para preguntar, tiene la palabra, también, don José Antonio.


EL SEÑOR DE MIGUEL NIETO:

Sí. Gracias, señor Presidente. Voy a intentar ser breve. Agradecer -¿cómo no?- la comparecencia de nuestros dos invitados de hoy, don Valentín Cavero y don Enrique Clemente.

Yo haré referencia más a la segunda intervención, de don Valentín Cavero. Y únicamente decir en la primera que quizás he echado en falta en... en su exposición, un poco, la referencia al factor humano; quizás es lo que he demandado yo de su intervención -me refiero al primer interviniente-. En lo que respecta al factor humano, creo que su exposición no me ha dejado plenamente satisfecho porque no he visto el papel que usted, dentro de su exposición, le da al agricultor, le da al ganadero, le da a todo ese habitante del medio rural. Quizás haya podido ser una percepción mía que no... que no sea adecuada.

En cuanto a... a la segunda intervención, don Valentín empezaba por hablar que es un fenómeno tardío -podemos coincidir con él- y propiciado -como él mismo reconoce- por políticas llevadas a cabo anteriormente que no tuvieron los éxitos que hubieran sido los deseados, por lo menos en las políticas que se hicieron con respecto a zonas deprimidas o zonas de montaña. Coincidimos plenamente en esta apreciación. Pero yo creo que hay que ser optimistas, y yo creo que hasta el año dos mil seis, a través de los Fondos de Cohesión -que todavía vamos a poder disfrutar-, creo que estamos a tiempo y yo creo que podemos conseguirlo; aunque sea un fenómeno tardío, yo creo que podemos conseguirlo en esta época -hasta el dos mil seis-, de recuperar ese desarrollo rural y adecuarlo a las necesidades que los tiempos modernos exigen.

Coincidimos plenamente con él en todos esos objetivos comunes, por supuesto -¿cómo no?-, y todos los comparecientes que pasan por aquí, los que ya han pasado también lo han dicho. Es un movimiento que surge de abajo arriba, y por eso yo creo que está condenado al éxito, porque surge de abajo arriba -todos coincidimos plenamente-, y que tiene como objetivos comunes, sobre todo, el de fijar la población, el de buscar ese equilibrio territorial y la redistribución de la riqueza.

Dentro de esa diversidad territorial, también -que se ha hablado-, hay poca homogeneidad del medio rural, marcada, sobre todo, por la densidad de población, por las diferencias generacionales existentes entre esa propia población -sobre todo tenemos una población muy envejecida- y la carencia, sobre todo -y ya se ha expuesto yo creo que también por parte de los Procuradores que han intervenido anteriormente-, del factor femenino. Esa carencia de mujeres en el medio rural hace, a veces, que este desarrollo sea muy difícil, que se llegue a circunstancias... yo las calificaría, casi, a veces, verdaderamente de dramáticas -esta ausencia del factor femenino-, sobre todo donde las densidades de población son mínimas.

Y me gustaría saber... todos reconocemos que es muy difícil... si no exactamente políticas concretas, pero medidas concretas que ustedes pueden aportar para intentar invertir este problema.

Coincidimos también, en cuanto a la especialización del medio rural, hay que ir cada día más a la calidad de los productos -coincidimos plenamente-, a alternativas de agriculturas, como puede ser la agricultura ecológica; pero no estamos en... yo creo que no estamos de acuerdo -no sé si lo he interpretado bien-, pero usted era -o así lo he entendido- partidario... o la tendencia de ir hacia una agricultura a tiempo parcial.

Me gustaría que nos abundara un poquito más en esta reflexión. Yo creo que es un tema peliagudo; desde luego, es muy difícil que todos nos pongamos de acuerdo. Pero en absoluto creo que la agricultura tenga que ser, como consecuencia final, una agricultura a tiempo parcial; yo sigo creyendo en la agricultura a tiempo total y en los profesionales de la agricultura, y creo que las medidas que se tomen en este sentido tienen que ir a apoyar esta línea también. Aunque, inevitablemente, esa agricultura a tiempo parcial, pues, cada día puede ser que vaya comiéndole más terreno a la agricultura a tiempo total.

En cuanto a las ayudas compensatorias de la PAC -que aquí se ha hablado-, yo difiero también en este aspecto. Usted nos decía que estas ayudas, que son, aproximadamente, el 45% de la aportación a la renta agraria, tenían que haber generado grandes mejoras en el medio rural. Yo creo que eso es muy difícil, que esa renta agraria tenga esa repercusión en la mejora del medio rural. Yo creo que esas ayudas han ido a la mejora de explotaciones; se han hecho inversiones en las explotaciones. Porque hemos de decir, sobre todo, que es una ayuda a la pérdida de renta. El agricultor, antes de recibir estas ayudas, estaba vendiendo sus productos, pues... estamos hablando de 30... cercano a un precio... rondando las 30 pesetas el precio de garantía. Actualmente estamos muy por debajo; diríamos que al 50% de aquellos precios de referencia. Y sin estas ayudas a la pérdida de renta sería prácticamente imposible estar viviendo en el medio rural y trabajando en el sector agrario.

O sea que creo que estas ayudas han ido a la mejora de las explotaciones. No coincido en absoluto que se hayan invertido en ladrillos. Puede ser que, en casos, se hayan invertido en ladrillos; pero creo que es como consecuencia de una carencia, también, que los propios agricultores tenían. A veces ya la vida en los núcleos urbanos... en los núcleos rurales se hace muy difícil, sobre todo cuando hay hijos en edades escolares, y los agricultores también se ven en la necesidad de irse a las ciudades; y, lógicamente, porque no los tenían, esas necesidades son, también, de comprarse pisos -como decía el señor Málaga-, pero porque antes no disfrutaban de ellos. Y la consecuencia de que los hijos tengan que ir a estudiar a las grandes ciudades conlleva que los agricultores también tengan que comprar pisos en las grandes ciudades; y creo que también tienen todo el derecho del mundo a que esto sea así.

Yo creo -por no extenderme mucho más- que coincidimos también en utilizar, sobre todo, todos esos recursos públicos a los que usted ha hecho alusión, de los bienes comunales (maderas, pastos, aguas, aprovechamientos micológicos), pero me gustaría saber si habría que hacer... -porque la verdad es que puede que sea una materia pendiente-, ¿usted piensa que habría que hacer una reordenación del aprovechamiento de todos estos recursos?

En cuanto a la... el tema ya aludido aquí, y, por supuesto, polémico y... por lo tanto, no voy a entrar mucho en él: la comarcalización, áreas funcionales. Yo creo que en el aspecto del tema que hoy nos ocupa, del desarrollo rural, creo que no tenemos que entrar en esos ámbitos. Yo creo que hay una delimitación geográfica perfectamente establecida por todos estos grupos de acción local, que cada día son más y que, incluso, pues yo creo que ya en la mayoría de las provincias abarcan todo el ámbito geográfico -por ejemplo en la provincia de Soria hay cinco grupos de acción local que abarcan la provincia entera-. Yo creo que son unas delimitaciones perfectas en lo que a desarrollo rural se refiere -no hablamos de otros ámbitos-; son unas delimitaciones perfectas porque han sido unas delimitaciones yo creo que libres, que cada Ayuntamiento, cada municipio se ha podido integrar en el grupo que ha creído más conveniente, por razones de homogeneidad, de todos los factores comunes que estos municipios tienen. Y yo creo que, para el desarrollo rural, ésta es la delimitación perfecta y no deberíamos entrar en más polémicas, si comarcas, áreas funcionales u otro tipo de demarcación geográfica.

Para terminar, yo he de decir -porque quizás las intervenciones, o alguna de ellas me ha parecido un poco en tono pesimista-, yo he de decir que nosotros somos optimistas. Yo creo que hay una vuelta de ese flujo que... una inversión del flujo que en tiempos fue un flujo de gente del medio rural a las ciudades. Yo creo que ese flujo, ese proceso se está invirtiendo: hay una vuelta hacia el medio rural. La gente también se casa de... se cansa de las ciudades, del ambiente de las ciudades, de todos los problemas que conllevan las grandes ciudades; y hay una vuelta de ese flujo que creo que redunde en beneficio del medio rural.

Yo creo que con todas las inversiones públicas que se puedan destinar a mejorar todas las infraestructuras -que reconocemos hay carencias todavía importantes en el medio rural sobre este tema-, y sobre todo con el diálogo y el consenso de todos los Grupos Políticos y de todas las personas que en este mundo y en este proceso de desarrollo rural puedan intervenir y aportar, yo creo que entre todos lo vamos a conseguir, y que, de verdad, en ese marco del dos mil seis, el desarrollo rural en España sea una gran realidad. Nada más y muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Gracias, Señoría. Para contestar a las preguntas, tiene la palabra, en primer lugar, el señor Clemente -indistintamente, o como ustedes prefieran-.


EL SEÑOR CLEMENTE CUBILLAS:

Gracias, señor Presidente. Bueno, más que contestar, algún comentario a las intervenciones o alguna aclaración; alguna aclaración, porque me da la impresión de que yo no me he explicado antes muy bien, por los menos en dos sentidos: en lo del factor humano y en la relación entre globalización y éxodo rural.

Yo es que tengo la impresión completamente contraria a usted, Señoría, porque creo que no he hablado de otra cosa que del factor humano. Quizá no haya sabido expresarme -ya le digo-.

Yo he empezado haciendo una pregunta, que reitero: ¿creemos los que estamos aquí presentes -sobre todo es muy importante que lo crean ustedes, representantes de la soberanía popular- en el desarrollo rural? Concreto más la pregunta, en función de lo que decían: los propios interesados, los residentes y habitantes en el mundo rural actualmente, en esos cuatro escenarios diversos del mundo rural que clasificaba el profesor Cavero, ¿creen ellos mismos en su desarrollo como rurales? ¿O creen que su desarrollo consiste en escaparse de allí?

Estas preguntas son claves, por lo menos para situarnos en que aquí el origen del problema -y, por tanto, su solución- está, principalmente, en el factor humano. Porque si los representantes políticos de la soberanía popular no creemos en el desarrollo rural o si creemos nosotros en contra de la voluntad de los interesados, no funcionaría el factor humano y para nada servirían ni ayudas financieras, ni ayudas comunitarias, ni programas específicos, etcétera.

Por eso yo creo que desde el origen de mi intervención, he tenido una peculiar preocupación, una especial preocupación en dar la importancia, casi suprema, que tiene el factor humano. Cuando luego también, al final y a mitad de mi intervención, insistía en que los recursos, la explotación y actualización, como factores de desarrollo rural de recursos ecoculturales, dependen de esos intangibles, de esos inmateriales, que es la identificación cultural con la sociedad, con el territorio, que es la identificación cultural como castellano leoneses, que es la educación cívica, que es la solidaridad colectiva, el afán de crear grupos, corporaciones, de participar en el quehacer social, he seguido insistiendo en que la clave de todo esto, si hay alguna solución, está en el factor humano, que es el único que podría hacer rentable las ayudas comunitarias, las programaciones autonómicas, etcétera.

Luego en cuanto a otra aclaración: éxodo rural, globalización. Yo no establecía una relación causal entre ambas cosas. Es decir, efectivamente, la situación de depresión económica, urbanística, demográfica que yo describía es producto del éxodo rural y, sobre todo, de su intensificación a partir de finales de los cincuenta. Ésa es una situación objetiva que está ahí.

Lo que yo he querido decir -y, por lo visto, no me he explicado bien- es que los teóricos actuales de la globalización, que cuentan con ese hecho objetivo, dicen: "ésto ya no tiene remedio. Debido a las consecuencias muy negativas del éxodo rural, del largo éxodo rural, es una situación que no tiene remedio. Vivimos en otro mundo, eso se ha acabado. No pierdan ustedes tiempo ni dinero en resucitar un muerto. Es ya... está la situación en una fase terminal". Esto es lo que nos vienen a decir algunos teóricos de la globalización. "Éste es un mundo urbano. Ni siquiera ya urbano, es virtual. No pierdan el tiempo en buscar diferenciaciones, idiosincrasias culturales, especificidades, productos concretos de calidad en determinadas zonas. No pierdan ustedes el tiempo".

Y, de hecho, yo les he recordado que ese debate en el Parlamento Europeo y la Comisión Europea sigue existiendo, y separa y divide bastante a los dos grandes grupos: al neoliberal y al grupo socialdemócrata. ¿Por qué vamos a perder tanta cantidad de inversiones enterrándolas en lugares que ya están muertos, donde esas inversiones en ningún caso se van a rentabilizar, sobre todo si fuera verdad el supuesto de que ni ellos mismos creen en su propio desarrollo? Canalicemos esas inversiones hacia espacios y territorios más competitivos, más dinámicos, hacia sociedades más activas.

Es un debate que está ahí abierto. Por eso yo les confesaba al principio que tampoco yo tengo ninguna respuesta fija, ni segura. Creo que es un debate en el que hay que seguir profundizando.

No sé en qué proporción, no sé en qué proporción se produce un fuerte desvío hacia inversiones urbanas de inversiones cuyo destino político inicial es la promoción del mundo rural, y, por tanto, el desarrollo rural. No sé qué parte de las ayudas compensatorias de la PAC no se están invirtiendo, realmente, o dedicando al desarrollo rural y se están desviando hacia un desarrollo urbano. Pero si esta proporción fuera alta, sería un buen test, una buena prueba de que ni siquiera los habitantes rurales creen en su propio desarrollo. Y, por tanto, no habría que hacer demasiados esfuerzos.

Yo creo que esto, realmente, no es así, que el muerto no está tan muerto, que hay posibilidades concretas de desarrollo en los términos concretos que proponía desarrollando. Lo que sí creo, también, es que hay que enfrentarse al problema políticamente con más decisión, en el sentido de buscar... de definir algo que creo que no tenemos hecho: de definir con mucha más precisión el modelo de región que queremos en Castilla y León.

¿Y qué importancia damos, dentro de la definición y de la concepción de ese modelo, a las distintas situaciones del amplísimo mundo rural que todavía tenemos, con muchos problemas, con muchas dificultades, muy disperso?

Si queremos hacer un modelo muy uniforme, muy centralizado, muy... exclusivamente urbano, dirigido desde el gran centro, desde la gran capital, Valladolid, o queremos ir a un modelo que, aun teniendo esas características, estén compensadas, equilibradas por determinados desarrollos rurales territorialmente mejor distribuidos, más equitativos socialmente, eso exigiría una voluntad política de llegar a algún tipo de comarcalización integral; comarcalización que reflejara en la intención y en la cartografía inicial la definición de ese modelo.

Yo creo un poco que el defecto que tienen para el mundo rural, para el desarrollo rural, las Directrices de Ordenación del Territorio que estos meses pasados hemos estado analizando y hemos estado tratando de criticar en sentido de aportar sugerencias -porque está abierto, y la Junta, en este sentido, ha abierto un amplio plazo, además muy participativo, de... de, pues eso, de reflexión, de debate en muchos colectivos sociales, en Universidades, etcétera-, yo creo que el gran problema, por ejemplo, de ese documento es precisamente ése, que elude el definir un modelo de región, un modelo que implique una determinada relación sociedad castellano leonesa con su propio territorio. En este caso que son unas directrices de ordenación territorial, un modelo territorial, pero como reflejo del modelo social general que tenemos. El territorio es siempre un producto social.

Yo creo que ahí es donde tiene el fallo. Por eso tiene aspectos positivos y negativos, pero todos muy parciales, muy dispersos, muy desagregados, y no llega a definir ese modelo. Por eso yo les decía que las preguntas, algunas que yo hacía al principio, no son nada retóricas, es decir... porque nos ayudarían, si debatimos a partir de la respuesta a esas preguntas, a ir elaborando ese modelo en lo que en nuestro caso ahora afecta al desarrollo rural. Y bueno...


EL SEÑOR CAVERO DIÉGUEZ:

Bien. Las preguntas y reflexiones que han hecho Sus Señorías son -yo diría- de gran envergadura todas ellas, ¿eh?, porque enlazan con algunos de los interrogantes que nos hacíamos desde el lado, quizás, más favorable, que es el no político, el de la no toma de decisiones... Nosotros no tomamos decisiones habitualmente, sugerimos que se tomen decisiones. Y eso, naturalmente, nos permite a lo mejor hablar con un cierto grado de utopía -no lo sabemos-, que yo diferenciaría de ese libro que citaba, de "e-topía", de fuera... estar fuera de lugar.

Yo creo que son muy pertinentes los interrogantes que hacen ustedes, y yo me atrevería a diferenciar una primera cuestión relacionada con las percepciones del territorio, con las percepciones del territorio y cómo interpretamos nosotros los procesos.

Hay una tendencia en las interpretaciones de Castilla y León -no política, independientemente de políticas de uno y otro signo- de caer en los mecanicismos: el mecanicismo que señala que los procesos son inevitables. Eso está superado por las teorías; todas. El mecanicismo de que el territorio se vacía por la lógica económica está desmentido en otros procesos totalmente inversos.

El territorio se vacía cuando carece de oportunidades. El territorio se vacía cuando carece de oportunidades, porque tiene recursos, y las oportunidades, en los tiempos que corremos, están ligadas no exclusivamente a lo agrario. ¿Cómo no voy a ser yo defensor en que las compensaciones económicas son lógicas, equitativas, para mantener la actividad agraria y una renta sostenible y competitiva...? Y diría no del todo competitiva, ¿eh?, en nuestras circunstancias. Algunas rentas son competitivas: las ligadas a algunos cultivos han sido competitivas, no lo vamos a negar; otras no, han sido simplemente compensatorias.

Pero estas oportunidades hay que mirarlas no con el pasado, sino con el futuro, estas oportunidades. Y las oportunidades, por lo tanto, a mí, que llevo hablando y defendiendo los medios de montaña, la región, desde hace mucho tiempo, yo lo miro con optimismo; siempre lo he mirado con optimismo.

Pero hay hechos que, de vez en cuando, te hacen detener ese optimismo y decir: "¿Qué posibilidades tiene nuestro territorio en este contexto?. Ésa es la pregunta. ¿Qué posibilidades tiene en un contexto donde tenemos noventa y cuatro mil kilómetros cuadrados... ?, noventa y cuatro mil ciento cuarenta y siete según unas estadísticas, noventa y cuatro mil doscientos cuarenta y siete según otras; cien kilómetros más. Se conoce que ese borde nos plantea siempre alguna duda. Cuando quitamos Berzosilla, pues ya quitamos cien kilómetros cuadrados, por ejemplo; o cuando uno no sabe dónde queda el Queiles, ¿eh?, pues también le quita kilómetros cuadrados; o cuando uno se olvida de que queda allí un valle como Balouta, perdido, pues también pierde kilómetros cuadrados.

En fin, que es... noventa y cuatro mil ciento cuarenta y siete kilómetros, con 2.000.000, que no llegan, 2.475.000 habitantes, supone unos retos de tal envergadura que no nos podemos parar a discutir que es inevitable que vayan los habitantes de las ciudades, porque es que queda un territorio rural con tantas potencialidades, que no podemos caer en ese victimismo ni en ese mecanicismo, pensando exclusivamente en un recurso como es el territorio.

Portugal tiene noventa y dos mil kilómetros cuadrados, se ha hablado de Portugal, y tiene diez millones de habitantes, y ha sabido mantener un equilibrio territorial en el interior, e incluso impulsarlo, en el interior, con dos medidas muy sencillas: trasladar competencias de servicios de calidad a las ciudades del interior, como son, por ejemplo, los Politécnicos y las Universidades, en fecha antes de que el deterioro demográfico fuese ya, pues, irreversible, y dando o facilitando a los Concellos, a las Cámaras, esa escala intermedia entre el municipio y el distrito que tienen ellos, dándoles competencias en materias sensibles, como la educativa, como la asistencial, como... las propias carreteras, etcétera.

¿Eso ha logrado romper los desequilibrios? No del todo, porque el litoral sigue creciendo, pero sí atenuarlos y empezar... y empezar a vislumbrar medidas positivas. En este sentido, yo creo que tenemos que poner optimismo en el territorio; yo soy partidario, ¿eh?

Y algunas de las cuestiones de carácter administrativo están pesando. ¿Cómo no van a pesar en que las dinámicas sean más lentas en un territorio con más de dos mil doscientos cincuenta y dos municipios? ¿O cómo no van ser más lentas teniendo cuatrocientos cincuenta municipios en Castilla y León por debajo de los cien habitantes? Por la propia dinámica de esa Administración municipal -difícil-, nos pide... o esa propia situación nos pide que hay que hacer entes intermedios.

No voy a entrar en la polémica de la comarcalización, que yo creo que sería una cuestión a debatir en otro foro y en otras circunstancias. Creo que, desde el punto de vista de ese enfoque territorial al que yo me refería en mi intervención, los programas LEADER han tenido éxito, por esa razón que usted planteaba, que hay un consenso, en que... ese consenso, a veces, ha llevado a debates difíciles a escalas locales, pero que, al final, se han ido reconstruyendo, situando las piezas, aunque algunas quedan fuera, ¿eh?, y hay que tomar decisiones al respecto.

Pero yo creo que es insuficiente en esta coyuntura, porque hay temas que los LEADER no pueden abordar. A los programas LEADER no les podemos responsabilizar de cuestiones y de problemas generales y administrativos. Bastante tienen los programas LEADER con abordar los problemas locales, pero no les podemos hacer responsables de que la accesibilidad a esos territorios sea difícil, de que la telemática no llegue a tiempo; no les podemos hacer responsables de eso; de que la asistencia sanitaria o a la tercera edad sea insuficiente y con muchas lagunas. No les podemos hacer responsables.

Es a lo que yo me refería a la hora de debatir estas cuestiones, que hay un nivel de responsabilidad muy modesta en los grupos LEADER que no les podemos trasladar desde la Administración regional ni desde las Administraciones provinciales. Y a veces yo leo -sin participar en esos debates políticos- que se les trasladan responsabilidades. No es justo eso.

Los temas relacionados... -que ha planteado también Jesús Málaga y que también han planteado ustedes-, los temas relacionados con los recursos demográficos y los recursos públicos. Ahí hay unos temas que... pero los recursos demográficos. Los recursos demográficos son las bases de cualquier desarrollo. Y en los recursos demográficos nuestros tenemos dos grandes desequilibrios estructurales a los que me he referido antes, pero que ahora hay que remarcarlos: el desequilibrio etario, el desequilibrio en las cohortes de edad, y el envejecimiento acompañado del envejecimiento de la población activa; aparte de unos... de unos temas como el crecimiento vegetativo negativo, como algunos temas relacionados con la sustitución generacional, etcétera, que no entraríamos en detalles.

¿Cómo solucionar esto? Es la pregunta clave. Creo que la política fiscal que la Junta de Castilla y León, por ejemplo, ha hecho en beneficio de la familia numerosa, o de algunas prestaciones, es positiva, pero insuficiente. Ahora mismo en la política fiscal, por ejemplo, que se plantea en otro contexto y en otro debate, la política en relación a la asistencia, a la formación en grupos, pues, difíciles, en la formación como las nuevas tecnologías, como el acceso a la formación profesional, etcétera, sigue siendo, a mi manera de ver, desequilibrada. No se ha hecho una apuesta definitiva por trasladar recursos humanos y recursos económicos a los centros viables, lejanos. Y estoy pensando en Alcañices, estoy pensando en Bermillo de Sayago, en Puebla de Sanabria, en los lugares de los bordes, ¿eh?, o estoy pensando en Medinaceli, o en otros núcleos muy difíciles, aunque si pasa una carretera al lado se recuperan un poquito.

Hay un tema muy delicado: la inmigración; la inmigración, no la repoblación. La repoblación es difícil. El caso de Teruel es un hecho puntual, muy positivo. Se hizo un gran esfuerzo en antiguos inmigrantes en América latina. Nosotros tenemos colonias en América latina y en otros puntos notables que la segunda o la tercera generación podrían de alguna manera retornar alguno, aunque sea puntualmente, con que sean en un pueblo... con que lleguen como han llegado a Bermillo de Sayago algunas cubanas que han... que se han desposado y, naturalmente, con algunos zamoranos, ¿eh?, pues eso ya es positivo; positivo porque invierten el ritmo, crea optimismo.

La inmigración yo creo que es una tarea que hay que... la inmigración hay que canalizarla bien, porque hay ahora mismo un número de inmigrantes ilegales en la frontera -lo que yo conozco más de cerca- que están trabajando en fincas en Salamanca, están trabajando en el medio rural con falta de integración social. Eso es un hecho real. Entonces, yo creo que hay que verter una apuesta por una inmigración bien canalizada desde las instituciones públicas. Y ahí, en ese papel, no es Valladolid el que tiene un cierto protagonismo; son los municipios o las cabeceras de comarca. No es la Delegación -y permítame que se lo diga así-, no es la Delegación en Salamanca, en León, la que puede controlar mejor esos procesos; son los Partidos Judiciales... Quiero decir controlar a los procesos en el sentido de informar, de formar y de integrar. Y ése es un proceso que está en marcha.

¿Quién de nosotros no conoce ya a alguna persona en el medio rural de procedencia extranjera que esté más o menos integrada en un pueblo próximo? Yo no vivo en el medio rural, tengo mucho contacto con el medio rural, pero en el páramo leonés podría contar sin mucho esfuerzo más de veinticinco personas, o asistiendo a ancianos o trabajando en fincas; más de veinticinco en una comarca que la conozco. Y este proceso es -como digo- imparable, y esto va a beneficiar al desarrollo rural, directa o indirectamente.

Hay otros dos fenómenos que en Portugal los han canalizado muy bien, que es el fenómeno de los retornados, del retorno de prejubilados o del retorno de antiguos emigrantes. Los han integrado en estos procesos de desarrollo local y de desarrollo rural, con ayudas, dándoles, naturalmente, asistencia técnica e implicándolos. Y hay un tercer fenómeno que no podemos perder de vista, y que crea una gran calidad en el medio rural, que son los neorrurales. Los neorrurales que algunos han fracasado en sus iniciativas, pero que otros han tenido un gran éxito en la propuesta de nuevas actividades a tiempo parcial.

En estos colectivos es donde se puede apoyar eso que yo antes llamaba actividades complementarias, y en el impulso de la mujer en la toma de decisiones. Cuando yo les decía el ejemplo que esto se ha solucionado en Suecia, en Noruega, las que conducen los autobuses en el medio rural, en esas zonas, son mujeres que hacen dos jornadas, muchos autobuses pequeños, locales, de servicios complementarios. Las que llevan la red telemática son fundamentalmente mujeres.

Esto es un tema que en Castilla y León por las dimensiones que tiene el territorio y por esos problemas son difíciles, pero no creo que aunque sean difíciles, los medios y con una acción social y política positiva y optimista se pueden llevar a cabo.

Por supuesto, que yo soy... tengo esperanzas en que el LEADER PLUS, con estos seis años que va a tener por delante y con los Fondos de Cohesión, pues creen un tejido renovado en los territorios rurales, porque nuestras ciudades, pues han llegado a su límite; nuestras ciudades han llegado a su límite. Y ustedes lo saben perfectamente que las capitales de provincia han entrado en un proceso de retroceso, cuando ya... el periodo anterior de estancamiento, y que ahí puede haber un reflujo hacia el medio rural. Pero que tiene que estar perfectamente previsto y, de alguna manera, canalizado; no hay que dejarlo al albur.

La otra cuestión, los recursos públicos; los recursos públicos y su aprovechamiento. Yo creo que lo primero que habría que hacer en Castilla y León es actualizar el inventario de los recursos públicos. Esto es una cuestión... el inventario de recursos públicos, ¿eh?, de bienes... de los montes de utilidad pública -algunos están delimitados por cuenta de los pueblos-, de inventarios de bienes pertenecientes... diferenciando comunes y públicos, concejiles y no concejiles, y también recursos que han quedado en zonas de agricultura muy integrada relacionados con los pastos, con los caminos y con el territorio. Después de la concentración parcelaria hubo un desfase entre el sector público y el sector privado en la propiedad de la tierra y en la propiedad de los bosques. Y el hacer un buen inventario de los territorios públicos, concejiles o también... hay como veinticinco figuras de... veinticinco figuras o más relacionadas con estas propiedades, sería el primer paso para iniciar una forma de aprovechamiento integrada. Porque hay muchos conflictos ahora mismo, y estos aprovechamientos, emergentes como las setas, otros productos que crean pequeñas disfunciones si pertenece al Ayuntamiento, si el Ayuntamiento tiene capacidad para abrir o no, o para prohibir o no, etcétera, que yo creo que con un aprovechamiento integral en una escala comarcal, o de programa LEADER en una escala territorial, tendría un efecto positivo.

Y yo creo que ese inventario, hay una publicación reciente de la Junta de Castilla y León que aborda estos problemas y que es un primer avance, pero que no llega a las raíces de la escala municipal o de la escala concejil, porque en las provincias de un poblamiento muy atomizado como Soria, como León, como Zamora, con unos municipios muy grandes, pues estos problemas son relativamente constantes; me parece a mí ¿eh?

Entonces, yo creo que habría que avanzar en un inventario de recursos públicos y en una nueva gestión integrada en estas políticas de desarrollo rural, como los programas LEADER. Muchas gracias.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Gracias. ¿Algún Procurador no Portavoz desea hacer alguna pregunta? Sí. don Jaime González.


EL SEÑOR GONZÁLEZ GONZÁLEZ:

Aparte de hacer dos o tres preguntas concretas, alguna de ellas ya, incluso, se ha hablado de ella, agradecer a los profesores Clemente y Cavero su presencia. Y algún comentario brevísimo con carácter previo.

Recientemente decía Julio Valdeón que Castilla y León tiene ahora, aproximadamente, la misma población que en la segunda mitad del siglo XV. Tenemos los mismos habitantes que hace quinientos años, sólo que aquellos habitantes de Castilla y León eran entonces el 40% de los que había en España y ahora es el 6% de los que hay en España. Y eso indica los caminos que hemos seguido unos y otros en el desarrollo como territorio y como conjunto. Yo creo que nos hemos transformado, en una gran parte, en un territorio que yo llamo "invisible", "clandestino", políticamente, que es lo que tiene importancia, a la postre, porque es lo que manda al final y lo que tiene que mandar, además, es la toma de decisiones políticas. Y la política no va a ..... no parece que vaya por nuestros... derroteros favorables a nosotros.

Yo observo globalmente un proceso de toma de decisiones que contribuye a una globalización total, en la cual la política ha perdido peso; ha dejado el control de ese proceso de globalización a fuerzas de naturaleza económica, y de naturaleza económica, además, fuertemente impías, que la palabra solidaridad no le suena siquiera: toma sus decisiones en función de sus propios intereses, sin más.

Y yo creo, además, que las políticas -por lo menos en este país- van también por el... la pérdida de peso de lo público, el adelgazamiento -se dice ahora- de lo público en favor de lo privado. Yo creo que el adelgazamiento de lo público no es bueno para el medio rural; el medio rural necesita acción pública de cualquier naturaleza, no hablo de ideología. La acción pública puede ser conservadora o no, pero es acción pública siempre. Yo creo que necesita acción pública para su mantenimiento.

Por lo tanto, yo creo que el conjunto de las políticas y de las... que nos permiten ver, yo creo que no van en la buena dirección; van en una dirección posiblemente equivocada; incluso conflictos internacionales que están en estos momentos tampoco tiran en la dirección correcta, a nuestro juicio.

Pero, realmente, algo hay que hacer. Aquí se han apuntado muchísimas cosas, y algunas tienen que ver con la acción pública de nuestro propio Gobierno Regional. Se ha hablado de la inmigración. Hay en estos momentos pueblos que necesitan como el comer, como colectividad, mano de obra cualificada y no cualificada. No se realizan inversiones en algunos territorios por la ausencia total de personas, lo primero, y de que esas personas, además, sean cualificadas, sepan hacer lo que quiere hacerse.

En el propio Zamora, que ya ha salido aquí, bueno, pues hay un conjunto -curiosamente- de portugueses que acaban de hacer una enorme inversión en un viñedo, y resulta que ahora, pues necesitan dieciocho o veinte personas que trabajen ese viñedo. El Ayuntamiento es incapaz de hacer dieciocho viviendas de alquiler para que dieciocho inmigrantes con sus familias, y por lo tanto con sus niños, se pongan a trabajar allí, se enraícen en ese territorio, impidan que se cierre la escuela, además, porque pasaríamos de cuatro niños a cuarenta y, por lo tanto, las escuelas no se cerrarían, etcétera.

Bueno, pues yo creo que hay una línea de actuación de un Gobierno Regional tratando de resolver el problema de la vivienda pública en alquiler -no en propiedad, porque es imposible que esa gente acceda-, en colaboración con los Ayuntamientos, para que eso prospere y vaya a más.

Por lo tanto, la relación -que ya se ha apuntado, pero yo creo que hay que profundizar en ella- de inmigración... o sea, despoblamiento y repoblación, inmigración y fijación de la población en el medio rural es un tema importante. Castilla y León ya estuvo antes del siglo XV desierta, y se repobló en buena medida, y se repobló con medidas políticas también.

Otra cuestión que a mí me parece necesario: aquí se ha hablado mucho de lo forestal. Castilla y León es forestal: tiene... el concepto amplio de la palabra "monte" no sólo engloba a los pinos y a los montes arbolados, sino a grandes superficies de esta Comunidad Autónoma, que casi todas están declaradas de utilidad pública y, por lo tanto, están en la gestión directa, directa del Gobierno Regional. Aquí, en esta Comunidad, hay pueblos que no tienen territorio: se sale de las casas y se entra en el dominio de la utilidad pública. Siendo propietarias las Juntas Vecinales en la mayoría de los casos, sin embargo, no pueden usar sus territorios y sus montes porque la gestión está en manos de la Junta.

Yo creo que hay que avanzar en la colaboración de la mitad del territorio de Castilla y León, de la mitad del territorio de Castilla y León, entre los Ayuntamientos y las Corporaciones Locales con la Junta de Castilla y León. No digo que la Junta abandone la gestión, sino que dé entrada a la toma de decisiones de quienes son los propietarios, de quienes son los propietarios, que son las Corporaciones Locales, y que son las que conocen fundamentalmente los problemas. A lo mejor, así, lográbamos crear no digo ya doscientos mil empleos, como en Francia, pero, enganchados a lo forestal, podíamos crear un empleo y, sobre todo, un enraizamiento de la gente.

Y yo creo también que tiene que haber una acción pública en lo que se llama "nuevos yacimientos de empleo", que en el medio rural tienen una importancia decisiva. Aquí va a haber muchos pueblos de Castilla y León donde dentro de cinco o seis años todos los habitantes tengan más de setenta años. ¿Quién les cuida? ¿Quién les lleva la colada a un sitio donde les laven la ropa? ¿Dónde pueden ir esa gente a comer o a descansar? Yo creo que la acción pública es vital, y yo creo que el camino es por el incremento, el reforzamiento y el incremento de la acción pública en el territorio. Si no, yo lo veo francamente complicado.

Y, al final, una reflexión: las decisiones que hay que tomar son políticas. Para que las decisiones políticas se tomen, hay que oír a la gente que tiene los problemas. Y yo no veo que haya ningún foro donde se pueda oír a los conjuntos comarcales; no voy a decir ya comarcas administrativas, políticas, sino a los conjuntos comarcales, a los conjuntos de territorios que tienen problemáticas comunes, que reúnen a la gente que tienen los mismos problemas: la Ribera del Cea. Pero puedo decir otros muchos: pues... pues Los Arribes, o Sayago y Aliste, o Maragatería, o Cabrera, o... bueno, o Sanabria y La Carballeda, o... montones de sitios, que es lo que yo he llamado alguna vez "el oeste del oeste", fundamentalmente, que no tienen sitios donde... hablan las Diputaciones, generalmente cada vez con menos rigor y con menos posibilidades, porque sus recursos son, en muchos casos, cada vez menores; hablan los Ayuntamientos; pero no habla el conjunto de Ayuntamientos o de territorios que tienen problema tras problema.

Yo creo que hay que buscar una fórmula para que las comarcas... no digo ya administrativo-políticas, sino las comarcas, los conjuntos de ciudadanos que tienen problemas comunes puedan expresarse en algún sitio, de manera que puedan dejar oír su voz, eso pueda generar decisiones políticas, y que esas decisiones políticas, además, retornen en el beneficio de esas comarcas. Si no se toman esa serie de medidas, pues yo creo que va a ser un poco difícil.

Y una reflexión al final sobre la PAC. La PAC era necesaria; había una y se cambió. Había una que era injusta, que era que cada kilo de trigo producido recibía... Bueno, eso era el desmadre, porque el que producía miles de millones de miles de kilos de trigo recibía muchísimo, y los otros recibían prácticamente nada. Se cambia por una ayuda que es una ayuda a rentas; como es una ayuda a rentas, justamente los agricultores han dedicado a sus incrementos de renta lo que les ha apetecido, y les ha apetecido en muchos casos, pues comprarse el piso en la capital de provincia para tener garantizada cuando se jubilen marcharse allí si quieren, o el coche, o lo que les apetece. Justamente, porque para eso está la PAC. Pero como ha carecido de políticas de modulación, pues el efecto perverso de las primeras no ha servido, se ha mantenido. Y como ha carecido de una cuestión que es ligarla con la profesionalidad y la territorialidad y la estancia en el territorio, pues ha perdido una función muy importante.

Yo creo que si hay una nueva PAC debería, primero, modularse y, segundo, ligarla no tanto a ser agricultor a título principal, como se dice -que no es eso-, sino a la permanencia, a la actividad, a tal, al territorio, y no ir tanto... Bueno, eso era lo que quería decir. Nada más.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Sí, muchas gracias. Yo no sé si me había pedido la palabra María Ángeles. Gracias. Para contestar, cualquiera de los dos, o los dos conjuntamente.


EL SEÑOR CAVERO DIÉGUEZ:

Yo creo que las observaciones que ha hecho Jaime González, pues enlazan con algunas de las cuestiones que se plantearon anteriormente. Y yo creo que tienen una lectura más política que lo que nosotros manifestábamos, pero que yo creo que son cuestiones que también tienen que participar los otros colectivos, sociales y agentes; creo que los sindicatos tienen aquí mucho que decir -¿eh?-, en el tema que ha planteado finalmente. Y que es una cuestión realmente clave a la hora de plantear el desarrollo agrario junto con el rural.


EL SEÑOR PRESIDENTE (SEÑOR ESPADAS LAZO):

Sí, pues, muchas gracias. Agradecemos la presencia y las explicaciones que nos han dado los profesores. Y levantamos la sesión.

(Se levanta la sesión a las catorce horas veinticinco minutos.)


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